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__________________________________________________________________
Paul
Laurent
Breve
Antropología
de
la
Justicia
I
Juego
a
imaginar
a
cada
uno
de
los
hombres
que
pretendieron
auscultar
la
anatomía
de
la
justicia
y
que
en
el
acto
repararon
que
la
misma
carecía
de
un
corpus
.
¿
Qué
iban
a
tocar
?
¿
Cómo
diseccionar
lo
que
no
es
tangible
como
objeto
ni
aprehensible
como
concepto
?
¿
Mera
idea
?
No
,
insignificante
no
es
.
Amartya
Sen
nos
recuerda
que
ella
es
tan
“
inmensamente
importante
que
ha
motivado
a
la
gente
en
el
pasado
y
continuará
motivando
a
la
gente
en
el
futuro
.”
1
Empero
,
la
pregunta
que
se
desliza
es
tan
inocente
como
relevante
:
¿
Motivado
a
qué
?
¿
A
aspirar
un
mundo
mejor
?
Por
lo
pronto
para
John
Rawls
la
justicia
era
la
razón
de
ser
la
sociedad
,
su
estructura
básica
.
A
su
entender
,
“
la
primera
virtud
de
las
instituciones
sociales
.”
2
Quizá
estuvo
en
lo
cierto
,
no
en
vano
le
dedicó
íntegramente
toda
su
existencia
.
No
obstante
lo
expresado
por
estos
dos
célebres
personajes
,
hasta
el
presente
la
justicia
es
lo
que
cada
evocador
de
la
misma
quiere
que
sea
.
Cada
contractualista
(
como
Rawls
)
se
la
inventa
desde
su
1
Amartya
Sen
,
La
idea
de
la
justicia
(
México
:
Taurus
,
2010
),
p
.
434
.
2
John
Rawls
,
Teoría
de
la
justicia
,
2
ª
ed
.
(
México
:
Fondo
de
Cultura
Económica
,
1995
),
p
.
17
.
mejor
esfuerzo
.
Otros
menos
complicados
y
ambiciosos
(
como
Sen
),
la
asumen
desde
su
humanísima
simpleza
.
Con
todo
,
es
evidente
que
para
ambos
(
y
desde
ellos
,
para
muchos
),
la
justicia
es
un
buen
deseo
,
el
más
grande
,
el
mayor
,
el
más
trascendente
…
¿
Acaso
como
un
inescrutable
desideratum
?
A
lo
mejor
es
así
,
pues
ya
en
su
lejana
hora
Aristóteles
(
desde
la
praxis
,
en
disidencia
de
la
quimera
platónica
)
advertía
la
falta
de
una
noción
unitaria
de
justicia
.
¿
Por
ello
es
que
hasta
hoy
caemos
en
la
vaguedad
,
en
el
extravío
?
Como
si
se
hablara
de
un
elemento
perdido
en
el
tiempo
,
de
un
ser
que
nadie
ha
visto
jamás
pero
que
se
juzga
que
existe
.
¿
Y
si
existe
,
cómo
podría
ser
?
¿
Qué
forma
tendrá
?
¿
Acaso
como
un
ornitorrinco
?
¿
Ese
semi-acuático
animal
de
pico
y
patas
de
pato
y
cola
de
castor
?
¿
Un
pájaro
con
cuatro
patas
y
que
pone
huevos
,
huevos
que
se
rompen
para
que
salgan
unas
crías
que
irán
directamente
a
mamar
de
las
tetillas
de
la
madre
?
Cuando
los
científicos
ingleses
vieron
un
ejemplar
disecado
de
ese
espécimen
gentilmente
remitido
por
la
marina
británica
desde
las
costas
de
Nueva
Gales
del
Sur
(
Australia
)
en
1798
,
en
el
acto
juzgaron
que
les
estaban
jugando
una
broma
.
Incluso
se
creyó
que
algún
taxidermista
chino
lo
había
creado
en
sus
ratos
libres
.
Paul
Laurent
,
abogado
peruano
,
es
editor
de
la
revista
Ácrata
y
presidente
del
Instituto
de
Defensa
de
la
Propiedad
(
Lima
,
Perú
).
Laissez-Faire
,
No
.
35
(
Sept
2011
):
40-64
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=Laissezfaire35 4.pdf&rsargs[]=1
__________________________________________________________________
Obviamente
,
aquella
criatura
no
entraba
en
las
clasificaciones
zoológicas
hasta
entonces
conocidas
.
Era
un
caso
singular
,
de
esos
que
suelen
tener
“
de
todo
un
poco
.”
He
aquí
el
pretexto
de
Umberto
Eco
para
señalar
el
drama
del
habla
humana
,
nuestra
tendencia
a
generalizar
.
El
“
no
ver
”
el
particularísimo
fenómeno
.
En
sus
términos
:
“
El
lenguaje
nombra
oscureciendo
la
insoslayable
evidencia
de
lo
individual
existente
.”
3
Y
a
pesar
de
ello
,
somos
capaces
de
conocer
(
reconocer
)
lo
que
nunca
hemos
visto
.
Y
lo
podemos
hacer
a
través
de
ideogramas
y
conceptos
.
Desde
ellos
nos
aproximaremos
.
Desde
ellos
distinguiremos
una
liebre
de
un
perro
,
un
gato
de
un
león
,
sin
que
el
hecho
de
que
nunca
se
haya
visto
ninguno
de
esos
“
bichos
”
constituya
un
serio
obstáculo
.
Desde
tal
piso
es
que
logramos
saber
de
un
Alejandro
Magno
,
de
un
Julio
César
o
de
un
Napoleón
a
pesar
de
las
añosas
distancias
.
De
idéntica
forma
es
como
conocemos
de
un
Quijote
,
de
un
Hamlet
o
de
un
Oliver
Twist
,
así
como
de
un
rombo
,
un
triángulo
o
de
la
propia
raíz
cuadrada
sin
frenarnos
por
su
inexistencia
.
Multiplicidad
de
símbolos
que
construimos
para
abrirnos
paso
,
como
el
ciego
despeja
las
tinieblas
con
su
bastón
o
con
su
perro-lazarillo
.
Alegorías
,
signos
,
emblemas
.
¿
De
esos
que
la
justicia
también
forma
parte
?
Arriesgado
adelantar
una
respuesta
.
Por
lo
pronto
,
más
real
será
cualquiera
de
las
figuras
geométricas
que
se
nos
venga
a
la
mente
.
A
ellas
,
como
a
un
ratón
o
a
una
mosca
,
podemos
analizarlas
detenidamente
.
Armarlas
y
desarmarlas
,
dividirlas
,
desentrañarlas
.
Están
a
nuestra
merced
,
y
no
hay
quien
discuta
su
esencia
.
Forman
parte
del
consenso
.
No
se
les
cuestiona
,
ni
se
les
interpreta
arbitrariamente
.
Se
les
toma
tal
como
“
vienen
”
y
“
son
”.
¿
De
análoga
manera
a
como
se
acoge
la
idea
de
justicia
?
¿
Podemos
decir
lo
mismo
de
ella
?
¿
O
únicamente
estamos
limitados
a
repetir
lo
que
el
moribundo
Virgilio
de
Hermann
Broch
profirió
sobre
su
evocada
amada
,
he
visto
solamente
tu
belleza
,
no
tu
vida
?
Ello
en
palabras
de
un
bardo
vienés
;
en
boca
de
un
niño
poeta
“
tercermundista
”
(
Martín
Adán
),
la
justicia
muy
bien
puede
ser
unas
estatuas
feas
en
las
plazas
de
las
ciudades
.
II
No
cito
a
vates
por
accidente
,
sino
deliberadamente
.
No
por
nada
Walt
Whitman
afirmaba
que
sólo
los
poetas
están
plenamente
dotados
para
ejercer
de
“
igualadores
”;
en
nomenclatura
progresista
(
como
la
de
la
“
nueva
trova
”),
la
voz
de
los
que
no
tienen
voz
.
No
desbarraba
del
todo
.
En
su
romana
mocedad
Ovidio
fungió
en
alguna
oportunidad
de
iudex
unicus
(
árbitro
)
antes
de
dedicarse
al
servitium
amoris
.
Ciertamente
,
la
causa
de
esa
pretensión
se
encuentra
en
que
la
alocución
está
cargada
de
un
alto
grado
de
subjetividad
.
Ese
factor
que
deja
en
ridículo
los
cimientos
de
cualquier
teoría
del
bienestar
,
de
esas
que
buscan
hacer
felices
a
la
gente
…
incluso
más
allá
de
sus
voluntades
,
pero
con
su
dinero
.
Al
respecto
,
el
imaginativo
Rawls
vislumbraba
que
“
una
vez
alcanzadas
las
condiciones
sociales
indispensables
y
el
nivel
de
satisfacción
de
los
deseos
y
las
necesidades
materiales
,”
4
dicho
óptimo
serviría
para
proceder
a
implementar
un
esquema
redistributivo
justo
.
3
Umberto
Eco
,
Kant
y
el
ornitorrinco
(
Bar-
4
celona
:
Lumen
,
1999
),
p
.
32
.
Rawls
,
op
.
cit
.,
p
.
490
.
__________________________________________________________________
41
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__________________________________________________________________
Pero
,
¿
cómo
se
descubre
el
límite
de
las
condiciones
sociales
indispensables
y
el
nivel
de
satisfacción
de
los
deseos
y
las
necesidades
materiales
?
¿
Rawls
supo
de
la
pauta
para
identificarlas
?
Empero
,
y
si
no
hay
suficientes
condiciones
sociales
indispensables
saneadas
,
¿
entonces
no
procede
teoría
de
la
justicia
alguna
?
Por
lo
pronto
,
Fernando
Vallespín
advierte
que
tanto
Rawls
como
Habermas
“
comparten
la
confianza
en
poder
sustentar
una
concepción
pública
de
la
justicia
válida
para
las
sociedades
avanzadas
contemporáneas
.”
5
Tal
es
el
drama
de
involucrarse
con
rigideces
de
hacedor
del
mundo
ahí
donde
el
mundo
se
hace
sólo
.
Y
desde
un
soporte
tan
gaseoso
e
inescrutable
que
Perelman
no
tuvo
reparos
en
calificarlo
de
coloración
emotiva
.
Descriptiva
denominación
para
una
luminosa
materia
,
hechura
propia
al
de
un
saber
pletórico
en
espiritualidad
(
la
Geisteswissenschaften
de
los
germanos
).
¿
La
esencia
de
las
religiones
,
el
objeto
secreto
de
la
fe
?
Ello
es
lo
que
acusaba
Proudhon
.
6
¿
He
aquí
la
más
tangible
muestra
de
la
muy
humana
propensión
de
evadir
la
más
llana
existencia
?
¿
La
base
de
aquella
manía
de
quejarse
a
los
cuatro
vientos
por
la
“
ofensiva
”
realidad
?
¿
Realidad
remendada
por
el
magistratus
?
Sobre
la
labor
de
estos
últimos
el
primer
párrafo
del
Digesto
(
1
,
1
,
1
)
reza
así
:
Somos
dignos
de
ser
llamados
Sacerdotes
de
este
arte
:
5
Véase
su
introducción
a
Jürgen
Habermas
y
John
Rawls
,
Debate
sobre
el
liberalismo
político
(
Barcelona
:
Paidós
/
Instituto
de
Ciencias
de
la
Educación
de
la
Universidad
Autónoma
de
Barcelona
,
1998
),
pp
.
12-13
.
pues
veneramos
a
la
Justicia
y
profesamos
la
sabiduría
de
lo
bueno
y
lo
justo
.
¿
El
iudex
como
personificación
del
deber
?
Por
su
sacralidad
,
¿
seres
inaccesible
a
las
debilidades
,
a
los
sentimientos
?
¿
Sobrehumanos
o
inhumanos
?
¿
Libres
incluso
de
las
necesidades
humanas
de
alimentación
,
sueño
y
descanso
?
En
sus
Cuatro
cuartetos
T
.
S
.
Eliot
(
otro
poeta
)
decía
que
la
humanidad
no
puede
tolerar
mucha
realidad
.
Desde
ese
aserto
,
David
Hume
anotaba
que
la
moralidad
es
más
sentida
que
juzgada
.
7
Obviamente
,
el
éxito
(
y
hegemonía
)
que
el
clamor
por
la
justicia
arrastra
brota
del
directo
rezago
de
los
ancestrales
miedos
,
esos
miedos
que
se
concentran
en
una
sola
y
contundente
explicación
:
el
pánico
a
valernos
por
nosotros
mismos
.
Pura
escatología
.
Como
cuando
invocamos
a
la
divinidad
más
a
la
mano
ante
cada
momento
límite
.
La
justicia
responde
al
mismo
criterio
.
Si
la
fe
en
el
creador
nos
invita
a
juzgar
como
posible
todo
atisbo
de
vida
más
allá
de
la
propia
vida
(
la
terrenal
muerte
),
entonces
¿
por
qué
habremos
de
renunciar
a
tan
fascinante
gratia
?
Podemos
ir
preparando
nuestras
almas
para
ese
magno
día
(
la
parusía
).
Una
disposición
que
muy
bien
puede
ser
propicia
tanto
para
la
venida
del
mismísimo
Dios
de
dioses
como
para
la
venida
de
los
propios
bárbaros
.
Kavafis
(
en
Esperando
a
los
bárbaros
)
puso
en
verso
dicha
espera
,
la
espera
de
lo
que
nunca
llega
.
Al
fin
y
al
cabo
lo
importante
era
la
espera
misma
.
Ella
motivaba
a
la
gente
,
alentaba
sus
vidas
.
En
puridad
,
ese
es
el
discurso-arenga
de
San
Agustín
.
La
Ciudad
de
Dios
lo
que
demandaba
era
eso
.
¿
Pero
pretender
edificar
un
“
orden
justo
”
6
Pierre-Joseph
Proudhon
,
De
la
Justice
dans
la
Révolution
et
dans
l
’
Eglise
(
Bruselas
,
1868
),
p
.
44
,
citado
por
Chaïm
Perelman
,
De
7
David
Hume
,
Tratado
de
la
naturaleza
humana
,
Libro
III
(
Buenos
Aires
:
Orbis
,
1984
),
la
justicia
(
México
:
UNAM
,
1964
),
p
.
15
.
p
.
691
.
__________________________________________________________________
42
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__________________________________________________________________
no
es
igualarse
a
Dios
?
¿
Estamos
ante
el
que
no
se
conforma
con
lo
que
dijo
Habacuc
,
justus
ex
fide
vivit
(
el
justo
vive
por
la
fe
)?
Como
es
comprensible
,
el
esperar
el
arribo
de
ese
instante
de
vita
æterna
(
luego
de
un
muy
necesario
y
purificador
juicio
final
)
insoslayablemente
acarrea
una
gama
de
sacrificios
y
desprendimientos
.
Desde
entonces
,
lo
que
no
existe
comienza
a
existir
por
exigencia
de
los
que
quieren
que
exista
.
Ciertamente
carece
de
presencia
,
más
todo
lo
que
vive
y
respira
empuja
su
asfixiante
peso
y
rigor
.
Así
es
como
se
sucumbe
al
universo
de
esa
órfica
súplica
,
la
que
tenderá
el
puente
para
escapar
de
lo
dado
.
Por
su
venia
,
hacer
referencia
a
derechos
y
libertades
sólo
será
válido
(
justo
)
si
es
que
las
mismas
se
circunscriben
a
esas
huidas
o
renuncias
.
El
imperium
de
la
idea
.
La
quimera
por
sobre
lo
manifiesto
.
El
celo
de
los
lejanos
coros
que
han
ido
cincelando
profunda
y
eficientemente
los
atávicos
cimientos
.
Ahí
donde
lo
privatum
asoma
como
un
suceso
por
demás
ruin
y
soez
.
Toda
la
antigüedad
se
rigió
bajo
ese
canon
.
Ahí
donde
la
preeminencia
de
lo
mágico
e
inexplicable
lo
rediseñaba
todo
.
III
No
se
puede
reflexionar
y
ser
modesto
,
diría
Emil
Ciorán
.
¿
Pensar
es
en
sí
un
acto
egocéntrico
?
El
discurso
suele
ser
más
propio
de
vosotros
,
los
humanos
;
la
intuición
,
de
nosotros
los
celestiales
,
rubricaba
John
Milton
en
El
Paraíso
perdido
.
La
verdad
de
los
de
“
arriba
”
versus
la
verdad
de
los
de
“
abajo
.”
¿
De
dónde
surge
la
justicia
?
¿
De
los
que
alzan
la
cerviz
los
que
hurgan
entre
sus
homínidas
existencias
?
Sea
el
rubro
que
sea
,
ambos
esquemas
emanan
del
argumentum
.
De
la
exposición
de
verdades
,
del
verbum
.
En
minúsculas
,
como
toda
pugna
de
opiniones
.
Ahí
donde
toda
episteme
no
es
más
que
una
doxa
,
pero
que
a
pesar
de
las
distancias
,
siempre
subyacerá
un
factor
común
,
ese
factor
que
le
hará
decir
a
Derrida
que
hay
que
ser
justos
con
la
justicia
:
“
y
la
primera
justicia
que
debe
ser
hecha
es
la
de
escuchar
,
leer
,
interpretar
,
intentar
comprender
de
dónde
viene
aquella
,
qué
es
lo
que
quiere
de
nosotros
.”
8
Elemental
.
Desde
hace
mucho
la
justicia
es
un
ente
con
vida
propia
.
Como
un
fantasma
que
no
podrá
tener
unánime
forma
ni
complexión
,
¿
mas
de
savia
perfectamente
identificable
?
¿
No
?
¿
Intuible
?
¿
Asible
?
¿
Por
lo
menos
intelectivamente
aprehensible
desde
su
arcano
historial
?
¿
Esto
sí
?
¿
Un
bagaje
de
situaciones
que
hasta
el
presente
la
colocan
como
una
vigorosísima
deidad
,
capaz
de
reinventar
el
orbe
y
jugar
a
su
entero
antojo
con
los
mortales
?
Como
lo
cantó
Esquilo
(
en
Las
coéforas
),
ningún
mortal
puede
atravesar
una
vida
libre
de
daño
sin
que
lo
pague
.
La
justicia
todo
lo
ve
,
dice
el
coro
en
Electra
de
Eurípides
.
Y
se
la
antropomorfiza
llamándola
Justicia
,
clara
muestra
de
su
gran
poder
.
Innegablemente
,
la
asunción
de
una
opinión
o
la
coligación
de
una
multiplicidad
de
opiniones
que
ha
alcanzado
el
monopolio
e
impuesto
su
ley
.
¿
La
ley
de
un
guerrero
o
la
de
un
sacerdote
?
Comentando
la
noción
de
Iustitia
de
Aulo
Gelio
,
Kantorowicz
recuerda
que
para
el
escritor
romano
del
siglo
II
8
Jacques
Derrida
,
“
Fuerza
de
ley
:
El
‘
fundamento
místico
de
la
autoridad
’,”
Doxa
,
11
hacia
las
estrellas
y
el
firmamento
o
de
(
1992
),
p
.
145
.
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