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__________________________________________________________________
Kristiano
Raccanello
Usura
,
Créditos
Predatorios
y
Educación
Financiera
1
.
Antecedentes
.
La
actividad
del
préstamo
tiene
raíces
antiguas
.
Desde
hace
más
de
dos
mil
años
existe
el
concepto
de
garantía
y
de
la
sumisión
del
deudor
al
acreedor
(
Burkett
,
1995
).
Asimismo
,
tanto
la
Biblia
como
el
Corán
hacen
referencia
a
las
posiciones
de
cada
doctrina
en
torno
a
los
préstamos
y
a
los
intereses
,
permitiendo
los
primeros
y
reservándose
sobre
los
segundos
.
Al
respecto
,
en
el
Antiguo
Testamento
se
indica
que
“
No
tomarás
de
tu
hermano
logro
de
dinero
(
…
)”
(
Deuteronomio
23
:
19
),
mientras
que
el
Corán
afirma
que
“
Aquellos
que
devoran
usura
no
pueden
levantarse
(
…
)”
(
2
:
275
).
Los
mercados
del
crédito
y
la
usura
se
han
desarrollado
conjuntamente
,
aunque
esta
última
no
tuvo
siempre
la
connotación
negativa
que
actualmente
se
le
atribuye
(
La
Rana
,
1999
).
Durante
la
época
romana
el
usurae
se
refería
al
dinero
u
otro
producto
,
generalmente
agrícola
,
que
el
deudor
tenía
que
proporcionar
al
acreedor
como
compenso
por
el
préstamo
obtenido
,
mientras
que
el
usus
era
el
compenso
por
el
uso
del
capital
proporcionado
por
terceros
y
que
corresponde
a
la
noción
del
interés
actual
.
En
particular
,
desde
un
punto
de
vista
histórico
,
paralelamente
al
contrato
que
preveía
la
restitu
–
ción
de
lo
prestado
,
se
implementaba
también
otro
(
stipulatio
usurarum
)
que
preveía
el
pago
de
los
intereses
.
Las
tasas
que
podían
cobrarse
dependían
de
la
posición
y
de
la
actividad
del
prestatario
(
Muratori
,
1751
)
y
alrededor
del
año
450
A
.
C
.,
posiblemente
por
los
abusos
que
se
realizaban
,
los
intereses
fueron
establecidos
por
las
duodecim
tabularum
leges
en
un
8
.
33
por
ciento
anual
.
Sucesivamente
,
la
iglesia
condenó
las
prácticas
del
préstamo
usurero
y
esta
posición
se
endureció
a
lo
largo
de
los
siglos
con
los
Concilios
de
Elvira
(
306
),
Nicea
(
325
)
1
,
Clichy
(
626
)
2
y
Viena
(
1311
)
3
.
Debido
a
la
práctica
común
,
el
cobro
de
intereses
con
el
tiempo
fue
paulatinamente
tolerado
y
sucesivamente
aceptado
.
La
iglesia
en
el
siglo
XV
admitió
el
cobro
de
los
intereses
compensatorios
pero
siguió
rechazando
los
intereses
lucrativos
.
Prueba
de
ello
consiste
en
la
Vix
Pervenit
enviada
por
parte
del
papa
Benedicto
XIV
(
1745
),
en
la
cual
hace
manifiesto
que
la
usura
es
una
forma
de
agresión
hacia
los
pobres
.
En
Italia
hacia
finales
del
siglo
XV
la
iglesia
católica
apoyó
la
institución
de
los
montes
de
1
Estos
Concilios
prohibieron
a
los
clérigos
llevar
a
cabo
la
usura
.
Kristiano
Raccanello
es
profesor
e
investigador
del
Departamento
de
Economía
,
Universidad
de
las
Américas
Puebla
,
Exhacienda
Sta
.
Catarina
Mártir
,
72820
,
Cholula
,
Puebla
,
México
.
2
Este
Concilio
prohibió
también
a
los
laicos
la
práctica
de
la
usura
.
3
La
usura
fue
declarada
como
práctica
herética
.
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Laissez-Faire
31
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piedad
con
el
fin
de
proporcionar
una
alternativa
a
los
préstamos
de
la
comunidad
judía
(
Bresnahan
Menning
,
1993
),
que
desde
los
siglos
X
y
XI
estaba
siendo
acusada
de
prácticas
usureras
(
Muratori
,
1751
).
En
realidad
,
a
pesar
de
la
influencia
eclesiástica
,
la
actividad
de
los
prestamistas
era
tolerada
por
razones
económicas
por
parte
de
las
autoridades
políticas
(
Calimani
,
1987
).
La
percepción
negativa
de
los
agiotistas
podría
haberse
mantenido
a
lo
largo
del
tiempo
debido
a
que
la
transmisión
de
los
valores
morales
(
Raccanello
,
2004
)
han
sido
influenciada
por
la
religión
(
Le
Goff
,
1987
).
A
pesar
de
los
aspectos
históricos
,
hoy
en
día
estos
intermediarios
financieros
constituyen
una
opción
de
financiamiento
disponible
en
prácticamente
todos
los
países
.
Las
actividades
de
los
agiotistas
comparten
rasgos
comunes
bien
identificados
:
los
préstamos
son
de
corto
plazo
y
sujetos
la
presentación
de
alguna
garantía
,
mientras
que
las
tasas
de
interés
son
mucho
más
altas
respectos
a
las
del
mercado
financiero
formal
.
Su
presencia
ha
sido
documentada
en
los
Estados
Unidos
(
Koerner
,
2001
),
Japón
(
Kon
,
2003
),
Italia
(
Lenza
,
2003
)
y
en
el
Reino
Unido
(
Rawlingson
,
1994
),
entre
otros
países
.
La
disponibilidad
de
datos
y
otra
información
sobre
estas
actividades
está
en
función
del
marco
institucional
del
país
analizado
(
Aryeetey
,
1995
).
Donde
la
práctica
es
ilegal
,
la
información
en
torno
a
los
prestamistas
y
a
los
clientes
es
escasa
.
Estos
últimos
,
conscientes
de
estar
recurriendo
a
una
fuente
de
recursos
que
la
sociedad
reprocha
,
tienden
a
no
reportar
su
uso
por
el
estigma
social
que
implica
su
uso
.
Esto
provoca
que
sea
muy
difícil
medir
la
extensión
del
mercado
y
sus
características
(
La
Rana
,
1999
;
De
Leo
et
al
.,
2003
).
Frecuentemente
,
la
existencia
de
las
prácticas
usureras
emerge
por
las
consecuencias
que
enfrentan
los
deudores
en
caso
de
incumplimiento
.
Cuando
la
criminalidad
organizada
no
está
involucrada
en
la
transacción
,
el
prestamista
puede
ejercer
presiones
y
tomar
posesión
de
la
garantía
.
Daly
y
Walsh
(
1988
)
en
un
estudio
para
el
Reino
Unido
reportan
que
sólo
el
33
%
de
los
entrevistados
indicó
haber
sufrido
algún
acto
de
agresión
y
/
o
intimidación
,
más
no
de
violencia
.
Por
otro
lado
,
la
situación
es
radicalmente
distinta
si
la
criminalidad
organizada
se
asocia
con
la
actividad
del
préstamo
,
ya
que
las
amenazas
físicas
y
la
violencia
son
los
mecanismos
que
usualmente
se
implementan
para
presionar
al
deudor
(
Long
,
1990
;
DeMercurio
,
1999
).
Como
ocurre
en
la
gran
mayoría
de
los
casos
,
si
el
prestamista
opera
en
la
informalidad
es
evidente
que
éste
no
pueda
recurrir
a
alguna
instancia
formal
para
hacer
cumplir
el
contrato
.
Sobretodo
en
los
países
en
vía
de
desarrollo
,
en
caso
de
incumplimiento
,
además
de
que
la
garantía
se
vuelve
propiedad
del
prestamista
,
el
deudor
se
enfrenta
con
la
negativa
de
obtener
nuevos
créditos
(
Aryeetey
,
1995
)
debido
al
deterioro
de
la
imagen
del
deudor
frente
a
la
sociedad
.
En
otros
casos
,
la
sanción
social
puede
extenderse
hasta
a
la
siguiente
generación
(
La
Ferrara
,
1999
).
En
línea
con
lo
anterior
,
se
ha
detectado
la
existencia
de
un
“
buró
de
crédito
”
a
nivel
informal
a
través
del
cual
los
prestamistas
comunican
a
sus
pares
los
datos
de
los
deudores
que
no
cumplen
con
sus
obligaciones
(
Raccanello
,
2008
).
A
lo
largo
del
tiempo
,
los
intermediarios
y
sus
prácticas
han
evolucionado
,
y
recientemente
han
surgido
nuevas
modalidades
de
préstamo
y
estrategias
dirigidas
hacia
aquellos
individuos
que
necesitan
de
liquidez
inmediata
.
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Laissez-Faire
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2
.
Créditos
predatorios
.
Principalmente
(
más
no
exclusivamente
)
en
los
Estados
Unidos
,
durante
las
últimas
dos
décadas
,
la
expansión
del
crédito
predatorio
ha
sido
acompañada
por
un
proceso
de
empobrecimiento
de
los
habitantes
(
Peterson
,
2004
)
combinado
con
un
mayor
nivel
de
endeudamiento
(
Stegman
y
Faris
,
2003
).
El
término
de
“
crédito
predatorio
”,
acuñado
alrededor
de
1994
,
comenzó
a
aparecer
con
mayor
frecuencia
a
comienzo
de
esta
década
(
Morgan
,
2007
)
y
se
refiere
a
las
prácticas
implementadas
por
parte
de
prestamistas
o
intermediarios
financieros
quienes
,
a
través
de
la
manipulación
o
proporcionando
información
incompleta
,
toman
ventaja
sobre
el
prestatario
valiéndose
de
su
falta
de
conocimientos
en
relación
a
los
términos
del
préstamo
.
La
asimetría
de
las
condiciones
contractuales
que
favorecen
a
los
prestamistas
,
provoca
que
la
contraparte
tenga
frecuentemente
serios
problemas
para
liquidar
la
deuda
(
U
.
S
.
Department
of
Housing
and
Urban
Development
,
2001
),
impactando
negativamente
en
su
bienestar
(
Morgan
,
2007
).
Las
características
de
estas
prácticas
han
sido
identificadas
desde
hace
tiempo
,
pero
su
precisa
definición
es
compleja
por
los
cambios
que
presentan
para
evadir
las
leyes
en
materia
(
Trufant
Foster
,
1940
;
Litan
,
2001
;
U
.
S
.
Department
of
Housing
and
Urban
Development
,
2001
;
Peterson
,
2004
).
Habitualmente
,
las
prácticas
asociadas
con
el
crédito
predatorio
consisten
en
el
refinanciamiento
de
hipotecas
,
préstamos
sobre
cheques
posfechados
,
agio
,
crédito
prendario
y
ventas
a
crédito
(
U
.
S
.
Department
of
Housing
and
Urban
Development
,
2001
,
Silverman
,
2005
).
Sólo
en
los
Estado
Unidos
la
industria
del
préstamo
sobre
cheques
posfechados
se
ha
desarrollado
de
forma
sorprendente
;
desde
los
10
billones
de
dólares
en
el
2000
sus
ingresos
se
estimaron
alcanzar
los
28
billones
en
el
2006
,
de
los
cuales
el
90
%
provendría
de
clientes
frecuentes
;
es
decir
,
de
aquellos
que
no
han
logrado
pagar
el
préstamo
en
el
plazo
establecido
(
Ernst
,
Farris
y
King
,
2003
;
King
,
Parrish
y
Tanik
,
2006
).
El
crecimiento
de
esta
industria
se
ha
visto
beneficiado
por
la
heterogeneidad
de
la
legislación
relacionada
con
control
de
las
tasas
de
interés
en
cada
estado
(
Consumer
Federation
of
America
,
2008
).
El
incremento
de
la
deuda
y
los
bajos
niveles
de
ahorros
de
los
hogares
,
han
puesto
en
evidencia
el
manejo
deficiente
de
los
recursos
económicos-financieros
por
parte
de
las
familias
(
Hogarth
,
Hilgert
y
Schuchardt
,
2002
),
las
cuales
,
al
preferir
un
mayor
consumo
en
el
corto
plazo
parecen
no
anticipar
las
consecuencias
de
su
financiamiento
en
el
mediano
y
largo
plazo
.
De
hecho
,
los
consumidores
tienden
a
utilizar
servicios
financieros
complementarios
sin
poner
mucha
atención
a
las
tasas
de
interés
ni
a
otros
cargos
relacionados
con
su
uso
.
Principalmente
,
más
no
exclusivamente
,
los
individuos
vulnerables
o
los
que
pertenecen
a
las
minorías
étnicas
son
los
que
carecen
de
una
adecuada
preparación
en
materia
financiera
(
Carr
y
Kolluri
,
2001
;
Carr
y
Schuetz
,
2001
).
A
partir
de
la
década
de
los
90
,
la
atención
hacia
la
educación
financiera
ha
sido
justificada
por
una
mayor
sofisticación
de
los
productos
disponibles
en
los
mercados
financieros
que
demandan
el
manejo
de
habilidades
específicas
para
su
evaluación
.
Asimismo
,
otros
factores
que
han
operado
en
el
mismo
sentido
consisten
en
los
cambios
en
el
sistema
de
pensiones
,
en
los
aspectos
tecnológicos
,
y
en
el
incremento
de
las
prácticas
de
créditos
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Laissez-Faire
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predatorios
(
Hilgert
,
Hogarth
y
Beverly
,
2003
;
Lusardi
,
2008
).
De
esta
forma
,
los
individuos
que
poseen
mayores
conocimientos
en
materia
financiera
podrán
seleccionar
las
opciones
más
convenientes
para
la
acumulación
y
preservación
de
sus
ahorros
y
de
otros
activos
indispensables
para
garantizar
una
mejor
calidad
de
vida
en
la
vejez
(
OECD
,
2005
).
Desde
un
punto
de
vista
más
amplio
,
mayores
conocimientos
proporcionarán
beneficios
para
la
economía
en
su
conjunto
al
fomentar
la
competencia
y
la
eficiencia
de
los
mercados
(
Hilgert
,
Hogarth
y
Beverly
,
2003
;
OECD
,
2005
).
Consecuentemente
,
los
objetivos
más
importantes
de
los
programas
de
educación
financiera
tienden
a
concentrarse
en
la
promoción
de
dichos
conocimientos
entre
los
sectores
más
vulnerables
(
Vitt
et
al
.,
2000
),
dar
a
conocer
las
consecuencias
del
sobreendeudamiento
y
de
sus
efectos
en
el
largo
plazo
(
Cohen
y
Sebstad
,
2003
),
y
en
proporcionar
información
en
relación
a
las
prácticas
predatorias
(
Todd
,
2002
;
Lucey
y
Giannangelo
,
2006
).
3
.
Educación
financiera
.
La
OECD
(
2005
:
13
)
define
la
educación
financiera
como
“(
…
)
el
proceso
mediante
el
cual
los
consumidores
de
productos
financieros
e
inversionistas
mejoran
su
comprensión
de
los
conceptos
y
productos
(
…
)
desarrollando
las
habilidades
(
…
)
para
ser
más
conscientes
de
los
riesgos
financieros
,
de
las
oportunidades
,
tomar
decisiones
informadas
y
(
…
)
otras
medidas
eficaces
para
mejorar
su
bienestar
financiero
.”
A
nivel
internacional
,
la
literatura
reporta
que
la
mayoría
de
los
individuos
carece
de
una
apropiada
educación
financiera
(
Matul
,
Pawlak
y
Fałkowski
,
2004
;
Miles
,
2004
;
OECD
,
2005
;
Orton
,
2007
;
Mandell
,
2009
).
Las
personas
que
presentan
menores
conocimientos
son
las
que
pertenecen
a
alguna
minoría
(
hispanos
y
afroamericanos
en
particular
)
(
National
Council
on
Economic
Education
,
1999
;
Kotlikoff
y
Bernheim
,
2001
;
Lusardi
y
Mitchell
,
2007
;
y
Sun
,
Barboza
y
Richman
,
2007
),
las
mujeres
,
los
individuos
con
escasa
y
mediana
educación
(
Lusardi
y
Mitchell
,
2006
),
los
jóvenes
,
los
adultos
mayores
,
y
aquellos
que
pertenecen
a
familias
con
niveles
de
ingresos
relativamente
bajos
(
OECD
,
2005
;
Lusardi
,
2008
;
Agarwal
,
Driscoll
,
Gabaix
y
Laibson
,
2009
).
Aún
cuando
existe
una
natural
asociación
entre
mayores
conocimientos
financieros
y
mejores
decisiones
en
la
materia
,
posiblemente
por
influir
sobre
el
comportamiento
de
los
hogares
a
través
de
la
variación
del
conjunto
de
opciones
a
su
disposición
(
Maki
,
2004
;
van
Rooij
,
Lusardi
y
Alessie
,
2007
),
los
estudios
que
proporcionan
evidencia
de
causalidad
son
escasos
(
Hilgert
,
Hogarth
y
Beverly
,
2003
;
Lusardi
y
Mitchell
,
2007
,
Lusardi
,
2008
).
No
obstante
,
la
literatura
tiende
a
suponer
que
mayores
conocimientos
conllevan
a
mejores
resultados
y
que
consisten
,
de
forma
específica
,
en
un
incrementos
en
los
ahorros
(
Bernheim
y
Garrett
,
1996
;
Bernheim
,
Garrett
y
Maki
,
2001
;
Clancy
,
Grinstein-Weiss
y
Schreiner
,
2001
;
Moore
et
al
.,
2001
),
una
mayor
acumulación
de
riqueza
(
Bernheim
,
Garrett
y
Maki
,
2001
;
Lusardi
,
2003
,
2004
),
una
mayor
cantidad
de
ahorro
para
el
retiro
(
Clark
,
d
’
Ambrosio
,
McDermed
y
Sawant
,
2003
;
Lusardi
,
2004
;
Bayer
,
Bernheim
y
Scholz
,
2008
),
una
menor
tasa
de
default
en
el
repago
de
créditos
hipotecarios
(
Hirad
y
Zorn
,
2001
)
y
con
una
reducción
de
la
deuda
(
Elliehausen
,
Lundquist
,
y
Staten
,
2007
).
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Laissez-Faire
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