Liberalismo y doctrina social de la iglesia: un aporte desde la teoría del conocimiento disperso
<< Back to editing
Previous version by
a
<< Older
Newer >>
Revert to this one
search results
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire24_7.pdf&rsargs[]=0
__________________________________________________________________
Juan
F
.
Ramos
Mejía
(
h
)
Liberalismo
y
Doctrina
Social
de
la
Iglesia
:
Un
Aporte
desde
la
Teoría
del
Conocimiento
Disperso
“[
T
]
he
care
of
souls
cannot
belong
to
the
civil
magistrate
,
because
his
power
consists
only
in
outward
force
;
but
true
and
saving
religion
consists
in
the
inward
persuasion
of
the
mind
…
”
(
John
Locke
,
A
Letter
Concerning
Toleration
,
1689
).
Introducción
homosexuales
,
y
es
manifiesta
su
reticencia
a
rever
la
tradicional
postura
de
la
Iglesia
Católica
Apostólica
Romana
(
la
“
Iglesia
”)
en
estas
cuestiones
.
Incluso
,
en
su
cargo
de
Prefecto
de
la
Congregación
de
la
Doctrina
de
la
Fe
llegó
a
manifestar
(
en
el
documento
“
Nota
doctrinal
sobre
algunas
cuestiones
relativas
al
compromiso
y
la
conducta
de
los
católicos
en
la
vida
política
”):
La
elección
del
Cardenal
Joseph
Ratzinger
como
Papa
Benito
o
Benedicto
XVI
ha
sido
interpretada
como
la
expresión
de
la
continuidad
del
papado
de
Juan
Pablo
II
,
y
es
considerada
una
buena
noticia
por
muchos
apóstoles
de
la
sociedad
abierta
.
En
efecto
,
Ratzinger
es
bien
conocido
por
su
tajante
oposición
a
los
teólogos
de
la
liberación
que
sirvieron
de
caldo
de
cultivo
para
el
terrorismo
marxista
en
América
Latina
durante
los
60
’
s
y
70
’
s
.
Ahora
bien
,
Ratzinger
es
también
conocido
por
su
firme
posición
conservadora
en
lo
que
se
refiere
a
algunos
temas
sociales
de
actualidad
como
el
divorcio
,
el
aborto
,
la
eutanasia
y
las
uniones
Juan
Francisco
Ramos
Mejía
(
h
)
es
Abogado
y
Master
en
Economía
.
Es
miembro
del
Departamento
de
Investigaciones
de
ESE-
ADE
(
Argentina
)
en
el
área
de
Análisis
Económico
del
Derecho
,
y
profesor
de
Ciencia
Política
en
la
Universidad
Austral
de
Buenos
Aires
.
Cuando
la
acción
política
tiene
que
ver
con
principios
morales
que
no
admiten
derogaciones
,
excepciones
o
compromiso
alguno
,
es
cuando
el
empeño
de
los
católicos
se
hace
más
evidente
y
cargado
de
responsabilidad
...
Este
es
el
caso
de
las
leyes
civiles
en
materia
de
aborto
y
eutanasia
(
que
no
hay
que
confundir
con
la
renuncia
al
ensañamiento
terapéutico
,
que
es
moralmente
legítima
),
que
deben
tutelar
el
derecho
primario
a
la
vida
desde
de
su
concepción
hasta
su
término
natural
.
Del
mismo
modo
,
hay
ue
insistir
en
el
deber
de
respetar
y
proteger
los
derechos
del
embrión
humano
.
Análogamente
,
debe
ser
salvaguardada
la
tutela
y
la
promoción
de
la
familia
,
fundada
en
el
matrimonio
monogámico
entre
personas
de
sexo
opuesto
y
protegida
en
su
unidad
y
estabilidad
,
frente
a
las
leyes
modernas
sobre
el
divorcio
.
A
la
familia
no
pueden
ser
jurídicamente
equiparadas
otras
formas
de
convivencia
,
ni
éstas
pueden
recibir
,
en
cuánto
tales
,
reconocimiento
legal
[
las
cursivas
son
mías
].
Naturalmente
,
una
posición
conserva-
__________________________________________________________________
Laissez-Faire
89
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire24_7.pdf&rsargs[]=1
__________________________________________________________________
dora
tan
marcada
en
temas
sociales
es
motivo
de
disputa
para
muchos
liberales
y
“
progresistas
,”
y
en
muchos
casos
contribuye
decisivamente
a
su
alejamiento
de
la
religión
,
máxime
cuando
el
Catecismo
de
la
Iglesia
establece
que
“[
los
fieles
]
tienen
el
deber
de
observar
las
constituciones
y
los
decretos
promulgados
por
la
autoridad
legítima
de
la
Iglesia
.”
Resulta
conveniente
,
entonces
,
realizar
algunas
consideraciones
sobre
el
rol
de
la
Iglesia
en
el
mundo
y
sus
enseñanzas
sobre
doctrina
social
(“
DSI
”).
El
debate
que
se
plantea
hoy
en
día
no
hace
referencia
tanto
a
las
cuestiones
económicas
que
tanto
ocuparon
a
la
DSI
en
los
años
60
’
s
y
70
’
s
,
sino
más
bien
a
las
libertades
civiles
a
la
que
alude
el
documento
mencionado
ut
supra
.
Este
ensayo
procura
,
por
tanto
,
poner
el
énfasis
en
defender
la
autonomía
del
derecho
y
la
política
con
relación
a
la
religión
en
este
campo
.
La
unión
en
la
diversidad
requiere
necesariamente
distinguir
aquellos
aspectos
que
son
esenciales
al
depósito
de
la
Fe
de
aquellos
que
son
ajenos
y
accidentales
a
la
religión
católica
.
Para
ello
resulta
imprescindible
demarcar
con
claridad
los
límites
naturales
de
la
DSI
,
y
es
aquí
donde
el
aporte
de
la
Escuela
Austríaca
de
Economía
resulta
sumamente
interesante
.
Separando
las
esferas
de
competencia
La
Iglesia
constituye
una
asociación
de
fieles
que
siguen
las
enseñanzas
de
Cristo
y
la
tradición
de
los
apóstoles
,
reconociendo
como
máxima
autoridad
al
obispo
de
Roma
.
Existen
también
otras
iglesias
cristianas
como
los
protestantes
,
evangélicos
metodistas
y
anglicanos
,
e
incluso
otra
Iglesia
Católica
Apostólica
,
pero
que
no
reconoce
la
autoridad
suprema
de
Roma
(
los
ortodoxos
).
De
cualquier
manera
,
lo
importante
aquí
es
que
se
trata
de
una
asociación
religiosa
y
como
tal
se
refiere
a
la
espiritualidad
humana
y
el
camino
a
la
perfección
y
felicidad
de
los
hombres
.
No
obstante
ello
,
la
Iglesia
Católica
cuenta
también
con
una
organización
política
,
social
y
económica
.
Cuenta
con
un
código
de
derecho
canónico
,
que
regula
por
ejemplo
las
nulidades
matrimoniales
,
y
una
organización
jurídico-política
que
se
refleja
en
el
Estado
del
Vaticano
.
El
Papa
es
líder
religioso
de
los
católicos
pero
a
su
vez
es
también
jefe
político
del
Estado
del
Vaticano
.
He
aquí
,
la
necesidad
de
distinguir
las
diferentes
competencias
que
asume
el
Papa
como
cabeza
de
la
Iglesia
.
Existe
un
Papa
político
,
que
mantiene
relaciones
diplomáticas
con
otros
Estados
y
opina
acerca
de
la
situación
internacional
;
un
Papa
sociólogo
y
economista
,
que
expresa
su
opinión
en
torno
a
las
distintas
cuestiones
sociales
y
económicas
que
afectan
a
la
humanidad
;
un
Papa
filósofo
y
antropólogo
,
que
intenta
desentrañar
preguntas
profundas
acerca
del
hombre
;
y
finalmente
un
Papa
religioso
,
que
mediante
su
acción
pastoral
y
doctrinaria
profundiza
en
las
enseñanzas
de
Cristo
.
La
Iglesia
tiene
entonces
múltiples
áreas
de
competencia
.
De
lo
que
se
trata
aquí
es
de
delimitar
su
área
de
competencia
religiosa
.
Las
restantes
áreas
son
naturalmente
ajenas
al
catolicismo
como
religión
,
y
no
pueden
ser
merecedoras
de
obediencia
o
asentimiento
por
parte
de
los
creyentes
.
En
primer
lugar
,
es
claro
que
la
Iglesia
tiene
autoridad
religiosa
para
enseñar
en
cuestiones
de
Fe
,
por
cuanto
ella
es
la
depositaria
de
la
revelación
divina
.
Existe
,
sin
embargo
,
una
amplia
diversidad
de
__________________________________________________________________
Laissez-Faire
90
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire24_7.pdf&rsargs[]=2
__________________________________________________________________
interpretaciones
teológicas
,
pero
al
menos
en
este
campo
la
jerarquía
eclesiástica
de
la
Iglesia
parece
centralizar
la
autoridad
.
Este
es
uno
de
los
principales
rasgos
que
la
diferencian
de
otras
iglesias
cristianas
.
En
segundo
lugar
,
la
Iglesia
tiene
autoridad
religiosa
para
enseñar
en
cuestiones
de
moral
,
por
cuanto
por
la
fe
complementa
el
conocimiento
de
la
razón
acerca
de
qué
es
lo
bueno
y
qué
es
lo
malo
para
el
hombre
,
y
esto
es
necesario
para
la
salvación
de
las
almas
.
Por
supuesto
,
esta
autoridad
no
implica
infalibilidad
,
salvo
los
supuestos
excepcionalísimos
bajo
los
cuales
se
aceptó
la
misma
en
el
Concilio
Vaticano
I
.
A
saber
:
Definimos
ser
dogma
divinamente
revelado
que
el
Romano
Pontífice
cuando
habla
“
ex
cátedra
,”
esto
es
,
cuando
cumpliendo
su
cargo
de
Pastor
y
Maestro
de
todos
los
cristianos
,
define
con
su
suprema
autoridad
apostólica
,
que
una
doctrina
sobre
la
fe
y
costumbres
debe
ser
sostenida
por
la
Iglesia
Universal
...
goza
de
aquella
infalibilidad
que
el
Redentor
Divino
quiso
que
estuviera
en
su
Iglesia
.
El
objeto
de
la
religión
es
la
salvación
de
los
hombres
,
y
el
de
la
Iglesia
es
la
difusión
de
la
religión
entre
los
hombres
o
,
lo
que
es
lo
mismo
,
en
la
tradición
cristiana
,
su
evangelización
.
Puesto
que
para
los
católicos
la
salvación
es
siempre
individual
y
jamás
colectiva
,
el
campo
de
la
moral
natural
y
sobrenatural
dentro
del
cual
la
Iglesia
ejerce
su
magisterio
debe
necesariamente
referirse
a
la
persona
individual
y
no
a
los
sistemas
de
organización
social
.
Ya
ha
enseñado
Cristo
en
este
respecto
:
“
Dad
al
César
lo
que
es
del
César
y
a
Dios
lo
que
es
de
Dios
.”
El
pasaje
evangélico
es
el
que
sigue
:
Y
envían
donde
él
algunos
fariseos
y
herodianos
,
para
cazarle
en
alguna
palabra
.
Vienen
y
le
dicen
:
…
“¿
Es
lícito
pagar
tributo
al
César
o
no
?
¿
Pagamos
o
dejamos
de
pagar
?”
Mas
él
,
dándose
cuenta
de
su
hipocresía
,
les
dijo
:
“¿
Por
qué
me
tentáis
?”
“
Traedme
un
denario
,
que
lo
vea
.”
Se
lo
trajeron
y
les
dice
:
“¿
De
quién
es
esta
imagen
y
la
inscripción
?”
Ellos
le
dijeron
:
“
Del
César
”.
Jesús
les
dijo
:
“
Lo
del
César
devolvédselo
al
César
,
y
lo
de
Dios
a
Dios
.”
Y
se
maravillaban
de
él
.
1
La
autoridad
moral
es
,
por
tanto
,
extensión
de
la
autoridad
religiosa
de
la
Iglesia
.
En
el
enorme
campo
de
la
falibilidad
humana
debe
entenderse
,
consiguientemente
,
como
una
recomendación
o
sugerencia
de
la
que
no
sería
prudente
apartarse
sin
razones
fundadas
,
con
la
salvedad
de
que
la
infalibilidad
“
se
extiende
también
a
todos
los
elementos
de
doctrina
,
comprendida
la
moral
,
sin
los
cuales
las
verdades
salvíficas
de
la
fe
no
pueden
ser
salvaguardadas
,
expuestas
u
observadas
.”
Así
,
la
autoridad
moral
de
la
Iglesia
de
ninguna
manera
excluye
la
competencia
en
el
“
mercado
de
las
ideas
”
con
otras
teorías
morales
que
no
se
opongan
a
las
enseñanzas
de
Cristo
y
la
tradición
apostólica
.
Pero
,
¿
cuán
amplia
es
esta
autoridad
moral
?
La
justa
autonomía
de
lo
temporal
Es
bien
sabido
que
la
autoridad
de
la
Iglesia
en
materia
social
no
puede
provenir
de
los
mismos
documentos
cuya
autoridad
se
cuestiona
.
Esto
sería
tanto
como
justificar
la
autoridad
del
presidente
de
una
empresa
,
no
en
los
estatutos
societarios
,
sino
en
los
discursos
y
documentos
emitidos
por
el
mismo
presidente
.
La
autoridad
de
la
Iglesia
en
este
campo
debe
derivarse
,
por
tanto
,
de
las
sagradas
escrituras
o
de
la
tradición
apostólica
,
que
son
las
fuentes
de
la
revelación
.
1
Mc
.
12
,
13-17
;
Mt
.
22
,
15-22
;
Lc
.
20
,
20-26
.
__________________________________________________________________
Laissez-Faire
91
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire24_7.pdf&rsargs[]=3
__________________________________________________________________
De
cualquier
manera
,
la
interpretación
oficial
de
la
Iglesia
con
relación
al
mundo
temporal
y
al
mundo
sobrenatural
al
que
hace
referencia
Cristo
en
la
cita
precedente
es
resumida
en
la
Constitución
del
Vaticano
II
Gaudium
et
Spes
(
Pastoral
sobre
la
iglesia
en
el
mundo
actual
).
Así
dice
en
el
Capitulo
III
sobre
“
La
actividad
humana
en
el
mundo
”
cuando
se
refiere
a
“
la
justa
autonomía
de
la
realidad
terrena
”:
36
.
Muchos
de
nuestros
contemporáneos
parecen
temer
que
,
por
una
excesivamente
estrecha
vinculación
entre
la
actividad
humana
y
la
religión
,
sufra
trabas
la
autonomía
del
hombre
,
de
la
sociedad
o
de
la
ciencia
.
Si
por
autonomía
de
la
realidad
se
quiere
decir
que
las
cosas
creadas
y
la
sociedad
misma
gozan
de
propias
leyes
y
valores
,
que
el
hombre
ha
de
descubrir
,
emplear
y
ordenar
poco
a
poco
,
es
absolutamente
legítima
esta
exigencia
de
autonomía
.
No
es
sólo
que
la
reclamen
imperiosamente
los
hombres
de
nuestro
tiempo
.
Es
que
además
responde
a
la
voluntad
del
Creador
.
Pues
,
por
la
propia
naturaleza
de
la
creación
,
todas
las
cosas
están
dotadas
de
consistencia
,
verdad
y
bondad
propias
y
de
un
propio
orden
regulado
,
que
el
hombre
debe
respetar
con
el
reconocimiento
de
la
metodología
particular
de
cada
ciencia
o
arte
.
Por
ello
,
la
investigación
metódica
en
todos
los
campos
del
saber
,
si
está
realizada
de
una
forma
auténticamente
científica
y
conforme
a
las
normas
morales
,
nunca
será
en
realidad
contraria
a
la
fe
,
porque
las
realidades
profanas
y
las
de
la
fe
tienen
su
origen
en
un
mismo
Dios
.
Más
aún
,
quien
con
perseverancia
y
humildad
se
esfuerza
por
penetrar
en
los
secretos
de
la
realidad
,
está
llevado
,
aun
sin
saberlo
,
como
por
la
mano
de
Dios
,
quien
,
sosteniendo
todas
las
cosas
,
da
a
todas
ellas
el
ser
.
Son
,
a
este
respecto
,
de
deplorar
ciertas
actitudes
que
,
por
no
comprender
bien
el
sentido
de
la
legítima
autonomía
de
la
ciencia
,
se
han
dado
algunas
veces
entre
los
propios
cristianos
;
actitudes
que
,
seguidas
de
agrias
polémicas
,
indujeron
a
muchos
a
establecer
una
oposición
entre
la
ciencia
y
la
fe
.
Pero
si
autonomía
de
lo
temporal
quiere
decir
que
la
realidad
creada
es
independiente
de
Dios
y
que
los
hombres
pueden
usarla
sin
referencia
al
Creador
,
no
hay
creyente
alguno
a
quien
se
le
oculte
la
falsedad
envuelta
en
tales
palabras
.
La
criatura
sin
el
Creador
desaparece
.
Por
lo
demás
,
cuantos
creen
en
Dios
,
sea
cual
fuere
su
religión
,
escucharon
siempre
la
manifestación
de
la
voz
de
Dios
en
el
lenguaje
de
la
creación
.
Más
aún
,
por
el
olvido
de
Dios
la
propia
criatura
queda
oscurecida
.
Pero
,
¿
cómo
se
explica
entonces
la
vasta
doctrina
de
la
Iglesia
en
el
campo
social
?
¿
No
limita
esto
acaso
la
autonomía
de
las
ciencias
sociales
“
de
quien
con
perseverancia
y
humildad
se
esfuerza
por
penetrar
en
los
secretos
de
la
realidad
”?
G
.
Zanotti
lo
explica
del
siguiente
modo
:
...
cuando
en
una
sociedad
reina
el
bien
común
,
entonces
se
dan
las
condiciones
de
vida
social
que
facilitan
el
desarrollo
y
perfeccionamiento
de
la
persona
humana
...
[
Y
,
dado
que
]
el
bien
común
facilita
el
acto
moralmente
bueno
y
el
acto
moralmente
bueno
forma
parte
del
acto
salvífico
(
sin
ser
causa
eficiente
),
entonces
podemos
decir
que
el
bien
común
temporal
ayuda
a
la
salvación
del
hombre
...
Es
por
esto
que
,
como
dijimos
al
principio
,
la
Iglesia
tiene
una
función
indirecta
en
lo
temporal
advirtiendo
contra
aquellas
cuestiones
que
dificulten
la
salvación
y
/
o
pronunciándose
sobre
aquellos
grandes
principios
de
derecho
natural
primario
y
secundario
que
favorezcan
el
bien
común
.
2
2
G
.
Zanotti
,
La
Temporalización
de
la
Fe
(
Buenos
Aires
:
Instituto
de
Estudios
Económicos
y
de
Ética
Social
,
1989
),
pp
.
20-21
.
__________________________________________________________________
Laissez-Faire
92