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Marzo  1998

Modas internacionales

CategoríaMarzo 1998Política

Roberto Salinas León

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Roberto SalinasLeón El más reciente libro del economista Paul Krugman , Pop Internationalism ( MIT Press , 1996 ), ofrece una serie de argumentos en contra de ciertas modas que han surgido alrededor de temas internacionales como la apertura comercial , la fascinación con las exportaciones , y la idea de que mayor libre comercio conduce a la creación de nuevos empleos . Estas ideas son esencia y consecuencia de la retórica de la globalización . Sin embargo , según Krugman , la mayoría de estas son falsas . Un País no es una Empresa El libro de Krugman es sumamente desconcertante para aquellos que siguen las modas intemacionalistas , pero contiene ideas fundamentales sobre el papel del comercio exterior en el desarrollo de ima economía . Un país no es como una empresa , y el entorno global no se puede concebir como un mercado gigantesco dcmde países compiten uno con el otro . Asimismo , un empresario exitoso no significa que , por esa razón , la persona sea un buen economista . En la mayoría de los casos , según Krugman , los empre- Roberto Salinas León es graduado de Hillsdale College , y de Purdue University ( donde se doctoró en filosofía en 1993 ). Actualmente es Director Ejecutivo del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa ( México ). saríos que predican sobre los principios económicos " no saben de lo que están hablando ." Esta acusación es relevante a los tantos empresarios que ostentan conocimientos particulares sobre la globahzación , o sobre cómo hacer un país competitivo . Krugman se ve obligado a repetir , una y otra vez , los principios básicos del intercambio : el comercio internacional es una actividad económica , sujeta a los mismos principios que otras actividades . Es un proceso de producción que consiste , fundamentalmente , en transformar exportaciones en importaciones . ¿ Qué es más importante , la exportación o la importación ? Sin duda , la primera ; así nos dice el intemacionalista de moda , el empresario experto en globalización , que desconoce el verdadero papel del comercio exterior : el intercambio mutuamente benéfico de bienes y servicios . No se trata de competencia , ni de competitividad , ni de alcanzar más productividad ; se trata de intercambiar lo que un país tiene ( o lo que un país produce con ventaja comparativa ) por lo que ese mismo país no tiene ( o produce con desventajas comparativas ) . Por lo tanto , según esta perspectiva , el fin del comercio internacional no son las exportaciones , sino las importaciones . Un país se beneficia del comercio exterior cuando puede importar lo que desea ; y las exportaciones son una actividad que los países deben realizar simplemente porque los proveedores de los bienes importados son seres humanos , que demandan pago Laissez-Faire 32
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por lo que venden pagos que a su vez se utilizan para comprar bienes que ellos mismos no tienen . La producción no es un fin en si mismo , sino una necesidad que surge en virtud de que no se puede consumir un bien sin intercambiar algo por ese bien . Por lo tanto , aumentos en la productividad de las empresas son buenos no porque permiten aumentar la competitividad de las empresas , sino porque aumentan la capacidad de consumo ( vía más utilidades ) de los accionistas . Krugman afirma que el incremento en el nivel de vida de una sociedad depende de estímulos a la productividad interna , no de fortalecer la competitividad . Su recomendación es que la competitividad constituye una " obsesión peligrosa ." El criterio prevaleciente en las modas intemacionalistas dice que los Estados Unidos han perdido " competitividad " ante Japón , por el hecho que tienen un alto déficit comercial con el país asiático . Es el mismo criterio que celebra la " competitividad " de las exportaciones mexicanas en los últimos dos años , aun cuando los reportes de competitividad colocan a la economía mexicana en el penúltimo lugar . La apertura comercial bajo el TLC ha permitido aumentar significativamente el volumen total del comercio bilateral . Los Estados Unidos son el principal socio comercial de la economía mexicana : 70 % de las importaciones mexicanas provienen de ese país , mientras que 65 % de las exportaciones nacionales se destinan a la región estadounidense . Asimismo , casi 70 % de la inversión extranjera depositada en México origina de los Estados Unidos . Por otro lado , México se ha convertido en el tercer socio comercial más importante de Estados Unidos , sobrepasando a países como Alemania , Inglaterra y Japón ( este último en productos manufactureros ). Estos datos reflejan la tesis de Krugman : el comercio exterior procura el intercambio con beneficios mutuos nada menos , y ciertamente nada más . El estudio de Krugman es un buen antídoto para esclarecer la actual retórica de la competitividad . Krugman tiene razón : el estado de la balanza comercial de un país no es indicio confiable de si su economía es o no competitiva . El nivel de vida y la calidad de productos se explica por incrementos en productividad laboral , no por la competitividad comercial . Sin embargo , el concepto de competitividad nacional es válido para analizar escenarios de competencia bajo la apertura comercial . El caso más sobresaliente , de mayor alcance que los casos comentados en este espacio , es la inversión privada . Competitividad e Inversión La tesis de Krugman de que la competitividad es una " obsesión peligrosa " se limita al comportamiento de la balanza de pagos de una sociedad . En su controvertido anáhsis , Krugman sostiene que un superávit comercial puede " ser una señal de debilidad y mal desempeño económico , mientras que un déficit comercial puede fimcionar como un indicador de confianza y superior rendimiento ." Sin embargo la competitividad concebida como una estrategia para desarrollar un clima de inversión superior cobra relevancia ante la actual lucha global por captar capitales que cada día se toman más escasos . Es decir , la retórica de competitividad es viable si se aplica al contexto institucional , al reto de forjar regímenes de inversión que puedan captar nuevos recursos . Laissez-Faire 33
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Esta observación se basa en las tendencias financieras que se han gestado en el hemisferio occidental a partir de la entrada en vigor de procesos de apertura y el repudio a los paradigmas de estatismo y la sustitución de importaciones que imperaron en los años anteriores . La consecuente reestructuración de las economías ha incorporado la captación de recursos foráneos como fuerza motriz del desarrollo . La posibilidad de materializar esa meta ha dependido en forma fimdamental del orden institucional que impera en naciones respectivas . Así concebida , la competitividad es un factor de carácter extra-comercial , es decir , de las condiciones que guarda un país en su meta de atraer escasos recursos de capitalización . En términos globales , sólo 15 % de la inversión extranjera total se encuentra depositada en los países en vías de desarrollo . Este factor implica que la competitividad institucional de un país , el régimen de inversiones , es de gran importancia para las metas de crecimiento sostenido que procuran los diversos programas de reforma estructural , desde Nueva Zelanda hasta Argentina . La reforma estructural en los países latinoamericanos ha generado las condiciones para amortiguar los " shocks " de desconfianza que han golpeado la buena imagen del actual marco de inversiones . Es decir , los acontecimientos de turbulencia que se han dado hubieran repercutido en forma mucho más seria en el quehacer económico si el actual entorno sufiiera los desequilibrios tan pronunciados que se dieron hace media década . La tendencia a la baja de la tasa de inflación , la relativa estabihdad cambiaria , el TLC , el reciente ingreso a la OCDE , y la reestructuración del papel del gobierno en la actividad económica , han prevenido un colapso del comportamiento de las principales variables económicas . El TLC es un acuerdo que incorpora flujos de inversión . El acuerdo fue diseñado con la meta de balancear los requerimientos financieros de una economía subcapitalizada por medio de su contribución estratégica en consolidar un clima de inversión atractivo . Un país como México requiere generar tasas de crecimiento de 6 % para hacer frente a las demandas laborales de un sector de empleos que incorpora 1 . 5 millones de trabajadores nuevos por año . Esto , a su vez , depende de un flujo de inversión extranjera equivalente a $ us 15 , 000 millones por año . La certidumbre de hacer negocios en un marco de reglas permanentes es un factor fundamental para lograr ese objetivo . Por ejemplo , las cláusulas que protegen propiedad intelectual en rubros como marcas , patentes y nuevos descubrimientos son un requisito indispensable para evitar los problemas de piratería que antes inhibían la inversión en rubros como farmacéutica , equipo de medicina y tecnología . Asimismo , el TLC incluye calendarios de desgravación para sectores de servicios , como seguros , servicios financieros , consultoría , y otros . En materia financiera , esto permitirá abaratar costos de intermediación y contribuir a un mercado de crédito más congruente con las demandas de inversión en la pequefiía y mediana industria . Las normas que estipulan trato nacional para la inversión extranjera son vitales para evitar discriminación y disminuir riesgo , y con ello incrementar nuestra posición competitiva . Estos ejemplos implican que la tesis de Paul Krugman sobre la competitividad tiene una limitante . Es cierto , el creci- Laissez-Faire 34
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miento de una sociedad no depende de competir con otros países en la forma en que las empresas compiten entre en un nicho de mercado . Depende , más bien , de la productividad interna . Sin embargo , la productividad interna depende de tecnología de punta , de capacitación , de las condiciones que guarda el entorno empresarial . Y eso no se puede lograr sin un flujo constante de inversión productiva . La competitividad , por lo tanto , es producto de la habilidad de un país , de sus argumentos institucionales , para asegurar un flujo de capital considerable y continuo . " Hood Robín'' y Competitividad Las economías latinoamericanas son objeto de un surrealismo fascinante . Por un lado , varias de éstas han vivido un auge financiero importante , un pronunciado ingreso de capitales , con el consiguiente impacto en las tasas de interés y estabilidad en los mercados cambiarios . Por otro lado , la reacción generalizada ante la estabilidad en el tipo de cambio preocupa a varios actores de la economía ( exportadores , políticos , autoridades fiscales , consultores , empresarios , expertos en globahzación , así como economistas hechizados con el mito de " devaluación competitiva "). La ironía es sobresaliente : cuando las cosas van bien , es signo de que van mal . La idea de que la estabiUdad en los mercados cambiarios conduce a una revaluación indeseable del peso es fiíito de la felsa expectativa generada por la retórica de que las causas de la crisis mexicana de 1994-95 fiíeron los desequilibrios comerciales en la balanza de pagos . En su momento , estas causas exculparon a las autoridades de responsabilidad , pero al celebrar la subvaluación como fiíente de bienestar se inñmdió una obsesión peligrosa que hoy cosecha fiíitos tan indeseables como la " preocupación " sobre la fortaleza del poder adquisitivo de la moneda nacional . Krugman sentenciaría : un empresario no hace un buen economista . Los llamados " expertos " caen en el error de confundir los fines con los medios , al colocar el equilibrio extemo como fin de la política cambiaria , independientemente del nivel que determina el intercambio de oferta y demanda de divisas en un sistema de flotación . La inversión , bajo este extraño criterio , es el peor enemigo del desarrollo . Por circunstancia o consecuencia , capital exterior ha entrando en masa a la zona latinoamericana . El efecto ha sido natural : a más dólares , menos presión sobre el tipo de cambio y las tasas de interés . Sin embargo , los neo-mercantilistas ven desgracia en la bendición : grandes exportadores se asustan de la revaluación de las monedas , y proponen un esquema de subvaluación permanente , para que por arte de magia cambiaria se eviten las crisis financieras . La propuesta equivale a empobrecer para evitar la pobreza : devaluar el medio de intercambio para evitar el desastre . La crisis mexicana de 1995 fiíe un episodio contundente que demuestra que devaluar no evita el desastre , sino que es el desastre . Los reclamos de la competitividad cambiaria se esconden en los tecnicismos : que necesitamos recuperar la subvaluación para lograr que los bienes de exportación sean más competitivos . Pero esto es la más pura versión de " hood-robinismo ": quitarle poder de compra a los ciudadanos , los que ganan sus ingresos en pesos , para que los exportadores puedan vender más con un delicioso subsidio cambiario . Krugman identifica el peligro : la obsesión con la el Laissez-Faire 35
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