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/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire08_4.pdf&rsargs[]=0
Roberto
SalinasLeón
El
más
reciente
libro
del
economista
Paul
Krugman
,
Pop
Internationalism
(
MIT
Press
,
1996
),
ofrece
una
serie
de
argumentos
en
contra
de
ciertas
modas
que
han
surgido
alrededor
de
temas
internacionales
como
la
apertura
comercial
,
la
fascinación
con
las
exportaciones
,
y
la
idea
de
que
mayor
libre
comercio
conduce
a
la
creación
de
nuevos
empleos
.
Estas
ideas
son
esencia
y
consecuencia
de
la
retórica
de
la
globalización
.
Sin
embargo
,
según
Krugman
,
la
mayoría
de
estas
son
falsas
.
Un
País
no
es
una
Empresa
El
libro
de
Krugman
es
sumamente
desconcertante
para
aquellos
que
siguen
las
modas
intemacionalistas
,
pero
contiene
ideas
fundamentales
sobre
el
papel
del
comercio
exterior
en
el
desarrollo
de
ima
economía
.
Un
país
no
es
como
una
empresa
,
y
el
entorno
global
no
se
puede
concebir
como
un
mercado
gigantesco
dcmde
países
compiten
uno
con
el
otro
.
Asimismo
,
un
empresario
exitoso
no
significa
que
,
por
esa
razón
,
la
persona
sea
un
buen
economista
.
En
la
mayoría
de
los
casos
,
según
Krugman
,
los
empre-
Roberto
Salinas
León
es
graduado
de
Hillsdale
College
,
y
de
Purdue
University
(
donde
se
doctoró
en
filosofía
en
1993
).
Actualmente
es
Director
Ejecutivo
del
Centro
de
Investigaciones
sobre
la
Libre
Empresa
(
México
).
saríos
que
predican
sobre
los
principios
económicos
"
no
saben
de
lo
que
están
hablando
."
Esta
acusación
es
relevante
a
los
tantos
empresarios
que
ostentan
conocimientos
particulares
sobre
la
globahzación
,
o
sobre
cómo
hacer
un
país
competitivo
.
Krugman
se
ve
obligado
a
repetir
,
una
y
otra
vez
,
los
principios
básicos
del
intercambio
:
el
comercio
internacional
es
una
actividad
económica
,
sujeta
a
los
mismos
principios
que
otras
actividades
.
Es
un
proceso
de
producción
que
consiste
,
fundamentalmente
,
en
transformar
exportaciones
en
importaciones
.
¿
Qué
es
más
importante
,
la
exportación
o
la
importación
?
Sin
duda
,
la
primera
;
así
nos
dice
el
intemacionalista
de
moda
,
el
empresario
experto
en
globalización
,
que
desconoce
el
verdadero
papel
del
comercio
exterior
:
el
intercambio
mutuamente
benéfico
de
bienes
y
servicios
.
No
se
trata
de
competencia
,
ni
de
competitividad
,
ni
de
alcanzar
más
productividad
;
se
trata
de
intercambiar
lo
que
un
país
tiene
(
o
lo
que
un
país
produce
con
ventaja
comparativa
)
por
lo
que
ese
mismo
país
no
tiene
(
o
produce
con
desventajas
comparativas
)
.
Por
lo
tanto
,
según
esta
perspectiva
,
el
fin
del
comercio
internacional
no
son
las
exportaciones
,
sino
las
importaciones
.
Un
país
se
beneficia
del
comercio
exterior
cuando
puede
importar
lo
que
desea
;
y
las
exportaciones
son
una
actividad
que
los
países
deben
realizar
simplemente
porque
los
proveedores
de
los
bienes
importados
son
seres
humanos
,
que
demandan
pago
Laissez-Faire
32
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por
lo
que
venden
—
pagos
que
a
su
vez
se
utilizan
para
comprar
bienes
que
ellos
mismos
no
tienen
.
La
producción
no
es
un
fin
en
si
mismo
,
sino
una
necesidad
que
surge
en
virtud
de
que
no
se
puede
consumir
un
bien
sin
intercambiar
algo
por
ese
bien
.
Por
lo
tanto
,
aumentos
en
la
productividad
de
las
empresas
son
buenos
no
porque
permiten
aumentar
la
competitividad
de
las
empresas
,
sino
porque
aumentan
la
capacidad
de
consumo
(
vía
más
utilidades
)
de
los
accionistas
.
Krugman
afirma
que
el
incremento
en
el
nivel
de
vida
de
una
sociedad
depende
de
estímulos
a
la
productividad
interna
,
no
de
fortalecer
la
competitividad
.
Su
recomendación
es
que
la
competitividad
constituye
una
"
obsesión
peligrosa
."
El
criterio
prevaleciente
en
las
modas
intemacionalistas
dice
que
los
Estados
Unidos
han
perdido
"
competitividad
"
ante
Japón
,
por
el
hecho
que
tienen
un
alto
déficit
comercial
con
el
país
asiático
.
Es
el
mismo
criterio
que
celebra
la
"
competitividad
"
de
las
exportaciones
mexicanas
en
los
últimos
dos
años
,
aun
cuando
los
reportes
de
competitividad
colocan
a
la
economía
mexicana
en
el
penúltimo
lugar
.
La
apertura
comercial
bajo
el
TLC
ha
permitido
aumentar
significativamente
el
volumen
total
del
comercio
bilateral
.
Los
Estados
Unidos
son
el
principal
socio
comercial
de
la
economía
mexicana
:
70
%
de
las
importaciones
mexicanas
provienen
de
ese
país
,
mientras
que
65
%
de
las
exportaciones
nacionales
se
destinan
a
la
región
estadounidense
.
Asimismo
,
casi
70
%
de
la
inversión
extranjera
depositada
en
México
origina
de
los
Estados
Unidos
.
Por
otro
lado
,
México
se
ha
convertido
en
el
tercer
socio
comercial
más
importante
de
Estados
Unidos
,
sobrepasando
a
países
como
Alemania
,
Inglaterra
y
Japón
(
este
último
en
productos
manufactureros
).
Estos
datos
reflejan
la
tesis
de
Krugman
:
el
comercio
exterior
procura
el
intercambio
con
beneficios
mutuos
—
nada
menos
,
y
ciertamente
nada
más
.
El
estudio
de
Krugman
es
un
buen
antídoto
para
esclarecer
la
actual
retórica
de
la
competitividad
.
Krugman
tiene
razón
:
el
estado
de
la
balanza
comercial
de
un
país
no
es
indicio
confiable
de
si
su
economía
es
o
no
competitiva
.
El
nivel
de
vida
y
la
calidad
de
productos
se
explica
por
incrementos
en
productividad
laboral
,
no
por
la
competitividad
comercial
.
Sin
embargo
,
el
concepto
de
competitividad
nacional
sí
es
válido
para
analizar
escenarios
de
competencia
bajo
la
apertura
comercial
.
El
caso
más
sobresaliente
,
de
mayor
alcance
que
los
casos
comentados
en
este
espacio
,
es
la
inversión
privada
.
Competitividad
e
Inversión
La
tesis
de
Krugman
de
que
la
competitividad
es
una
"
obsesión
peligrosa
"
se
limita
al
comportamiento
de
la
balanza
de
pagos
de
una
sociedad
.
En
su
controvertido
anáhsis
,
Krugman
sostiene
que
un
superávit
comercial
puede
"
ser
una
señal
de
debilidad
y
mal
desempeño
económico
,
mientras
que
un
déficit
comercial
puede
fimcionar
como
un
indicador
de
confianza
y
superior
rendimiento
."
Sin
embargo
la
competitividad
concebida
como
una
estrategia
para
desarrollar
un
clima
de
inversión
superior
cobra
relevancia
ante
la
actual
lucha
global
por
captar
capitales
que
cada
día
se
toman
más
escasos
.
Es
decir
,
la
retórica
de
competitividad
es
viable
si
se
aplica
al
contexto
institucional
,
al
reto
de
forjar
regímenes
de
inversión
que
puedan
captar
nuevos
recursos
.
Laissez-Faire
33
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Esta
observación
se
basa
en
las
tendencias
financieras
que
se
han
gestado
en
el
hemisferio
occidental
a
partir
de
la
entrada
en
vigor
de
procesos
de
apertura
y
el
repudio
a
los
paradigmas
de
estatismo
y
la
sustitución
de
importaciones
que
imperaron
en
los
años
anteriores
.
La
consecuente
reestructuración
de
las
economías
ha
incorporado
la
captación
de
recursos
foráneos
como
fuerza
motriz
del
desarrollo
.
La
posibilidad
de
materializar
esa
meta
ha
dependido
en
forma
fimdamental
del
orden
institucional
que
impera
en
naciones
respectivas
.
Así
concebida
,
la
competitividad
es
un
factor
de
carácter
extra-comercial
,
es
decir
,
de
las
condiciones
que
guarda
un
país
en
su
meta
de
atraer
escasos
recursos
de
capitalización
.
En
términos
globales
,
sólo
15
%
de
la
inversión
extranjera
total
se
encuentra
depositada
en
los
países
en
vías
de
desarrollo
.
Este
factor
implica
que
la
competitividad
institucional
de
un
país
,
el
régimen
de
inversiones
,
es
de
gran
importancia
para
las
metas
de
crecimiento
sostenido
que
procuran
los
diversos
programas
de
reforma
estructural
,
desde
Nueva
Zelanda
hasta
Argentina
.
La
reforma
estructural
en
los
países
latinoamericanos
ha
generado
las
condiciones
para
amortiguar
los
"
shocks
"
de
desconfianza
que
han
golpeado
la
buena
imagen
del
actual
marco
de
inversiones
.
Es
decir
,
los
acontecimientos
de
turbulencia
que
se
han
dado
hubieran
repercutido
en
forma
mucho
más
seria
en
el
quehacer
económico
si
el
actual
entorno
sufiiera
los
desequilibrios
tan
pronunciados
que
se
dieron
hace
media
década
.
La
tendencia
a
la
baja
de
la
tasa
de
inflación
,
la
relativa
estabihdad
cambiaria
,
el
TLC
,
el
reciente
ingreso
a
la
OCDE
,
y
la
reestructuración
del
papel
del
gobierno
en
la
actividad
económica
,
han
prevenido
un
colapso
del
comportamiento
de
las
principales
variables
económicas
.
El
TLC
es
un
acuerdo
que
incorpora
flujos
de
inversión
.
El
acuerdo
fue
diseñado
con
la
meta
de
balancear
los
requerimientos
financieros
de
una
economía
subcapitalizada
por
medio
de
su
contribución
estratégica
en
consolidar
un
clima
de
inversión
atractivo
.
Un
país
como
México
requiere
generar
tasas
de
crecimiento
de
6
%
para
hacer
frente
a
las
demandas
laborales
de
un
sector
de
empleos
que
incorpora
1
.
5
millones
de
trabajadores
nuevos
por
año
.
Esto
,
a
su
vez
,
depende
de
un
flujo
de
inversión
extranjera
equivalente
a
$
us
15
,
000
millones
por
año
.
La
certidumbre
de
hacer
negocios
en
un
marco
de
reglas
permanentes
es
un
factor
fundamental
para
lograr
ese
objetivo
.
Por
ejemplo
,
las
cláusulas
que
protegen
propiedad
intelectual
en
rubros
como
marcas
,
patentes
y
nuevos
descubrimientos
son
un
requisito
indispensable
para
evitar
los
problemas
de
piratería
que
antes
inhibían
la
inversión
en
rubros
como
farmacéutica
,
equipo
de
medicina
y
tecnología
.
Asimismo
,
el
TLC
incluye
calendarios
de
desgravación
para
sectores
de
servicios
,
como
seguros
,
servicios
financieros
,
consultoría
,
y
otros
.
En
materia
financiera
,
esto
permitirá
abaratar
costos
de
intermediación
y
contribuir
a
un
mercado
de
crédito
más
congruente
con
las
demandas
de
inversión
en
la
pequefiía
y
mediana
industria
.
Las
normas
que
estipulan
trato
nacional
para
la
inversión
extranjera
son
vitales
para
evitar
discriminación
y
disminuir
riesgo
,
y
con
ello
incrementar
nuestra
posición
competitiva
.
Estos
ejemplos
implican
que
la
tesis
de
Paul
Krugman
sobre
la
competitividad
tiene
una
limitante
.
Es
cierto
,
el
creci-
Laissez-Faire
34
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miento
de
una
sociedad
no
depende
de
competir
con
otros
países
en
la
forma
en
que
las
empresas
compiten
entre
sí
en
un
nicho
de
mercado
.
Depende
,
más
bien
,
de
la
productividad
interna
.
Sin
embargo
,
la
productividad
interna
depende
de
tecnología
de
punta
,
de
capacitación
,
de
las
condiciones
que
guarda
el
entorno
empresarial
.
Y
eso
no
se
puede
lograr
sin
un
flujo
constante
de
inversión
productiva
.
La
competitividad
,
por
lo
tanto
,
es
producto
de
la
habilidad
de
un
país
,
de
sus
argumentos
institucionales
,
para
asegurar
un
flujo
de
capital
considerable
y
continuo
.
"
Hood
Robín''
y
Competitividad
Las
economías
latinoamericanas
son
objeto
de
un
surrealismo
fascinante
.
Por
un
lado
,
varias
de
éstas
han
vivido
un
auge
financiero
importante
,
un
pronunciado
ingreso
de
capitales
,
con
el
consiguiente
impacto
en
las
tasas
de
interés
y
estabilidad
en
los
mercados
cambiarios
.
Por
otro
lado
,
la
reacción
generalizada
ante
la
estabilidad
en
el
tipo
de
cambio
preocupa
a
varios
actores
de
la
economía
(
exportadores
,
políticos
,
autoridades
fiscales
,
consultores
,
empresarios
,
expertos
en
globahzación
,
así
como
economistas
hechizados
con
el
mito
de
"
devaluación
competitiva
").
La
ironía
es
sobresaliente
:
cuando
las
cosas
van
bien
,
es
signo
de
que
van
mal
.
La
idea
de
que
la
estabiUdad
en
los
mercados
cambiarios
conduce
a
una
revaluación
indeseable
del
peso
es
fiíito
de
la
felsa
expectativa
generada
por
la
retórica
de
que
las
causas
de
la
crisis
mexicana
de
1994-95
fiíeron
los
desequilibrios
comerciales
en
la
balanza
de
pagos
.
En
su
momento
,
estas
causas
exculparon
a
las
autoridades
de
responsabilidad
,
pero
al
celebrar
la
subvaluación
como
fiíente
de
bienestar
se
inñmdió
una
obsesión
peligrosa
que
hoy
cosecha
fiíitos
tan
indeseables
como
la
"
preocupación
"
sobre
la
fortaleza
del
poder
adquisitivo
de
la
moneda
nacional
.
Krugman
sentenciaría
:
un
empresario
no
hace
un
buen
economista
.
Los
llamados
"
expertos
"
caen
en
el
error
de
confundir
los
fines
con
los
medios
,
al
colocar
el
equilibrio
extemo
como
fin
de
la
política
cambiaria
,
independientemente
del
nivel
que
determina
el
intercambio
de
oferta
y
demanda
de
divisas
en
un
sistema
de
flotación
.
La
inversión
,
bajo
este
extraño
criterio
,
es
el
peor
enemigo
del
desarrollo
.
Por
circunstancia
o
consecuencia
,
capital
exterior
ha
entrando
en
masa
a
la
zona
latinoamericana
.
El
efecto
ha
sido
natural
:
a
más
dólares
,
menos
presión
sobre
el
tipo
de
cambio
y
las
tasas
de
interés
.
Sin
embargo
,
los
neo-mercantilistas
ven
desgracia
en
la
bendición
:
grandes
exportadores
se
asustan
de
la
revaluación
de
las
monedas
,
y
proponen
un
esquema
de
subvaluación
permanente
,
para
que
por
arte
de
magia
cambiaria
se
eviten
las
crisis
financieras
.
La
propuesta
equivale
a
empobrecer
para
evitar
la
pobreza
:
devaluar
el
medio
de
intercambio
para
evitar
el
desastre
.
La
crisis
mexicana
de
1995
fiíe
un
episodio
contundente
que
demuestra
que
devaluar
no
evita
el
desastre
,
sino
que
es
el
desastre
.
Los
reclamos
de
la
competitividad
cambiaria
se
esconden
en
los
tecnicismos
:
que
necesitamos
recuperar
la
subvaluación
para
lograr
que
los
bienes
de
exportación
sean
más
competitivos
.
Pero
esto
es
la
más
pura
versión
de
"
hood-robinismo
":
quitarle
poder
de
compra
a
los
ciudadanos
,
los
que
ganan
sus
ingresos
en
pesos
,
para
que
los
exportadores
puedan
vender
más
con
un
delicioso
subsidio
cambiario
.
Krugman
identifica
el
peligro
:
la
obsesión
con
la
el
Laissez-Faire
35
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