| El empleo en la estructura intertemporal de producción: Tiempo, capital y coordinación | | | |
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__________________________________________________________________
Andrés
Azmitia
Rugg
laeleva
El
empleo
en
la
estructura
intertemporal
de
producción
:
Tiempo
,
capital
y
coordinación
Introducción
El
análisis
económico
tradicional
del
mercado
laboral
suele
partir
de
supuestos
excesivamente
simplificados
:
se
asume
un
equilibrio
estático
,
y
a
partir
de
allí
se
construyen
debates
sobre
explotación
,
inequidad
salarial
o
la
necesidad
de
intervenciones
estatales
para
corregir
supuestos
fallos
de
“
mercados
imperfectos
”.
Este
texto
propone
una
reconsideración
de
fondo
,
anclada
en
los
aportes
de
la
teoría
del
capital
de
Böhm-Bawerk
[
1
],
la
teoría
del
ciclo
desarrollada
por
Mises
[
2
]
y
Hayek
[
3
]
y
formalizada
por
Garrison
[
4
]
[
5
],
Huerta
de
Soto
[
6
]
y
Ravier
[
7
].
Sostenemos
que
comprender
el
origen
de
la
prosperidad
—
y
con
ella
el
aumento
de
los
salarios
reales
—
requiere
integrar
el
análisis
del
empleo
dentro
de
la
estructura
intertemporal
de
producción
y
la
lógica
de
la
acción
empresarial
.
El
objetivo
central
de
este
trabajo
es
incorporar
explícitamente
el
mercado
laboral
al
marco
macroeconómico
intertemporal
,
ilustrando
cómo
interactúan
el
mercado
de
fondos
prestables
,
la
frontera
de
posibilidad
de
producción
y
la
estructura
intertemporal
de
la
producción
.
Esta
integración
permite
visualizar
dos
trayectorias
distintas
.
En
la
primera
,
el
crecimiento
genuino
nace
del
ahorro
voluntario
,
que
expande
las
etapas
productivas
al
reducir
la
tasa
de
interés
,
lo
que
eleva
eleva
la
demanda
de
trabajo
,
genera
mayor
competencia
por
un
factor
escaso
y
,
en
consecuencia
,
salarios
reales
más
altos
.
En
la
segunda
,
un
crecimiento
artificial
surge
de
distorsiones
exógenas
—
como
la
expansión
crediticia
sin
respaldo
en
ahorro
o
la
imposición
de
salarios
mínimos
por
encima
de
la
productividad
marginal
—
que
alteran
las
señales
del
mercado
,
inducen
malinversión
y
generan
desempleo
y
pérdida
del
poder
adquisitivo
en
el
mediano
plazo
.
Este
marco
permite
,
además
,
comprender
fenómenos
de
las
fricciones
propias
de
los
procesos
de
reasignación
laboral
luego
de
shocks
tecnológicos
.
Se
reconoce
que
los
mercados
laborales
son
inherentemente
friccionados
,
y
que
cualquier
transición
hacia
etapas
más
alejadas
del
consumo
implica
desempleo
temporal
Andrés
Azmitia
Rugg
,
Máster
en
Economía
por
la
Universidad
Francisco
Marroquín
y
Doctor
en
Ciencias
Humanas
y
Sociales
por
la
Universidad
Pontificia
de
Salamanca
,
se
desempeña
como
profesor
de
Economía
y
Finanzas
en
diversas
universidades
(
contacto
:
aazmitia@me
.
com
).
El
autor
agradece
especialmente
a
Adrián
Ravier
por
su
valioso
acompañamiento
durante
la
elaboración
de
este
aporte
a
la
teoría
del
capital
,
desarrollado
en
el
marco
de
la
Maestría
en
Economía
en
la
UFM
,
y
a
Sebastián
Landoni
por
su
motivación
constante
y
su
generoso
mentoreo
a
lo
largo
de
este
proceso
.
Laissez-Faire
,
No
.
63-64
(
Marzo-Sept
2025
):
31-50
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que
puede
ampliarse
cuando
existen
rigideces
institucionales
.
El
análisis
aquí
propuesto
busca
no
sólo
explicar
estos
procesos
,
sino
también
advertir
sobre
los
riesgos
de
amplificar
dichas
rigideces
mediante
políticas
públicas
mal
diseñadas
.
Coordinación
intertemporal
y
formación
de
capital
Al
incorporar
el
tiempo
como
dimensión
esencial
,
la
Escuela
Austriaca
rompe
con
el
cuadro
estático
de
la
teoría
neoclásica
.
Siguiendo
a
Hayek
[
3
],
imaginemos
la
estructura
productiva
como
un
triángulo
que
se
extiende
desde
las
fases
más
alejadas
del
consumo
—
extracción
de
materias
primas
,
investigación
,
diseño
—
hasta
el
instante
en
que
el
bien
final
llega
al
consumidor
.
Cada
tramo
del
triángulo
representa
un
período
de
maduración
y
acumula
inversiones
que
requieren
mano
de
obra
,
capital
y
acción
empresarial
.
Esta
visión
temporal
arrastra
tres
implicaciones
decisivas
.
Primero
,
el
valor
económico
se
imputa
desde
los
bienes
de
consumo
hacia
atrás
,
asignándose
proporcionalmente
a
los
bienes
de
orden
superior
y
,
por
ende
,
a
los
factores
que
los
hacen
posibles
.
Segundo
,
la
tasa
de
interés
—
la
pendiente
del
triángulo
—
da
las
señales
a
agentes
de
mercado
para
la
asignación
de
recursos
sobre
el
eje
temporal
:
cuando
el
interés
cae
,
los
proyectos
de
larga
maduración
se
vuelven
viables
y
atraen
capital
y
trabajo
;
cuando
sube
,
la
producción
se
repliega
hacia
procesos
cercanos
al
consumo
.
Tercero
,
un
incremento
en
el
ahorro
genuino
derivado
de
cambios
en
las
preferencias
temporales
de
los
agentes
económicos
causa
menores
tasas
de
interés
y
a
su
vez
provoca
una
extensión
de
las
etapas
productivas
:
los
factores
de
producción
,
incluido
el
trabajo
,
migran
desde
las
fases
próximas
al
consumo
hacia
las
más
lejanas
,
guiados
por
la
puja
de
beneficios
empresariales
que
compiten
por
los
recursos
escasos
y
elevan
las
rentas
potenciales
de
los
proyectos
de
mayor
maduración
.
Cuando
las
personas
deciden
posponer
parte
del
consumo
presente
y
ahorran
,
se
amplía
la
disponibilidad
de
fondos
prestables
y
la
tasa
de
interés
tiende
a
descender
.
Ese
precio
del
tiempo
opera
como
señal
:
cuanto
más
baja
,
más
atractivos
se
vuelven
los
ciclos
largos
de
producción
.
Los
empresarios
perciben
la
rebaja
como
una
invitación
a
alargar
la
estructura
productiva
y
,
para
ello
,
contratan
mano
de
obra
,
maquinaria
y
recursos
naturales
en
etapas
antes
inviables
.
La
expectativa
de
beneficios
superiores
en
esos
niveles
de
la
estructura
es
,
precisamente
,
la
fuerza
competitiva
que
atrae
recursos
desde
los
procesos
cercanos
al
consumo
hacia
aquellos
que
madurarán
más
adelante
.
De
esta
manera
,
la
nueva
inversión
eleva
la
demanda
laboral
en
los
sectores
de
bienes
de
capital
y
termina
incrementando
la
productividad
—
y
los
salarios
reales
—
en
los
sectores
de
bienes
de
consumo
.
El
fenómeno
inverso
ocurre
cuando
el
ahorro
se
debilita
o
cuando
la
política
monetaria
infla
artificialmente
la
oferta
de
crédito
.
Una
reducción
genuina
del
ahorro
encarece
los
proyectos
a
largo
plazo
;
una
expansión
crediticia
provoca
un
abaratamiento
aparente
,
pero
sin
respaldo
real
.
Ambas
sendas
des-coordinan
la
asignación
de
factores
:
la
primera
retrae
etapas
productivas
y
empleo
;
la
segunda
genera
una
falsa
expansión
que
culmina
en
liquidación
de
capital
y
desempleo
.
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Modelo
gráfico
de
capital
,
tiempo
y
trabajo
Si
Hayek
provee
la
intuición
teórica
de
la
producción
en
el
tiempo
,
Roger
Garrison
[
4
]
complementa
esa
visión
con
un
aporte
explicativo
que
conecta
la
microeconomía
del
capital
con
los
grandes
agregados
macroeconómicos
.
Su
aporte
descansa
en
tres
gráficos
enlazados
:
(
1
)
la
Frontera
de
Posibilidades
de
Producción
(
FPP
),
que
muestra
las
combinaciones
factibles
de
bienes
de
consumo
y
bienes
de
capital
;
(
2
)
el
mercado
de
fondos
prestables
,
donde
la
tasa
de
interés
equilibra
ahorro
e
inversión
;
y
(
3
)
el
triángulo
hayekiano
,
que
detalla
la
secuencia
intertemporal
de
las
etapas
productivas
.
En
equilibrio
1
,
la
economía
opera
sobre
la
FPP
:
cada
punto
refleja
una
elección
agregada
implícita
sobre
las
preferencias
temporales
—
cuánto
consumir
hoy
y
cuánto
invertir
para
el
mañana
.
A
su
vez
,
el
mercado
de
fondos
prestables
condensa
información
sobre
la
escasez
relativa
del
capital
:
un
interés
alto
indica
que
los
consumidores
valoran
más
el
consumo
presente
(
poco
ahorro
);
uno
bajo
señala
que
están
dispuestos
a
posponerlo
(
abundante
ahorro
).
Cuando
el
ahorro
voluntario
se
expande
,
la
curva
de
fondos
prestables
se
desplaza
a
la
derecha
y
el
interés
desciende
.
Esa
señal
lleva
a
los
emprendedores
a
reasignar
capital
hacia
proyectos
de
mayor
maduración
donde
esperan
beneficios
superiores
.
El
triángulo
hayekiano
se
alarga
,
la
FPP
gira
hacia
más
bienes
de
capital
y
menos
consumo
presente
,
y
surge
una
extensión
de
etapas
productivas
cada
vez
más
alejadas
del
consumo
.
Esto
a
su
vez
genera
mayores
1
Siguiendo
a
Mises
,
el
término
“
equilibrio
”
se
utiliza
a
lo
largo
de
este
trabajo
en
el
contexto
de
la
Economía
de
Rotación
Uniforme
bienes
de
consumo
que
a
su
vez
extiende
la
FPP
—
más
bienes
de
consumo
y
más
bienes
de
capital
.
La
lección
central
de
Garrison
reside
en
distinguir
movimientos
genuinos
de
la
tasa
de
interés
—
provocados
por
cambios
en
la
preferencia
temporal
y
,
por
ende
,
en
el
ahorro
real
—
de
los
movimientos
artificiales
causados
por
expansiones
crediticias
.
En
el
primer
caso
,
el
sistema
canaliza
capital
y
trabajo
hacia
sectores
con
potencial
de
crecimiento
sostenible
:
los
beneficios
empresariales
se
materializan
,
los
factores
se
retribuyen
y
los
bienes
de
consumo
futuros
se
abaratan
.
En
el
segundo
,
el
tipo
bajo
no
refleja
ahorro
auténtico
;
se
trata
de
una
situación
artificial
de
carácter
monetario
que
dispara
inversiones
en
actividades
incapaces
de
generar
flujos
suficientes
para
cubrir
sus
costos
.
Cuando
los
precios
se
ajustan
y
la
financiación
se
encarece
,
sucede
la
liquidación
de
capital
:
se
destruye
valor
y
,
simultáneamente
,
desaparecen
proyectos
empresariales
que
nacieron
de
una
mala
asignación
inducida
por
el
crédito
fácil
.
Esto
resulta
en
una
tara
doblemente
costosa
:
empobrece
al
capitalista
y
deja
sin
empleo
al
asalariado
.
Trabajo
,
fricciones
y
productividad
marginal
Partimos
de
una
ley
económica
universal
desarrollada
por
Mises
[
8
]
y
Rothbard
[
9
]:
los
salarios
se
determinan
por
el
valor
de
la
productividad
marginal
descontada
al
presente
que
el
trabajo
aporta
a
cada
actividad
específica
.
De
esa
premisa
se
desprenden
cinco
principios
rectores
:
primero
,
el
salario
representa
la
remuneración
total
pactada
de
forma
voluntaria
a
cambio
del
tiempo
productivo
del
trabajador
;
segundo
,
engloba
tanto
los
pagos
en
efectivo
como
las
prestaciones
en
es-
[
8
].
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33
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__________________________________________________________________
pecie
—
seguro
social
,
transporte
,
vacaciones
,
ambiente
laboral
,
oportunidades
de
aprendizaje
,
etc
.—
que
cada
persona
valora
de
manera
subjetiva
;
tercero
,
dicha
remuneración
varía
porque
el
trabajo
es
un
factor
heterogéneo
no-específico
y
,
por
lo
mismo
,
extraordinariamente
escaso
,
siempre
disputado
entre
ocupaciones
rivales
;
cuarto
,
su
valor
se
origina
en
última
instancia
en
las
preferencias
de
los
consumidores
,
canalizadas
a
través
de
los
precios
y
orquestadas
por
la
acción
empresarial
;
y
quinto
,
todo
el
proceso
descansa
sobre
un
entramado
institucional
que
salvaguarda
la
propiedad
,
los
contratos
y
la
libre
asociación
.
Aunque
en
teoría
los
salarios
pueden
ajustarse
libremente
,
en
la
práctica
el
reacomodo
del
trabajo
entre
sectores
productivos
es
costoso
y
toma
tiempo
.
Mises
ya
advertía
que
los
salarios
de
mercado
tienden
hacia
sus
niveles
de
equilibrio
solo
a
través
de
un
“
proceso
que
consume
tiempo
”,
durante
el
cual
los
trabajadores
deben
reubicarse
,
adquirir
nuevas
habilidades
o
esperar
a
que
la
información
relevante
se
difunda
[
8
].
Esta
dinámica
introduce
fricciones
estructurales
que
explican
la
persistencia
del
desempleo
en
el
corto
plazo
,
incluso
en
contextos
de
aparente
flexibilidad
nominal
.
El
salario
se
forma
entre
dos
límites
.
El
límite
superior
es
marcado
por
el
valor
de
la
utilidad
marginal
descontada
que
el
trabajo
añade
al
proceso
y
el
límite
inferior
definido
por
el
costo
de
oportunidad
del
valor
de
la
utilidad
marginal
descontada
del
trabajo
o
mejor
alternativa
disponible
.
La
competencia
de
empresas
por
retener
talento
y
de
trabajadores
por
acceder
a
las
mejores
plazas
mantiene
el
precio
del
trabajo
en
constante
ajuste
.
La
diversidad
de
talentos
dispersos
entre
las
personas
—
en
un
mercado
laboral
compuesto
por
habilidades
,
condiciones
y
aspiraciones
profundamente
diversas
—
se
ordena
gracias
a
la
dinámica
competitiva
del
mercado
:
cada
individuo
descubre
,
mediante
ensayo
y
error
,
la
ocupación
donde
su
ventaja
comparativa
rinde
más
utilidad
al
conjunto
.
Las
oportunidades
laborales
,
por
tanto
,
no
son
dadas
;
deben
ser
creadas
por
la
acción
empresarial
que
combina
factores
adicionales
para
producir
bienes
valorados
en
el
mercado
.
No
obstante
,
este
ajuste
no
es
instantáneo
:
la
coordinación
empresarial
requiere
tiempo
y
aprendizaje
,
y
la
liquidación
de
proyectos
mal
capitalizados
implica
fricciones
que
pueden
traducirse
en
desempleo
temporal
o
subempleo
mientras
los
trabajadores
se
recolocan
.
Pretender
que
la
falta
de
vacantes
vulnera
la
libertad
ignora
que
las
plazas
laborales
primero
deben
ser
creadas
,
y
ellas
solo
adquieren
valor
cuando
contribuyen
a
la
elaboración
de
un
bien
o
servicio
deseado
.
Lejos
de
ser
un
mercado
instantáneamente
equilibrado
,
el
empleo
debe
entenderse
como
parte
de
un
proceso
abierto
de
coordinación
.
Tanto
Phelps
[
10
]
como
Leijonhufvud
[
11
]
destacan
que
las
fricciones
,
los
desfases
entre
expectativas
y
resultados
,
y
la
dependencia
del
tiempo
son
elementos
constitutivos
del
ajuste
económico
.
Para
Phelps
,
el
desempleo
no
es
falla
de
demanda
agregada
,
sino
el
reflejo
de
información
incompleta
y
ajuste
intertemporal
.
Leijonhufvud
,
por
su
parte
,
advierte
que
fuera
del
‘
corredor
de
coordinación
’,
los
sistemas
pueden
desviarse
persistentemente
de
su
trayectoria
óptima
.
En
ambos
casos
,
los
precios
—
incluidos
los
salarios
—
son
señales
imperfectas
,
sujetas
a
malinterpretación
,
lo
que
refuerza
la
necesidad
de
una
visión
procesal
del
empleo
.
En
último
término
,
el
precio
del
traba-
__________________________________________________________________
34
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