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Septiembre  2015

Los "Indignados" de Hessel: Vástagos del Totalitarismo Democrático

CategoríaSeptiembre 2015Ciencia política

Paul Laurent

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__________________________________________________________________ Paul Laurent do Los Indignados de Hessel : Vástagos del Totalitarismo Democrático En su incomprensiblemente famoso libro ¡ Indignez-vous ! ( 2010 ), 1 el diplomático y ex miembro de la resistencia francesa Stéphane Hessel manifestaba su emocional defensa del estado de bienestar y de los principios insertos en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 . Exhibiendo la proclama de un hombre que confesaba estar cerca del final ( en ese momento , en sus 93 años de edad ), Hessel hizo de su escrito de treinta páginas lo que en la antigua Babilonia ciertos personajes realizaban con ensordecedora destreza y efectividad : ¡ gritar ! El resultado , un rotundo éxito editorial . Sin duda el ambiente le era más que propicio . Si en situaciones normales Europa no se entiende sin un sobrecargado nivel de asistencialismo y sobreprotección estatal , es altamente comprensible que los pánicos apocalípticos resurjan ante el mero amago de sacudirse de su onerosa pax socialdemócrata . Así es , el miedo al futuro anula a Cartesius . Para los líderes políticos y la intelligentsia europea , la posibilidad de que el orden propiciado por el estado de bienestar desaparezca equivale a un cataclismo . Miremos bien el terreno . Teniendo como telón de fondo una región de pasa- 1 La versión que utilizo de este best-seller es la edición española de la editorial Destino ( Barcelona ) del año 2011 , con prólogo de José Luis Sampedro . do confesional , asaz atiborrada de escatológicas turbaciones , el panfleto de Hessel no hace más que sacudir el nervio de una sociedad ahora sumida en una severa crisis causada por su propia necesidad de bien-estar . Un bien-estar forjado más allá de las premisas presupuestales y de la responsabilidad económica , y ello porque ( a decir de sus defensores ) se parte de una filosofía y de una institucionalidad que en su apuesta por el futuro se sustenta en un criterio de humanidad que trasciende lo material . Adscrita a ese ideario , en 1996 Viviane Forrester publicó un ensayo igualmente estridente desde el título : El horror económico . Las razones que exponía eran exactamente las mismas que las de Hessel , su sentido era idéntico , aunque mucho más elaboradas retóricamente . Lo que resaltaba no eran sus mayores conocimientos sobre la economía , sino su fastidio ante ella : ¿ es útil una vida que no le da ganancias a las ganancias ?, se preguntaba . Asumo que esa sola interrogante fue suficiente para que le adjudiquen el Premio Médicis de Ensayo y la traduzcan a casi treinta idiomas . Sin menos arte que la escritora de oficio Forrester , Hessel irrumpió en la escena Paul Laurent , abogado peruano , es editor de la revista Ácrata y presidente del Instituto de Defensa de la Propiedad ( Lima , Perú ). Laissez-Faire , No . 43 ( Sept 2015 ): 63-81
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__________________________________________________________________ na intelectual con un opúsculo menos pretensioso literariamente pero análogamente lacrimoso . Empero expondrá un agregado muy particular , casi imposible de superar : su condición de miembro de la resistencia francesa ante los nazis ( ostentaba la Legión de Honor ) y de ser uno de los redactores de la Declaración Universal de Derechos Humanos . Incuestionablemente , una biografía azarosa y heroica que hace de Hessel un retrato vivo de lo que fue el siglo XX . Ello es lo que sonoramente reivindicaba su condición de sobreviviente de un tiempo signado por la demencia totalitaria . Prisionero en los campos de concentración de Buchenwald y de Dora-Mittelbau , el autor de ¡ Indignaos ! ha exhibido su foja de servicios a la humanidad para advertirle a la misma los peligros que corre si es que abandona los principios que con su puño y letra ayudó a redactar . He ahí el motivo de su indignación , la que se ha convertido en el evangelio de los opositores a la aplicación de políticas de mercado como remedio al desbalance que diferentes estados europeos tienen con relación a sus ingresos fiscales y a los gastos que realizan para mantener su opulento modus vivendi . En pocas palabras , lo que Hessel reclama es no dejar a la gente a su suerte . Por ello alzó su voz como los otrora desaforados babilonios para invocar a la divinidad que ponga en vereda a los elementos de la naturaleza , exactamente a aquello que desde los fisiócratas se denomina laissez-faire , laissez-passer . Como se decanta , estamos ante quien le resultaba baladí el amplio abanico de déficits fiscales y endeudamiento público que esa exigencia ha producido en el Viejo Continente y en Norteamérica . *** En un breve ensayo , Peter Sloterdijk juzga que el homo politicus y el homo metaphysicus van históricamente juntos : « los buscadores del Estado y los buscadores de Dios son , evolutivamente , gemelos 2 No es complicado advertir que Hessel y los que exigen con él que el modus vivendi europeo no se desmantele encajan en esa dimensión , una dimensión a favor del rey-sacerdote . Quienes solicitan que los derechos sociales perduren al margen de las circunstancias ( en este caso , de las economías ) parten de la premisa de una ciudadanía nacida exclusivamente por una invocación política adscrita a un imaginario . Por ende , muy poco importará lo que previamente se requiera para financiar un derecho fraguado de esa manera . Y no sólo financiar ”, sino también justificar ”. Esa es la complexión del vientre desde donde se gesta cualquiera de las ocurrencias que el legislador de turno logra convertir en ley . Fuera de los adornos formales , que la norma sea hechura de un individuo en particular o de un grupo de personas ( sean estas calificadas o no ) no borrará su sustrato arbitrario . A lo mucho una gama de pautas procesales podrán atemperar esa arbitrariedad , pero nunca suprimirla del todo . No obstante lo anotado , Hessel expondrá un argumento no poco desdeñable para justificar lo que un grupo de personas puede establecer . Establecer ya no sólo para una nación , ni siquiera para un continente , sino para todos los habitantes de la tierra y para todas las generaciones 2 Peter Sloterdijk , En el mismo barco : Ensayo sobre la hiperpolítica ( Madrid : Siruela , 2002 ), p . 38 . __________________________________________________________________ 64
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__________________________________________________________________ ( tanto las presentes como las futuras ). El argumento que ofrecerá no será otro que el de haber vencido en combate a los nazis y fascistas ( los otros socialistas ), una amenaza que aún no ha desaparecido . Al fin y al cabo , como buen hegeliano parte de la convicción de que la historia se hace de sucesivos choques . Lo importante ( según sus premisas filosóficas ) es que el hombre se imponga y construya un mundo a su imagen y semejanza . Ahí estará el fundamento de su magna pretensión legisladora . Y lo hará recordando que fue el Consejo Nacional de la Resistencia ( liderado por el socialista radical francés Jean Moulin , la víctima de mayor relieve del criminal nazi Klaus Barbie ) el que propuso un programa de derechos sociales que luego el general Charles de Gaulle aprobó para la Francia que renacerá después del fin de la Segunda Guerra Mundial . Al respecto , ¿ no era acaso el filósofo judío marxista Walter Benjamin el que decía que la violencia divina es la violencia que gobierna ? ¿ Habrá sido la lucha contra Hitler un evento de magnitudes equivalentes a la derrota de Moloc por parte de los hijos del dios verdadero ? ¿ Esa fabulosa gesta que luego los justificaría para gobernar a los hombres ? Para un autoproclamado hegeliano como Hessel esa concepción mística de la violencia no debió de haberle sido ajena , especialmente si el propio recuerdo de Benjamin ( amigo de su padre ) le venía con la confesión que le hizo personalmente el célebre crítico literario de que intentó traducir al alemán En busca del tiempo perdido de Proust . En mismo , el élan vital del hecho bélico incineraba un ayer tanto como alumbraba un mañana . Ese fue el argumento desde donde Hessel justificará una ley que se eleva por sobre cualquier otra ley ordinaria . En términos prácticos , en el hábitat nacional la convicción de ese mañana mejor diseñado desde esa lex suprema fue lo que hizo que el programa del Consejo Nacional de la Resistencia moldee la democracia gala . La Constitución de la IV República ( 1946-1958 ) dio pase a ese programa elucubrado en la clandestinidad , dando vida a un amplio sistema de asistencia médica , de pensiones a jubilados y a incapacitados y la implementación de subvenciones a los desempleados . A todas luces , la situación de una población duramente castigada por la guerra y el alto nivel de gente adscrita al ideal del estado benefactor tornaba comprensible el auxilio ( con Plan Marshall incluido ). Paralelamente , en la derrotada , destruida y dividida Alemania , el canciller germano-occidental Ludwig Erhard procedería de manera semejante . En respeto a la fuerte tradición religiosa ( tanto de católicos como de protestantes ) que veía en la asistencia pública un mecanismo de ayuda que contaba con más de medio siglo de existencia y que sólo concluyó con la capitulación nacional-socialista , el liberal Erhard llevó a cabo una radical apertura de mercados y el consiguiente repliegue del estado proteccionista bajo el calculado rótulo de economía social de mercado ”. Por lo menos que las palabras sirvan de consuelo , dado que el estado alemán se hallaba bajo escombros . Todo hace suponer que si el programa máximo en favor de una organización racional de la economía no había sido íntegramente aceptado por los planificadores de la recuperación financiera francesa , el núcleo duro del criterio centralista se trasladaría con suma facilidad al campo del derecho ( de las palabras ). En __________________________________________________________________ 65
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__________________________________________________________________ ese rubro sería más sencillo preceptuar la idea de que los intereses privados deben de estar subordinados a los intereses generales . Salvando las distancias entre lo que significa legislar dentro de una democracia local y redactar declaraciones de principios en un documento sólo moralmente exigible para toda la humanidad , los autores ( y redactores , como Hessel ) de la Declaración Universal de Derechos Humanos procedieron a insertar las aspiraciones ya presentes en el texto que los partisanos del difunto Moulin tenían completamente listo desde marzo de 1944 ( en plena guerra mundial ). Como es de ver , la hegemonía del discurso anti-mercado dominaba el panorama , y con mayoritarios aplausos . Así , a pesar de lo que se diga , la fuerza de los valores morales era ( y es ) indiscutible , siendo que desde ese campo se fraguará para la posteridad una legalidad que activará una noción de ciudadanía más afín a la del súbdito y hasta del siervo que a la del hombre libre . *** Desde la perspectiva del viejo Catón , la ciudadanía que se dibujó luego de la hecatombe sellada en 1945 correspondía a un tipo inferior de república . Inferior porque a diferencia de su Roma republicana la generalidad de naciones suelen fundarse y engrandecerse desde el rigor de decisiones autocráticas : ahí donde las leyes , magistraturas e instituciones corresponderán más al ingenio de un solo hombre ( o al de una oligarquía de notables ”) antes que al de muchos . El orgullo de Catón estaba en que su amada civitas disentía de esa forma de progresar . No requería de ningún Minos , Licurgo o Solón , pues nuestra república sino por el concurso de muchos ; ni se consolidó por una sola edad , sino por el transcurso de bastantes generaciones y bastantes siglos ”. Por ende , no es posible encontrar un ingenio tan grande que todo lo abarque ”, siendo que el concurso de todos los varones esclarecidos de una época no conseguiría , en achaques de previsión y prudencia , suplir las lecciones de la experiencia y del tiempo ”. 3 El estado de bienestar apuntalado inmediatamente concluida la Segunda Guerra Mundial se erigirá de espaldas a esa visión evolutiva . La república a la que se aspiró fue en directa proporción al tipo de legislador ( y legislación ) que Catón y los viejos republicanos tenían como impropios a un orbe de ciudadanos libres . Sólo cuando Roma abandone el legado de sus ancestros es que conocerá una libertad diseñada deliberadamente desde el poder , que es lo que en puridad acontecerá con el imperio . Así , no será para nada accidental que sea la Roma imperial el espejo desde donde el grueso de los príncipes , pensadores y publicistas medievales se inspiren para dar vida a lo que posteriormente será el estado moderno . Un estado hecho a partir de la evocación de lo que el divino Augusto y sus sucesores legaron , y desde ellos una interminable lista de referentes que remarcarán la convicción de que sin reyes no hay orden ni justicia . A ese discurso la Iglesia le dará su bendición , soslayando a personajes como Calígula y Nerón . ( Centurias más tarde arribarán los que no mencionen a tipos como Hitler y Stalin .) Los modernos redactores de derechos 3 Citado por Escipión , citado a su vez por Marco Tulio Cicerón , La República ”, en Obras escogidas ( Buenos Aires : El Ateneo , no ha sido construida por un solo ingenio , 1951 ), pp . 623-24 . __________________________________________________________________ 66
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