| Los "Indignados" de Hessel: Vástagos del Totalitarismo Democrático | | | |
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__________________________________________________________________
Paul
Laurent
do
Los
“
Indignados
”
de
Hessel
:
Vástagos
del
Totalitarismo
Democrático
En
su
incomprensiblemente
famoso
libro
¡
Indignez-vous
!
(
2010
),
1
el
diplomático
y
ex
miembro
de
la
resistencia
francesa
Stéphane
Hessel
manifestaba
su
emocional
defensa
del
estado
de
bienestar
y
de
los
principios
insertos
en
la
Declaración
Universal
de
Derechos
Humanos
de
1948
.
Exhibiendo
la
proclama
de
un
hombre
que
confesaba
estar
cerca
del
final
(
en
ese
momento
,
en
sus
93
años
de
edad
),
Hessel
hizo
de
su
escrito
de
treinta
páginas
lo
que
en
la
antigua
Babilonia
ciertos
personajes
realizaban
con
ensordecedora
destreza
y
efectividad
:
¡
gritar
!
El
resultado
,
un
rotundo
éxito
editorial
.
Sin
duda
el
ambiente
le
era
más
que
propicio
.
Si
en
situaciones
normales
Europa
no
se
entiende
sin
un
sobrecargado
nivel
de
asistencialismo
y
sobreprotección
estatal
,
es
altamente
comprensible
que
los
pánicos
apocalípticos
resurjan
ante
el
mero
amago
de
sacudirse
de
su
onerosa
pax
socialdemócrata
.
Así
es
,
el
miedo
al
futuro
anula
a
Cartesius
.
Para
los
líderes
políticos
y
la
intelligentsia
europea
,
la
posibilidad
de
que
el
orden
propiciado
por
el
estado
de
bienestar
desaparezca
equivale
a
un
cataclismo
.
Miremos
bien
el
terreno
.
Teniendo
como
telón
de
fondo
una
región
de
pasa-
1
La
versión
que
utilizo
de
este
best-seller
es
la
edición
española
de
la
editorial
Destino
(
Barcelona
)
del
año
2011
,
con
prólogo
de
José
Luis
Sampedro
.
do
confesional
,
asaz
atiborrada
de
escatológicas
turbaciones
,
el
panfleto
de
Hessel
no
hace
más
que
sacudir
el
nervio
de
una
sociedad
ahora
sumida
en
una
severa
crisis
causada
por
su
propia
necesidad
de
bien-estar
.
Un
bien-estar
forjado
más
allá
de
las
premisas
presupuestales
y
de
la
responsabilidad
económica
,
y
ello
porque
(
a
decir
de
sus
defensores
)
se
parte
de
una
filosofía
y
de
una
institucionalidad
que
en
su
apuesta
por
el
futuro
se
sustenta
en
un
criterio
de
humanidad
que
trasciende
lo
material
.
Adscrita
a
ese
ideario
,
en
1996
Viviane
Forrester
publicó
un
ensayo
igualmente
estridente
desde
el
título
:
El
horror
económico
.
Las
razones
que
exponía
eran
exactamente
las
mismas
que
las
de
Hessel
,
su
sentido
era
idéntico
,
aunque
mucho
más
elaboradas
retóricamente
.
Lo
que
resaltaba
no
eran
sus
mayores
conocimientos
sobre
la
economía
,
sino
su
fastidio
ante
ella
:
¿
es
útil
una
vida
que
no
le
da
ganancias
a
las
ganancias
?,
se
preguntaba
.
Asumo
que
esa
sola
interrogante
fue
suficiente
para
que
le
adjudiquen
el
Premio
Médicis
de
Ensayo
y
la
traduzcan
a
casi
treinta
idiomas
.
Sin
menos
arte
que
la
escritora
de
oficio
Forrester
,
Hessel
irrumpió
en
la
escena
Paul
Laurent
,
abogado
peruano
,
es
editor
de
la
revista
Ácrata
y
presidente
del
Instituto
de
Defensa
de
la
Propiedad
(
Lima
,
Perú
).
Laissez-Faire
,
No
.
43
(
Sept
2015
):
63-81
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-43.6 Laurent.pdf&rsargs[]=1
__________________________________________________________________
na
intelectual
con
un
opúsculo
menos
pretensioso
literariamente
pero
análogamente
lacrimoso
.
Empero
expondrá
un
agregado
muy
particular
,
casi
imposible
de
superar
:
su
condición
de
miembro
de
la
resistencia
francesa
ante
los
nazis
(
ostentaba
la
Legión
de
Honor
)
y
de
ser
uno
de
los
redactores
de
la
Declaración
Universal
de
Derechos
Humanos
.
Incuestionablemente
,
una
biografía
azarosa
y
heroica
que
hace
de
Hessel
un
retrato
vivo
de
lo
que
fue
el
siglo
XX
.
Ello
es
lo
que
sonoramente
reivindicaba
su
condición
de
sobreviviente
de
un
tiempo
signado
por
la
demencia
totalitaria
.
Prisionero
en
los
campos
de
concentración
de
Buchenwald
y
de
Dora-Mittelbau
,
el
autor
de
¡
Indignaos
!
ha
exhibido
su
foja
de
servicios
a
la
humanidad
para
advertirle
a
la
misma
los
peligros
que
corre
si
es
que
abandona
los
principios
que
con
su
puño
y
letra
ayudó
a
redactar
.
He
ahí
el
motivo
de
su
indignación
,
la
que
se
ha
convertido
en
el
evangelio
de
los
opositores
a
la
aplicación
de
políticas
de
mercado
como
remedio
al
desbalance
que
diferentes
estados
europeos
tienen
con
relación
a
sus
ingresos
fiscales
y
a
los
gastos
que
realizan
para
mantener
su
opulento
modus
vivendi
.
En
pocas
palabras
,
lo
que
Hessel
reclama
es
no
dejar
a
la
gente
a
su
suerte
.
Por
ello
alzó
su
voz
como
los
otrora
desaforados
babilonios
para
invocar
a
la
divinidad
que
ponga
en
vereda
a
los
elementos
de
la
naturaleza
,
exactamente
a
aquello
que
desde
los
fisiócratas
se
denomina
laissez-faire
,
laissez-passer
.
Como
se
decanta
,
estamos
ante
quien
le
resultaba
baladí
el
amplio
abanico
de
déficits
fiscales
y
endeudamiento
público
que
esa
exigencia
ha
producido
en
el
Viejo
Continente
y
en
Norteamérica
.
***
En
un
breve
ensayo
,
Peter
Sloterdijk
juzga
que
el
homo
politicus
y
el
homo
metaphysicus
van
históricamente
juntos
:
«
los
buscadores
del
Estado
y
los
buscadores
de
Dios
son
,
evolutivamente
,
gemelos
.»
2
No
es
complicado
advertir
que
Hessel
y
los
que
exigen
con
él
que
el
modus
vivendi
europeo
no
se
desmantele
encajan
en
esa
dimensión
,
una
dimensión
a
favor
del
rey-sacerdote
.
Quienes
solicitan
que
los
derechos
sociales
perduren
al
margen
de
las
circunstancias
(
en
este
caso
,
de
las
economías
)
parten
de
la
premisa
de
una
ciudadanía
nacida
exclusivamente
por
una
invocación
política
adscrita
a
un
imaginario
.
Por
ende
,
muy
poco
importará
lo
que
previamente
se
requiera
para
financiar
un
derecho
fraguado
de
esa
manera
.
Y
no
sólo
“
financiar
”,
sino
también
“
justificar
”.
Esa
es
la
complexión
del
vientre
desde
donde
se
gesta
cualquiera
de
las
ocurrencias
que
el
legislador
de
turno
logra
convertir
en
ley
.
Fuera
de
los
adornos
formales
,
que
la
norma
sea
hechura
de
un
individuo
en
particular
o
de
un
grupo
de
personas
(
sean
estas
calificadas
o
no
)
no
borrará
su
sustrato
arbitrario
.
A
lo
mucho
una
gama
de
pautas
procesales
podrán
atemperar
esa
arbitrariedad
,
pero
nunca
suprimirla
del
todo
.
No
obstante
lo
anotado
,
Hessel
expondrá
un
argumento
no
poco
desdeñable
para
justificar
lo
que
un
grupo
de
personas
puede
establecer
.
Establecer
ya
no
sólo
para
una
nación
,
ni
siquiera
para
un
continente
,
sino
para
todos
los
habitantes
de
la
tierra
y
para
todas
las
generaciones
2
Peter
Sloterdijk
,
En
el
mismo
barco
:
Ensayo
sobre
la
hiperpolítica
(
Madrid
:
Siruela
,
2002
),
p
.
38
.
__________________________________________________________________
64
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-43.6 Laurent.pdf&rsargs[]=2
__________________________________________________________________
(
tanto
las
presentes
como
las
futuras
).
El
argumento
que
ofrecerá
no
será
otro
que
el
de
haber
vencido
en
combate
a
los
nazis
y
fascistas
(
los
otros
socialistas
),
una
amenaza
que
aún
no
ha
desaparecido
.
Al
fin
y
al
cabo
,
como
buen
hegeliano
parte
de
la
convicción
de
que
la
historia
se
hace
de
sucesivos
choques
.
Lo
importante
(
según
sus
premisas
filosóficas
)
es
que
el
hombre
se
imponga
y
construya
un
mundo
a
su
imagen
y
semejanza
.
Ahí
estará
el
fundamento
de
su
magna
pretensión
legisladora
.
Y
lo
hará
recordando
que
fue
el
Consejo
Nacional
de
la
Resistencia
(
liderado
por
el
socialista
radical
francés
Jean
Moulin
,
la
víctima
de
mayor
relieve
del
criminal
nazi
Klaus
Barbie
)
el
que
propuso
un
programa
de
derechos
sociales
que
luego
el
general
Charles
de
Gaulle
aprobó
para
la
Francia
que
renacerá
después
del
fin
de
la
Segunda
Guerra
Mundial
.
Al
respecto
,
¿
no
era
acaso
el
filósofo
judío
marxista
Walter
Benjamin
el
que
decía
que
la
violencia
divina
es
la
violencia
que
gobierna
?
¿
Habrá
sido
la
lucha
contra
Hitler
un
evento
de
magnitudes
equivalentes
a
la
derrota
de
Moloc
por
parte
de
los
hijos
del
dios
verdadero
?
¿
Esa
fabulosa
gesta
que
luego
los
justificaría
para
gobernar
a
los
hombres
?
Para
un
autoproclamado
hegeliano
como
Hessel
esa
concepción
mística
de
la
violencia
no
debió
de
haberle
sido
ajena
,
especialmente
si
el
propio
recuerdo
de
Benjamin
(
amigo
de
su
padre
)
le
venía
con
la
confesión
que
le
hizo
personalmente
el
célebre
crítico
literario
de
que
intentó
traducir
al
alemán
En
busca
del
tiempo
perdido
de
Proust
.
En
sí
mismo
,
el
élan
vital
del
hecho
bélico
incineraba
un
ayer
tanto
como
alumbraba
un
mañana
.
Ese
fue
el
argumento
desde
donde
Hessel
justificará
una
ley
que
se
eleva
por
sobre
cualquier
otra
ley
ordinaria
.
En
términos
prácticos
,
en
el
hábitat
nacional
la
convicción
de
ese
mañana
mejor
diseñado
desde
esa
lex
suprema
fue
lo
que
hizo
que
el
programa
del
Consejo
Nacional
de
la
Resistencia
moldee
la
democracia
gala
.
La
Constitución
de
la
IV
República
(
1946-1958
)
dio
pase
a
ese
programa
elucubrado
en
la
clandestinidad
,
dando
vida
a
un
amplio
sistema
de
asistencia
médica
,
de
pensiones
a
jubilados
y
a
incapacitados
y
la
implementación
de
subvenciones
a
los
desempleados
.
A
todas
luces
,
la
situación
de
una
población
duramente
castigada
por
la
guerra
y
el
alto
nivel
de
gente
adscrita
al
ideal
del
estado
benefactor
tornaba
comprensible
el
auxilio
(
con
Plan
Marshall
incluido
).
Paralelamente
,
en
la
derrotada
,
destruida
y
dividida
Alemania
,
el
canciller
germano-occidental
Ludwig
Erhard
procedería
de
manera
semejante
.
En
respeto
a
la
fuerte
tradición
religiosa
(
tanto
de
católicos
como
de
protestantes
)
que
veía
en
la
asistencia
pública
un
mecanismo
de
ayuda
que
contaba
con
más
de
medio
siglo
de
existencia
y
que
sólo
concluyó
con
la
capitulación
nacional-socialista
,
el
liberal
Erhard
llevó
a
cabo
una
radical
apertura
de
mercados
y
el
consiguiente
repliegue
del
estado
proteccionista
bajo
el
calculado
rótulo
de
“
economía
social
de
mercado
”.
Por
lo
menos
que
las
palabras
sirvan
de
consuelo
,
dado
que
el
estado
alemán
se
hallaba
bajo
escombros
.
Todo
hace
suponer
que
si
el
programa
máximo
en
favor
de
una
“
organización
racional
de
la
economía
”
no
había
sido
íntegramente
aceptado
por
los
planificadores
de
la
recuperación
financiera
francesa
,
el
núcleo
duro
del
criterio
centralista
se
trasladaría
con
suma
facilidad
al
campo
del
derecho
(
de
las
palabras
).
En
__________________________________________________________________
65
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-43.6 Laurent.pdf&rsargs[]=3
__________________________________________________________________
ese
rubro
sería
más
sencillo
preceptuar
la
idea
de
que
los
intereses
privados
deben
de
estar
subordinados
a
los
intereses
generales
.
Salvando
las
distancias
entre
lo
que
significa
legislar
dentro
de
una
democracia
local
y
redactar
declaraciones
de
principios
en
un
documento
sólo
moralmente
exigible
para
toda
la
humanidad
,
los
autores
(
y
redactores
,
como
Hessel
)
de
la
Declaración
Universal
de
Derechos
Humanos
procedieron
a
insertar
las
aspiraciones
ya
presentes
en
el
texto
que
los
partisanos
del
difunto
Moulin
tenían
completamente
listo
desde
marzo
de
1944
(
en
plena
guerra
mundial
).
Como
es
de
ver
,
la
hegemonía
del
discurso
anti-mercado
dominaba
el
panorama
,
y
con
mayoritarios
aplausos
.
Así
,
a
pesar
de
lo
que
se
diga
,
la
fuerza
de
los
valores
morales
era
(
y
es
)
indiscutible
,
siendo
que
desde
ese
campo
se
fraguará
para
la
posteridad
una
legalidad
que
activará
una
noción
de
ciudadanía
más
afín
a
la
del
súbdito
y
hasta
del
siervo
que
a
la
del
hombre
libre
.
***
Desde
la
perspectiva
del
viejo
Catón
,
la
ciudadanía
que
se
dibujó
luego
de
la
hecatombe
sellada
en
1945
correspondía
a
un
tipo
inferior
de
república
.
Inferior
porque
a
diferencia
de
su
Roma
republicana
la
generalidad
de
naciones
suelen
fundarse
y
engrandecerse
desde
el
rigor
de
decisiones
autocráticas
:
ahí
donde
las
leyes
,
magistraturas
e
instituciones
corresponderán
más
al
ingenio
de
un
“
solo
hombre
”
(
o
al
de
una
oligarquía
de
“
notables
”)
antes
que
al
de
muchos
.
El
orgullo
de
Catón
estaba
en
que
su
amada
civitas
disentía
de
esa
forma
de
progresar
.
No
requería
de
ningún
Minos
,
Licurgo
o
Solón
,
pues
“
nuestra
república
sino
por
el
concurso
de
muchos
;
ni
se
consolidó
por
una
sola
edad
,
sino
por
el
transcurso
de
bastantes
generaciones
y
bastantes
siglos
”.
Por
ende
,
“
no
es
posible
encontrar
un
ingenio
tan
grande
que
todo
lo
abarque
”,
siendo
que
“
el
concurso
de
todos
los
varones
esclarecidos
de
una
época
no
conseguiría
,
en
achaques
de
previsión
y
prudencia
,
suplir
las
lecciones
de
la
experiencia
y
del
tiempo
”.
3
El
estado
de
bienestar
apuntalado
inmediatamente
concluida
la
Segunda
Guerra
Mundial
se
erigirá
de
espaldas
a
esa
visión
evolutiva
.
La
república
a
la
que
se
aspiró
fue
en
directa
proporción
al
tipo
de
legislador
(
y
legislación
)
que
Catón
y
los
viejos
republicanos
tenían
como
impropios
a
un
orbe
de
ciudadanos
libres
.
Sólo
cuando
Roma
abandone
el
legado
de
sus
ancestros
es
que
conocerá
una
libertad
diseñada
deliberadamente
desde
el
poder
,
que
es
lo
que
en
puridad
acontecerá
con
el
imperio
.
Así
,
no
será
para
nada
accidental
que
sea
la
Roma
imperial
el
espejo
desde
donde
el
grueso
de
los
príncipes
,
pensadores
y
publicistas
medievales
se
inspiren
para
dar
vida
a
lo
que
posteriormente
será
el
estado
moderno
.
Un
estado
hecho
a
partir
de
la
evocación
de
lo
que
el
divino
Augusto
y
sus
sucesores
legaron
,
y
desde
ellos
una
interminable
lista
de
referentes
que
remarcarán
la
convicción
de
que
sin
reyes
no
hay
orden
ni
justicia
.
A
ese
discurso
la
Iglesia
le
dará
su
bendición
,
soslayando
a
personajes
como
Calígula
y
Nerón
.
(
Centurias
más
tarde
arribarán
los
que
no
mencionen
a
tipos
como
Hitler
y
Stalin
.)
Los
modernos
redactores
de
derechos
3
Citado
por
Escipión
,
citado
a
su
vez
por
Marco
Tulio
Cicerón
,
“
La
República
”,
en
Obras
escogidas
(
Buenos
Aires
:
El
Ateneo
,
no
ha
sido
construida
por
un
solo
ingenio
,
1951
),
pp
.
623-24
.
__________________________________________________________________
66
|
|