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__________________________________________________________________
Enrique
Fernández
García
…
De
los
economistas
comprometidos
La
guía
espiritual
de
la
humanidad
pertenece
al
pequeño
número
de
hombres
que
piensan
por
sí
mismos
,
quienes
primero
ejercen
su
acción
sobre
el
círculo
capaz
de
recibir
y
comprender
el
pensamiento
elaborado
por
otros
;
por
este
camino
las
ideas
se
extienden
a
las
masas
,
donde
se
condensan
poco
a
poco
para
formar
la
opinión
pública
de
la
época
.
Ludwig
von
Mises
,
Socialismo
(
1922
)
En
Pensadores
temerarios
,
libro
que
se
ocupa
de
quienes
reflexionaron
sin
despreciar
la
política
,
Mark
Lilla
parte
con
una
observación
válida
:
el
teorema
del
gran
Euclides
no
es
afectado
por
la
forma
en
que
trataría
éste
a
sus
sirvientes
.
1
Pudo
ser
un
auténtico
patán
,
impartiendo
deberes
con
látigos
de
por
medio
,
alimentando
su
condición
superior
sin
ningún
límite
.
Podía
haber
ocurrido
también
lo
contrario
,
vale
decir
,
comportarse
de
tal
suerte
que
superase
al
mismo
Robert
Owen
,
célebre
por
la
generosidad
con
sus
trabajadores
.
En
cualquier
caso
,
habría
una
evidente
distancia
,
cuando
no
desconexión
,
entre
sus
planteamientos
de
naturaleza
teórica
y
aquellos
que
se
relacionan
1
Mark
Lilla
,
Pensadores
temerarios
:
Los
intelectuales
en
la
política
(
Barcelona
:
Debate
,
2004
[
2001
]),
p
.
22
.
Enrique
Fernández
García
es
profesor
de
la
Universidad
Privada
de
Santa
Cruz
de
la
Sierra
(
Bolivia
),
fundador
del
Colegio
Abierto
de
Filosofía
y
director
de
su
revista
,
Percontari
.
Una
versión
inicial
de
este
ensayo
apareció
en
el
libro
En
busca
de
la
razón
económica
(
Santa
Cruz
de
la
Sierra
:
ICEES
,
2019
).
con
la
práctica
,
incluyendo
los
vínculos
sociales
.
Con
todo
,
aun
los
ejercicios
de
un
geómetra
no
pueden
ser
explicados
,
a
cabalidad
,
sin
las
circunstancias
en
que
vivió
quien
se
esforzó
por
concebirlos
.
Me
refiero
a
condiciones
de
su
tiempo
,
espacio
,
pero
asimismo
al
afecto
sentido
hacia
otros
y
,
obviamente
,
las
particularidades
que
tenía
la
sociedad
en
donde
se
encontraba
.
No
es
lo
mismo
meditar
en
la
comodidad
del
hogar
que
,
pongamos
por
caso
,
hacerlo
mientras
nos
rodean
paredes
y
barrotes
carcelarios
.
Si
bien
la
figura
del
intelectual
se
asocia
,
en
primer
lugar
,
con
las
palabras
,
2
2
En
un
texto
del
año
1986
,
«¿
Por
qué
se
oponen
los
intelectuales
al
liberalismo
?»,
cuando
cuestiona
a
quienes
recurren
al
pensamiento
para
reivindicar
postulados
de
izquierda
,
Nozick
define
a
los
intelectuales
como
hacedores
de
palabras
.
Naturalmente
,
lo
fundamental
no
es
usar
,
así
sea
de
forma
ingeniosa
,
los
diferentes
vocablos
que
componen
un
idioma
,
sino
emplearlos
para
expresar
ideas
,
las
cuales
procuran
influir
en
el
prójimo
.
Pero
se
pretende
algo
más
,
criticado
por
ese
libertario
autor
.
Ocurre
que
ellos
«
esperan
ser
las
personas
mayormente
valoradas
en
una
sociedad
,
aquellos
con
el
mayor
prestigio
y
poder
,
aquellos
con
las
mayores
recompensas
»
(
en
Andrés
Roemer
,
ed
.,
Felicidad
:
Un
enfoque
de
derecho
y
economía
[
México
:
Universidad
Nacional
Autónoma
de
México
,
2005
],
p
.
237
).
Por
desgracia
,
cuando
esto
no
pasa
,
los
ataques
del
intelectual
pueden
ser
del
todo
feroces
.
Es
lo
que
explicaría
varios
de
los
embates
contra
el
capitalismo
.
Se
alude
,
por
ende
,
a
un
fenómeno
en
el
que
con-
Laissez-Faire
,
No
.
54-55
(
Marzo-Sept
2021
):
16-22
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__________________________________________________________________
destacándose
al
escritor
como
ejemplo
paradigmático
al
respecto
,
3
nada
impide
a
quien
no
trabaja
fundamentalmente
con
letras
,
sino
empleando
números
,
desempeñar
esa
función
.
Se
puede
buscar
un
lenguaje
perfecto
a
través
de
la
lógica
,
como
,
entre
otros
,
lo
pretendieron
Leibniz
y
,
en
cierto
modo
,
Frege
,
por
citar
dos
ejemplos
4
;
sin
embargo
,
esto
no
significa
olvidarnos
del
mundo
externo
,
peor
aún
de
sus
problemas
sociales
.
No
es
sólo
un
tema
de
gustos
personales
;
en
ocasiones
,
la
tarea
puede
ser
impuesta
casi
contra
nuestra
voluntad
.
El
aislamiento
no
garantiza
tranquilidad
ni
tampoco
librarse
de
las
vicisitudes
que
afectan
al
semejante
.
En
algún
momento
,
aunque
nos
parezca
inverosímil
,
el
mayor
silencio
de
nuestros
despachos
podría
ser
dinamitado
por
causas
que
,
a
priori
,
nos
resultaban
del
todo
irrelevantes
.
Así
,
emergerá
la
urgencia
de
reflexionar
sobre
una
realidad
que
fluyen
el
gran
amor
propio
con
una
frustración
debida
a
la
intrascendencia
social
.
3
Es
válido
pensar
también
en
el
filósofo
.
De
hecho
,
el
primer
gran
ejemplo
de
intelectual
se
da
con
Voltaire
,
en
el
siglo
XVIII
,
cuya
literatura
estaba
marcada
por
reflexiones
del
todo
provechosas
.
Tendremos
luego
al
notable
Albert
Camus
y
,
más
aún
,
Jean-Paul
Sartre
,
quienes
,
además
de
ser
distinguidos
con
el
Nobel
de
Literatura
,
fueron
filósofos
,
convirtiéndose
en
hombres
de
peso
,
apreciándose
sus
opiniones
políticas
.
Como
muestra
de
tales
escritos
,
en
el
caso
de
Sartre
,
puede
leerse
¿
Qué
es
la
literatura
?
(
Buenos
Aires
:
Losada
,
1962
[
1948
]);
respecto
a
Camus
,
Moral
y
política
(
Buenos
Aires
:
Losada
,
1978
[
1950
]).
En
esas
páginas
,
puede
percibirse
,
sin
complicaciones
ni
vaguedades
,
su
compromiso
de
carácter
intelectual
.
No
estábamos
,
pues
,
ante
personas
que
pudiesen
contemplar
la
injusticia
con
indiferencia
.
ya
es
insatisfactoria
,
hasta
peligrosa
,
cuando
no
indignante
.
5
Siguiendo
esta
línea
,
hasta
sintiendo
gran
apego
por
guarismos
,
algoritmos
y
fórmulas
de
diversa
naturaleza
,
podríamos
levantar
la
mirada
,
ejercitar
el
cerebro
e
idear
cómo
cesar
con
alguna
injusticia
.
Es
más
,
para
varios
individuos
,
las
acciones
en
el
terreno
de
la
política
se
considerarán
forzosas
,
vitales
.
6
De
modo
que
,
aunque
fuese
una
encarnación
del
purismo
,
un
científico
podría
respaldar
cambios
radicales
en
su
sociedad
.
No
sería
un
hecho
inaudito
.
Freeman
Dyson
lo
apunta
muy
bien
cuando
nos
recuerda
:
«
La
ciencia
como
actividad
subversiva
tiene
una
larga
historia
.
Existe
una
concurrida
lista
de
científicos
que
estuvieron
en
la
cárcel
y
otra
en
5
Cedo
a
la
tentación
de
recordar
la
exquisita
descripción
que
hace
Bernardo
Ezequiel
Koremblit
del
instante
en
que
irrumpe
esa
inquietud
:
«
Un
día
,
el
intelectual
–
escritor
,
sociólogo
,
economista
,
experto
en
finanzas
,
poeta
o
historiador
–
levanta
la
vista
del
capítulo
que
está
escribiendo
o
del
libro
que
lee
y
piensa
en
los
problemas
que
aquejan
a
su
país
.
Si
el
gobierno
es
malo
,
hay
muchos
problemas
que
resolver
,
y
si
es
bueno
,
patriótico
y
capacitado
,
también
los
habrá
»
(
La
torre
de
marfil
y
la
política
[
Buenos
Aires
:
Fides
,
1952
],
p
.
24
).
6
Obviamente
,
se
puede
ser
economista
sin
prestar
atención
a
temas
políticos
.
Nada
condena
a
ocuparse
de
asuntos
que
no
conciernen
a
su
disciplina
.
Su
compromiso
no
es
determinado
por
lo
académico
,
sino
debido
a
móviles
éticos
e
ideológicos
.
Respecto
a
esa
separación
de
áreas
,
es
oportuno
recordar
al
maestro
Ludwig
von
Mises
:
«
Cabe
,
en
este
sentido
,
afirmar
que
la
ciencia
económica
es
apolítica
o
no
política
,
si
bien
constituye
la
base
de
partida
de
la
política
en
general
y
de
cualquier
efectiva
actuación
pública
.
La
economía
se
abstiene
de
efectuar
juicios
de
valor
,
por
referirse
invariablemente
a
los
medios
,
nunca
a
los
fines
últimos
perseguidos
»
(
La
acción
humana
:
Tratado
de
economía
4
Para
una
mejor
ilustración
de
tal
cometido
,
puede
leerse
una
meritoria
obra
de
Umberto
Eco
,
La
búsqueda
de
la
lengua
perfecta
(
Barcelona
:
Crítica
,
1999
).
[
Madrid
:
Unión
Editorial
,
1980
],
p
.
1274
.)
__________________________________________________________________
17
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-54.2 Fernandez-v8.pdf&rsargs[]=2
__________________________________________________________________
la
que
figuran
aquellos
que
contribuyeron
a
sacarlos
de
la
misma
y
con
ello
a
salvarles
la
vida
».
7
Confundir
academia
con
encastillamiento
es
algo
que
puede
pasar
,
sin
lugar
a
dudas
,
pero
no
resulta
necesariamente
ideal
.
No
discuto
que
trabajar
con
gran
rigor
,
teorizando
sin
tener
presente
cualquiera
de
las
preocupaciones
cotidianas
,
sea
importante
.
Se
podrían
identificar
varios
aportes
a
la
humanidad
que
fueron
posibles
por
contar
con
catedráticos
tan
dedicados
cuanto
ensimismados
en
sus
investigaciones
.
Es
que
,
docentes
y
todo
,
sus
contribuciones
tienen
que
ver
,
en
mayor
o
menor
grado
,
con
nuestra
vida
,
así
sea
para
incrementar
los
conocimientos
.
Perseguir
que
tales
quehaceres
sean
útiles
puede
ser
,
con
certeza
,
uno
de
los
móviles
para
su
realización
.
Por
supuesto
,
muchos
economistas
pueden
ser
incluidos
entre
quienes
han
obrado
bajo
ese
impulso
.
Pienso
en
uno
de
los
dos
acreedores
al
primer
Nobel
de
Economía
,
Ragnar
Anton
Kittel
Frisch
,
quien
escribió
con
una
conmovedora
claridad
:
«
Entender
no
es
suficiente
,
también
hay
que
tener
compasión
.
No
me
siento
feliz
a
menos
que
crea
que
al
final
los
resultados
de
nuestros
esfuerzos
pueden
de
alguna
manera
ser
utilizados
para
la
mejora
del
bienestar
del
hombre
común
».
8
No
se
trata
de
buscar
la
construcción
del
mundo
perfecto
,
ya
que
,
por
desgracia
,
esto
suele
conducirnos
al
más
indeseable
panorama
,
uno
en
el
cual
las
libertades
queden
suprimidas
,
así
como
también
el
hombre
,
degradado
,
envilecido
.
La
pretensión
puede
ser
más
modesta
,
buscando
,
por
ejemplo
,
aquello
que
,
en
un
magnífico
libro
,
Avisai
Mar-
7
Freeman
Dyson
,
El
científico
rebelde
(
México
:
Debate
,
2018
[
2006
]),
p
.
26
.
galit
tuvo
el
acierto
de
realzar
:
La
sociedad
decente
.
9
Un
ejemplo
de
cómo
relacionar
academia
económica
con
realidad
social
,
procurando
resolver
sus
problemas
,
se
nos
ofrece
gracias
a
Jean
Tirole
.
10
Nobel
en
2014
,
ha
dirigido
el
Instituto
de
la
Economía
Industrial
,
una
organización
que
trabaja
sobre
la
base
de
problemas
que
afectan
a
ciudadanos
de
Francia
y
Europa
.
La
idea
central
que
orienta
sus
inquietudes
ha
sido
expuesta
en
un
generoso
volumen
,
La
economía
del
bien
común
,
cuyas
páginas
son
tan
claras
cuanto
provechosas
,
aunque
no
exentas
de
controversia
.
Para
este
autor
,
por
ejemplo
,
el
papel
de
la
economía
tiene
que
ver
con
documentar
desigualdades
,
comprenderlas
y
sugerir
políticas
eficaces
para
su
respectivo
enfrentamiento
.
Subrayo
que
tiene
un
repertorio
de
temas
merced
a
los
cuales
se
nota
su
interés
en
asuntos
despreciados
por
otros
académicos
.
Resalto
9
Comentando
su
espléndido
contenido
,
el
filósofo
Armando
Massarenti
anota
que
Margalit
«
sostiene
que
una
sociedad
,
antes
que
“
justa
”,
como
la
concibe
John
Rawls
,
debe
ser
“
decente
”,
es
decir
,
debe
evitar
humillar
a
sus
propios
miembros
»
(
Instrucciones
sobre
cómo
tomarse
las
cosas
:
Píldoras
de
filosofía
mínima
(
Madrid
:
Paidós
,
2010
,
p
.
140
).
10
No
todos
están
de
acuerdo
con
el
rol
intelectual
que
,
en
nuestros
días
,
desempeñaría
un
economista
.
En
una
espléndida
obra
,
Alain
Minc
observa
:
«
En
un
mundo
dominado
por
el
mercado
,
el
poder
habría
debido
pasar
a
manos
de
los
economistas
,
y
estos
habrían
podido
jugar
a
los
intelectuales
,
a
semejanza
de
los
filósofos
de
otros
tiempos
.
Pero
la
conclusión
es
clarísima
:
no
existe
ya
ninguna
figura
dominante
en
la
esfera
económica
y
los
más
notorios
evitan
embarcarse
en
grandes
causas
.
Joseph
Stiglitz
no
es
Keynes
,
pero
sobre
todo
evita
mezclarse
con
desafíos
morales
,
políticos
o
estratégicos
»
(
Una
historia
política
de
los
intelectuales
[
Barcelona
:
8
Cita
hecha
por
Juan
Carlos
de
Pablo
en
su
libro
Nobelnomics
(
Buenos
Aires
:
Sudamericana
,
2018
),
p
.
83
.
Duomo
,
2012
],
pp
.
419-420
).
__________________________________________________________________
18
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__________________________________________________________________
que
trabaja
bajo
un
convencimiento
revelador
del
compromiso
aquí
tratado
:
«
Por
apasionante
que
sea
la
vida
de
los
economistas
universitarios
,
deben
ser
útiles
,
como
colectivo
,
a
la
sociedad
».
11
Naturalmente
,
un
concepto
central
cuando
se
habla
de
compromiso
con
la
sociedad
,
por
parte
del
académico
,
gira
en
torno
a
la
justicia
.
Respecto
a
este
gran
tema
,
no
se
puede
sino
resaltar
la
figura
de
Amartya
Kumar
Sen
,
quien
fue
galardonado
con
el
Nobel
en
1998
.
Siendo
filósofo
,
además
de
economista
,
ha
tocado
esa
cuestión
con
singular
maestría
reflexiva
.
Es
lo
que
se
nota
en
uno
de
sus
trabajos
más
significativos
,
desde
mi
perspectiva
:
La
idea
de
la
justicia
.
En
esta
obra
,
cuyas
páginas
dejan
advertir
su
formación
de
carácter
filosófico
,
pasa
revista
,
aunque
con
ánimo
crítico
,
a
varias
reflexiones
que
se
lanzaron
al
respecto
.
Brinda
muy
especial
atención
a
lo
hecho
por
John
Rawls
,
sin
cuya
Teoría
de
la
justicia
no
se
entenderían
numerosos
debates
contemporáneos
en
el
campo
de
la
filosofía
política
.
12
Más
allá
de
la
comparación
que
realiza
entre
las
distintas
11
Jean
Tirole
,
La
economía
del
bien
común
(
Barcelona
:
Taurus
,
2017
[
2016
],
p
.
21
).
12
Como
es
sabido
,
la
refutación
de
mayor
nombradía
pertenece
a
Robert
Nozick
,
titulándose
Anarquía
,
Estado
y
utopía
(
México
:
Fondo
de
Cultura
Económica
,
2012
[
1974
]),
aunque
varios
de
los
postulados
que
contiene
fueron
después
desestimados
por
su
autor
.
Allí
,
en
una
de
sus
líneas
más
antitéticas
de
Rawls
,
ese
lúcido
filósofo
señala
:
«
Usar
a
uno
de
estos
individuos
en
beneficio
de
otros
es
usarlo
a
él
y
beneficiar
a
otros
.
Lo
que
ocurre
es
algo
que
se
le
hace
a
él
por
el
bien
de
otros
.
Hablar
de
un
bien
social
superior
encubre
esta
situación
(¿
intencionalmente
?).
Usar
a
una
persona
en
esta
forma
no
respeta
,
ni
toma
en
cuenta
suficientemente
,
el
hecho
de
que
es
una
persona
separada
,
que
ésta
es
la
visiones
culturales
sobre
lo
justo
,
destacando
coincidencias
,
así
como
también
desemejanzas
,
importa
su
apuesta
por
una
postura
moderada
.
Es
que
,
para
este
pensador
,
no
debe
movernos
el
fin
de
la
injusticia
,
como
si
esto
fuera
posible
,
sino
,
por
el
contrario
,
hacer
lo
necesario
para
lidiar
con
determinadas
injusticias
,
aun
cotidianas
,
pero
reconociendo
la
imposibilidad
de
una
victoria
definitiva
.
¿
Por
qué
pensar
en
acabar
,
de
una
vez
y
para
siempre
,
con
la
corrupción
o
,
entre
otros
males
,
la
pobreza
?
Lo
sensato
sería
esforzarse
por
avances
paulatinos
,
rechazando
propuestas
que
no
buscan
sino
alentar
ilusiones
,
engañar
al
semejante
,
fomentar
derroches
.
El
compromiso
puede
tener
tono
combativo
.
Un
ejemplo
descollante
al
respecto
es
el
de
Friedrich
August
von
Hayek
,
quien
fue
galardonado
en
1974
,
un
año
después
del
deceso
de
su
maestro
,
Ludwig
von
Mises
.
Pasa
que
sus
críticas
en
contra
del
colectivismo
,
en
donde
subrayaba
coincidencias
entre
fascismo
y
socialismo
,
se
plasmaron
en
un
volumen
indiscutiblemente
provechoso
:
Camino
de
servidumbre
,
de
1944
.
No
había
solamente
cuestionamientos
a
los
razonamientos
que
llevan
el
signo
de
Marx
.
Su
pretensión
no
se
limitaba
,
pues
,
a
contradecir
esos
postulados
.
Lo
que
procuraba
era
advertir
a
sus
conciudadanos
sobre
los
peligros
de
seguir
ese
camino
.
La
predilección
por
ideas
socialistas
serviría
,
conforme
a
su
entendimiento
,
para
dirigirlos
hacia
el
derrotero
que
habían
sufrido
alemanes
e
italianos
con
sus
regímenes
fascistas
,
al
igual
que
los
rusos
,
en
especial
,
durante
los
años
estalinianos
.
Es
verdad
que
dicho
libro
no
se
relaciona
,
en
absoluto
,
con
ninguna
rigurosidad
científicoeconómica
.
De
hecho
,
este
distanciamiento
disciplinario
le
granjeó
varias
críticas
.
Acoto
que
la
enorme
notoriedad
del
libro
le
llegó
a
resultar
molesta
;
había
,
pues
,
desde
única
vida
que
tiene
»
(
pp
.
44-45
).
su
perspectiva
,
otros
criterios
para
sentir-
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