Hacer memoria a cien años de la Revolución rusa
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__________________________________________________________________
Alejandra
M
.
Salinas
Hacer
memoria
a
cien
años
de
la
Revolución
rusa
El
buen
uso
de
la
memoria
es
aquel
que
sirve
a
una
causa
justa
,
no
el
que
se
conforma
con
reproducir
el
pasado
.
T
.
Todorov
La
vida
es
en
sí
misma
libertad
.
Todo
lo
que
es
inhumano
es
absurdo
e
inútil
.
V
.
Grossman
El
siete
de
noviembre
de
2017
se
cumplieron
cien
años
de
la
revolución
que
inauguró
el
sistema
político
más
criminal
de
la
historia
humana
:
el
comunismo
de
origen
marxista-leninista
.
En
su
exhaustivo
trabajo
de
recopilación
de
estadísticas
sobre
democidios
—
término
que
remite
a
las
muertes
causadas
por
los
gobiernos
,
incluyendo
guerras
,
genocidios
y
hambrunas
forzadas
—
el
profesor
R
.
J
.
Rummel
afirma
que
los
regímenes
comunistas
mataron
a
148
millones
de
personas
entre
1900
y
1999
(
Rummel
,
2005
).
1
Considerando
las
espantosas
consecuencias
que
el
sistema
acarreó
para
las
sociedades
que
lo
sufrieron
,
y
que
todavía
lo
sufren
,
puede
afirmarse
sin
titubeos
que
,
en
tanto
pionera
e
inspiradora
,
la
Revolución
bolchevique
fue
el
acontecimiento
político
más
significativo
y
más
nefasto
del
siglo
XX
.
1
El
autor
contabiliza
61
,
911
,
000
víctimas
del
accionar
estatal
en
la
URSS
(
1917-1989
),
y
73
,
226
,
000
del
Estado
chino
entre
1949
y
1999
.
Entre
los
pensadores
que
de
inmediato
tomaron
conciencia
de
los
tremendos
peligros
asociados
con
la
expansión
del
comunismo
sobresale
L
.
von
Mises
,
cuya
obra
Socialismo
(
1922
)
fue
al
mismo
tiempo
profética
y
paradigmática
,
no
sólo
en
su
tesis
sobre
la
inviabilidad
del
sistema
económico
instaurado
en
1917
,
sino
fundamentalmente
en
cuanto
a
su
naturaleza
criminal
:
El
significado
real
de
la
revolución
de
Lenin
debe
verse
en
el
hecho
de
que
fue
la
explosión
del
principio
de
irrestricta
violencia
y
opresión
.
Fue
la
negación
de
todos
los
ideales
políticos
que
durante
tres
mil
años
habían
guiado
la
evolución
de
la
civilización
occidental
.
…
Mientras
tal
espíritu
prevalezca
no
podremos
esperar
que
existan
la
paz
duradera
y
la
democracia
,
que
se
salvaguarde
la
libertad
y
que
mejore
progresivamente
el
estado
económico
de
los
pueblos
(
Mises
,
1961
[
1922
],
p
.
582
).
ALEJANDRA
M
.
SALINAS
tiene
un
doctorado
en
sociología
por
la
Universidad
Católica
Argentina
(
UCA
),
y
actualmente
enseña
filosofía
política
y
social
en
la
Universidad
Nacional
de
Tres
de
Febrero
y
en
la
Facultad
de
Ciencias
Sociales
de
la
UCA
(
Buenos
Aires
,
Argentina
).
Este
ensayo
fue
publicado
originalmente
en
Duodécimo
Concurso
de
Ensayo
Caminos
de
la
Libertad
:
Memorias
(
México
:
Fomento
Cultural
Grupo
Salinas
,
2018
),
pp
.
279-308
.
Se
reproduce
con
la
debida
autorización
.
Laissez-Faire
,
No
.
50-51
(
Marzo-Sept
2019
):
53-70
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__________________________________________________________________
También
I
.
Berlin
y
K
.
Popper
recalcaron
que
el
objetivo
de
la
Revolución
comunista
fue
destruir
el
orden
político
y
económico
,
fruto
de
largos
procesos
de
evolución
institucional
.
Para
el
primero
,
una
“
nueva
era
”
comenzó
después
de
la
Revolución
bolchevique
:
ya
no
se
usaría
la
razón
para
evaluar
críticamente
los
fundamentos
de
la
obediencia
política
,
sino
que
se
impondría
por
la
fuerza
un
único
modelo
de
sociedad
(
Berlin
,
2002
,
pp
.
69-77
,
82
).
Popper
comprendió
que
la
revolución
violenta
se
convertiría
en
“
el
elemento
más
perjudicial
del
marxismo
”,
y
que
las
alternativas
políticas
que
a
partir
de
entonces
se
presentarían
eran
fundamentalmente
dos
:
la
actitud
razonable
de
intentar
zanjar
las
diferencias
políticas
mediante
la
argumentación
,
y
el
debate
;
es
decir
,
sin
derramar
sangre
ni
actuar
con
la
irracionalidad
de
la
violencia
(
como
se
cita
en
Verdugo
,
1989
).
En
la
misma
línea
,
el
objetivo
de
este
ensayo
es
recordar
el
trágico
legado
de
la
Revolución
bolchevique
,
reflexión
que
resulta
relevante
no
sólo
para
compensar
que
tantos
celebren
su
centenario
,
sino
porque
el
comunismo
todavía
azota
a
varios
países
,
y
sus
promotores
y
apologistas
subsisten
en
muchos
ámbitos
de
la
vida
social
.
Uno
de
esos
ámbitos
es
la
universidad
.
Ya
en
1922
Mises
advertía
sobre
las
universidades
como
sus
principales
difusoras
.
Para
actualizar
este
diagnóstico
cabe
señalar
que
,
en
2016
,
el
Manifiesto
Comunista
era
el
tercer
libro
más
citado
en
los
programas
universitarios
de
Estados
Unidos
,
Gran
Bretaña
,
Canadá
,
Australia
y
Nueva
Zelanda
:
en
los
cursos
de
Economía
,
el
libro
ocupaba
el
71
º
lugar
;
en
los
de
Política
,
el
octavo
;
en
los
de
Historia
,
el
cuarto
,
y
en
Sociología
,
el
tercer
lugar
(
Berry
,
2016
).
que
aunque
el
texto
de
Marx
y
Engels
ha
sido
,
en
gran
medida
,
descartado
como
explicación
para
analizar
la
economía
(
después
de
todo
,
el
capitalismo
se
ha
fortalecido
,
extendido
y
elevado
el
nivel
de
vida
en
el
mundo
),
todavía
sigue
vigente
como
fuente
de
inspiración
revolucionaria
.
Quizá
la
vigencia
del
Manifiesto
Comunista
en
las
carreras
de
sociología
y
humanidades
sea
simplemente
el
resultado
de
una
respuesta
obediente
al
pedido
de
Lenin
:
Que
los
intelectuales
repitan
menos
lo
que
ya
sabemos
nosotros
mismos
y
nos
den
más
de
lo
que
todavía
no
sabemos
,
de
lo
que
jamás
podremos
saber
por
nosotros
mismos
a
través
de
nuestra
experiencia
fabril
y
‘
económica
’,
o
sea
:
conocimientos
políticos
.
(
Lenin
,
1981
[
1902
])
Sea
cual
fuere
la
explicación
,
es
al
mismo
tiempo
significativo
y
preocupante
que
los
estudiantes
en
esos
países
(
y
probablemente
en
el
resto
del
mundo
)
tengan
que
leer
más
a
Marx
que
a
autores
liberales
:
On
Liberty
,
de
J
.
Stuart
Mill
,
es
el
título
liberal
más
mencionado
en
los
programas
de
estudios
,
pero
figura
dieciséis
posiciones
más
abajo
que
el
Manifiesto
.
Los
textos
de
Mill
y
Marx
ilustran
la
oposición
entre
la
tolerancia
democrática
y
el
método
revolucionario
,
entre
el
cambio
pacífico
y
el
violento
,
que
cristalizaron
en
dos
sistemas
políticos
antagónicos
:
por
un
lado
,
el
Estado
de
derecho
,
las
instituciones
representativas
y
el
gobierno
limitado
;
por
el
otro
,
el
colectivismo
,
el
antagonismo
permanente
y
el
gobierno
opresivo
,
del
cual
la
URSS
fue
primer
exponente
y
artífice
.
Luego
de
la
caída
del
Muro
de
Berlín
,
la
oposición
entre
los
dos
modelos
conti-
Una
lectura
posible
de
estos
datos
,
es
nuó
.
Hacia
fines
de
1993
,
Václav
Havel
__________________________________________________________________
54
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escribía
:
“
Estamos
preocupados
por
el
destino
de
los
valores
y
principios
que
el
comunismo
rechazó
y
en
cuyo
nombre
lo
resistimos
y
finalmente
lo
derribamos
”
(
Havel
,
1994
).
En
otras
palabras
,
el
fin
del
comunismo
en
Europa
del
Este
no
se
había
traducido
en
el
fin
de
la
historia
como
el
triunfo
del
liberalismo
.
Esta
inquietud
sigue
hoy
vigente
y
nos
interpela
de
forma
directa
:
¿
quiénes
se
están
haciendo
cargo
de
defender
y
promover
los
valores
y
principios
liberales
en
el
mundo
actual
?
Subyace
a
esta
pregunta
la
necesidad
de
asumir
la
responsabilidad
de
refutar
las
ideas
contrarias
y
condenar
todo
sistema
que
atente
contra
esos
valores
y
principios
.
Debemos
insistir
,
una
y
otra
vez
,
en
que
el
comunismo
de
origen
marxista-leninista
y
sus
variantes
jamás
serán
un
sistema
legítimo
en
tanto
constituyen
una
aberrante
violación
de
la
libertad
,
de
los
derechos
y
de
la
dignidad
de
las
personas
.
Además
de
la
misión
intelectual
de
refutar
las
ideas
comunistas
,
existe
la
responsabilidad
moral
de
recordar
y
denunciar
los
horrores
de
las
experiencias
totalitarias
implementadas
en
el
siglo
XX
con
base
en
esas
ideas
.
A
diferencia
de
la
investigación
histórica
,
que
aporta
nuevos
conocimientos
acerca
de
los
hechos
pasados
;
a
diferencia
de
la
filosofía
política
,
cuyo
fin
es
examinar
la
invalidez
de
la
justificación
de
esos
hechos
;
y
,
a
diferencia
de
la
justicia
,
cuyo
objeto
es
castigar
los
crímenes
cometidos
,
hacer
memoria
no
implica
aportar
novedades
,
ni
analizar
argumentos
,
ni
evaluar
el
alcance
y
la
naturaleza
del
castigo
.
La
memoria
tiene
un
propósito
más
modesto
,
pero
no
menos
importante
,
que
consiste
en
traer
a
la
luz
aquello
que
ha
sido
olvidado
o
ha
permanecido
oculto
y
minimizado
,
es
decir
,
se
propone
publicitar
y
difundir
lo
que
sucedió
en
los
regímenes
comunistas
opresivos
.
A
la
luz
de
este
propósito
,
¿
qué
significa
entonces
hacer
memoria
?
Como
ya
mencioné
,
la
tarea
de
la
memoria
es
independiente
de
la
investigación
histórica
,
la
reflexión
filosófica
y
la
evaluación
judicial
pero
,
como
todas
ellas
,
debe
ser
justificada
.
Una
vez
investigados
y
juzgados
los
crímenes
,
¿
no
sería
preferible
intentar
olvidar
lo
ocurrido
y
confiar
en
que
la
tragedia
no
se
repetirá
?
¿
No
es
cierto
acaso
—
dirán
algunos
—
que
sólo
quedan
islas
de
comunismo
que
colapsarán
también
bajo
el
peso
de
su
fracaso
auto
gestionado
?
Si
es
así
,
¿
para
qué
embarcarnos
en
el
esfuerzo
de
hacer
memoria
,
en
lugar
de
abocarnos
a
otros
propósitos
y
ocupaciones
más
urgentes
de
cara
a
las
demandas
presentes
y
futuras
?
Hay
una
plétora
de
respuestas
posibles
a
estas
preguntas
,
que
resaltan
la
necesidad
y
la
relevancia
de
la
tarea
memorística
y
los
modos
en
que
ella
puede
ser
llevada
adelante
.
En
primer
lugar
,
es
necesario
hacer
memoria
sobre
la
ferocidad
comunista
porque
esta
no
ha
sido
suficientemente
condenada
ni
en
los
sectores
educativos
ni
en
los
medios
de
comunicación
.
Al
comparar
el
totalitarismo
nazi
con
el
comunista
,
el
escritor
húngaro
T
.
Todorov
afirma
que
hay
más
consenso
en
condenar
al
primero
porque
,
entre
otros
factores
,
fue
transparente
en
comunicar
sus
objetivos
y
acciones
,
mientras
que
el
comunismo
decía
lo
contrario
de
lo
que
hacía
;
además
,
las
víctimas
del
nazismo
poseían
una
identidad
más
“
fuerte
”
que
las
del
comunismo
(
Todorov
,
s
/
f
).
Podría
agregarse
a
esta
tesis
el
hecho
de
que
el
nazismo
tuvo
una
vida
más
corta
que
el
bloque
soviético
(
1933-1945
contra
1917-
1989
/
1991
),
demorando
el
inicio
de
la
investigación
por
los
crímenes
cometidos
en
estos
últimos
;
que
los
comunistas
tuvieron
éxito
en
su
presión
internacional
para
no
ser
criticados
,
y
que
sus
simpatizantes
han
sido
más
numerosos
debido
al
__________________________________________________________________
55
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__________________________________________________________________
amplio
alcance
de
su
discurso
emancipatorio
,
dirigido
a
todos
los
“
oprimidos
”
del
mundo
.
En
resumen
:
es
el
desequilibrio
y
el
retraso
—
términos
intercambiables
con
laguna
,
silencio
,
ceguera
,
o
como
se
quiera
llamarlo
—
en
la
memoria
del
totalitarismo
comunista
,
lo
que
nos
exige
recordar
la
tragedia
del
mismo
en
momentos
en
que
otros
celebran
el
centenario
de
su
nacimiento
.
En
segundo
lugar
,
cabe
señalar
que
la
memoria
apunta
a
transmitir
a
las
nuevas
generaciones
las
verdades
acerca
del
pasado
traumático
.
Es
la
memoria
la
que
lo
mantiene
vivo
y
colabora
con
la
investigación
para
no
quedar
prisioneras
de
las
mentiras
o
de
la
nostalgia
,
dos
actitudes
siempre
útiles
para
quienes
promueven
la
causa
de
un
futuro
utópico
.
Una
memoria
honesta
y
realista
puede
disuadir
de
este
último
intento
,
o
evitar
que
se
acepte
y
se
propague
,
mostrando
el
lado
oscuro
del
comunismo
.
En
este
sentido
,
El
libro
negro
del
comunismo
,
publicado
en
1997
,
provee
información
exhaustiva
al
respecto
.
Además
del
mérito
de
la
investigación
,
ha
de
resaltarse
su
compromiso
con
“
la
obligación
moral
de
honrar
a
las
víctimas
”
al
incluir
,
en
el
ejercicio
de
la
memoria
,
el
sufrimiento
y
el
exterminio
de
millones
de
personas
bajo
el
comunismo
(
Courtois
,
1997
).
Los
autores
formulan
una
pregunta
elemental
pero
usualmente
ignorada
:
“¿
Por
qué
esa
incapacidad
para
colocar
en
el
centro
del
análisis
del
comunismo
un
factor
tan
esencial
como
el
crimen
,
el
crimen
en
masa
,
el
crimen
sistemático
,
el
crimen
contra
la
Humanidad
?”
Junto
a
los
autores
,
creemos
que
existe
una
obligación
moral
de
incluir
esos
crímenes
,
a
sus
perpetradores
y
a
sus
apologistas
,
en
la
memoria
del
comunismo
,
lo
que
nos
lleva
a
preguntar
quiénes
deben
asumir
tal
tarea
.
Si
esta
queda
relegada
al
criterio
de
funcionarios
u
organismos
públicos
gubernamentales
,
como
ya
vimos
,
puede
resultar
sesgada
,
monopólica
,
o
manipulada
para
imponer
la
visión
—
o
la
voluntad
de
omisión
,
según
sea
el
caso
—
del
poder
dominante
.
Por
otro
lado
,
si
la
memoria
queda
limitada
a
la
universidad
como
espacio
de
investigación
y
de
transmisión
de
datos
y
teorías
,
¿
qué
sucede
cuando
el
mundo
académico
hace
silencio
,
olvida
o
filtra
la
información
pertinente
?
Por
esta
razón
,
debe
fomentarse
la
participación
de
personas
y
grupos
como
,
por
ejemplo
,
los
descendientes
de
las
víctimas
,
analistas
,
periodistas
,
fundaciones
,
escuelas
,
etc
.
para
que
hagan
oír
su
voz
de
condena
.
En
tal
caso
,
su
aporte
formará
parte
del
acervo
de
una
memoria
pública
pero
no
monopólica
(
como
la
oficial
)
ni
tampoco
distorsionada
o
parcial
(
a
causa
de
la
ideología
predominante
en
los
medios
tradicionales
de
comunicación
masiva
y
en
muchas
universidades
).
Desde
este
punto
de
vista
,
hay
que
trabajar
para
que
exista
un
pluralismo
de
memorias
,
formando
una
constelación
de
espacios
distintos
pero
interconectados
que
se
complementen
entre
sí
.
En
particular
,
el
rol
de
la
sociedad
civil
(
aludo
aquí
a
los
nuevos
medios
de
comunicación
digital
,
las
organizaciones
no
gubernamentales
en
redes
internacionales
y
otras
entidades
sin
fines
de
lucro
)
parece
fundamental
para
balancear
,
complementar
y
corregir
las
omisiones
y
mentiras
en
la
memoria
del
legado
revolucionario
.
Un
aspecto
a
considerar
en
relación
con
la
memoria
condenatoria
del
comunismo
es
en
dónde
registrarla
.
Los
monumentos
,
museos
,
placas
,
declaraciones
,
conmemoraciones
,
etcétera
,
son
espacios
propicios
pero
sujetos
a
la
voluntad
política
de
cada
gobierno
.
Debe
celebrarse
la
existencia
del
parque
Memento
en
Buda-
__________________________________________________________________
56