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Transformación del sector eléctrico argentino

CategoríaPolíticaSeptiembre 1999

Alejandro Alle

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Alejandro Alie Transformación del Sector Eléctrico Argentino Introducción A juzgar por ciertos indicadores del sector eléctrico tales como el dinero invertido en obras , la diversidad de las fuentes de generación ( hidroeléctrica , térmica y nuclear ) y la existencia de una red interconectada nacional de alta tensión , no debería haberse esperado que una simple combinación de baja hidraulicidad y la salida de funcionamiento de una sola central nuclear obligaran a la implementación de cortes sistemáticos en el suministro . Pero esto es lo que ocurrió en la Argentina a finales de la década del '80 . La primera clave para entender el problema es saber que hasta 1991 las decisiones de inversión y de producción de energía eléctrica estaban en manos del Estado . El 35 % del parque térmico existente estaba indisponible , y dado que el país estaba con serios problemas de hiperinflación , el Estado no estaba en condiciones de transferir recursos genuinos al sector . Alejandro Alie , ingeniero argentino , graduado de la Universidad Nacional de Mar del Plata ( 1987 ), con Maestría en Economía y Administración de Empresas por ESEADE de Buenos Aires ( 1992 ). Es actualmente Gerente de Desarrollo Regional y Planeamiento Estratégico de la firma COPENSA ( Guatemala ). Dos años más tarde la estructura del sector eléctrico había cambiado en forma esencial . Existía un nuevo sistema de costos marginales para el despacho de energía , y se había organizado un mercado eléctrico a nivel mayorista . La industria se había dividido totalmente , tanto a nivel vertical como horizontal , y la gran mayoría de las empresas habían sido transferidas al sector privado . Las actividades de generación convencionales habían sido completamente liberadas , y el transporte y la distribución final a usuarios estaban sujetos a mecanismos de regulación por incentivos . La coordinación de las tareas de despacho y la expansión del sector también se habían transferido a manos privadas . Dicha transformación fue uno de los cambios más drásticos y rápidos que se hayan observado en el ámbito de la prestación de servicios eléctricos en una democracia moderna . No hay nada que hable más claramente de las virtudes de un sistema eléctrico que la continuidad en la provisión de energía . Más aún cuando el sistema es eficiente , es decir , que tanto el suministro de energía como la expansión del sistema se hacen al menor costo posible . Si bien los problemas del sistema se hicieron tangibles en 1988 , el grado de deterioro de las instalaciones por falta de mantenimiento hacía prever dicha debaele . Sin embargo , las soluciones ensaya- Laissez-Faire 29
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das eran la designación de nuevos directores para las empresas estatales , la transferencia de esas empresas a otras jurisdicciones del Estado , la creación de Holdings estatales , el cambio del status legal de las empresas , etc . Estaba prácticamente establecido por dogma que la provisión de energía eléctrica ( al igual que la de otros servicios públicos ) debía realizarse a través del Estado , y se impedía de esa forma la introducción de competencia , el factor más determinante para lograr aumentos de productividad y de eficiencia . En efecto , no le estaba permitido a ningún operador privado competir contra las empresas estatales , y se presentaban los problemas clásicos de dichas empresas : la " socialización " del riesgo empresario , la existencia de trabas burocráticos , la dispersión de los intereses " empresariales " entre todos los ciudadanos frente a concentración de los intereses políticos de los funcionarios que las administraban , la multiplicidad de objetivos ( la eficiencia económica no era el único ni el más importante , sino que se le agregaban la creación de empleo , la utilización de las tarifas como política redistributiva , etc .). civil española , CHADE se transforma en CADE ( Compañía Argentina de Electricidad ) en 1936 , con la mayoría de las acciones en poder de capitales privados franceses . Un pequeño segmento del mercado de Buenos Aires fue atendido por la CIAE ( Compañía ítalo- Argentina de Electricidad ), formada con capitales suizos en 1912 . En 1936 , tanto CADE como CIAE obtuvieron extensiones de cuarenta años en sus respectivas concesiones , y en la falta de fundamentos económicos de la regulación de esta extensión de contrato estuvo la raíz de un problema que duró hasta 1992 : no había controles de la calidad del servicio , ni incentivos para la inversión , ni penalizaciones serias por no cumplir con el suministro . Además , desalentaba la inversión a medida que avanzaba la ejecución del contrato de concesión . Hacia 1958 ( habiendo transcurrido 22 de los 40 años pactados ) la situación en el conglomerado urbano de Buenos Aires y alrededores era alarmante : deficiente estado de equipos e instalaciones , baja producción de energía eléctrica , necesidad de inversiones en renovaciones y ampliaciones , etc . La evolución del sector eléctrico Breve repaso de su historia Desde 1887 , los servicios de electricidad en la ciudad de Buenos Aires eran provistos por firmas privadas , las que fueron absorbidas por la empresa CATE ( Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad ) en 1901 . En 1907 , la CATE obtuvo la concesión por el servicio a nivel municipal por un período de cincuenta años . En 1921 esta concesión fue transferida a CHADE ( Compañía Hispano-Argentina de Electricidad ). Afectada por la guerra Estructura previa a la transformación La composición de la generación eléctrica hacia fines de los años '80 era : un 15 % de energía nuclear ( aproximadamente constante ), un 40 % de energía hidroeléctrica ( variable según la hidraulicidad del año ), y un 45 % de energía térmica ( complementaria de la hidroeléctrica ). El transporte de energía tenía 13 , 812 km de líneas de AT y MT de 500 , 330 , 220 y 132 kV . La energía generada estaba en el orden de los 45 , 000 GWh / año , y la energía facurada sólo llegaba a 35 , 000 Laissez-Faire 30
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GWh / año . La gran diferencia entre energía generada y energía facturada no se explica sólo por las pérdidas técnicas , sino por el hurto . La potencia instalada estaba en el orden de los 15 , 000 MW , valor respetable para un país del tamaño y el desarrollo de la Argentina . El problema era que un gran porcentaje de esta potencia instalada no estaba disponible por falta de mantenimiento . En 1987 transfirió Sus 531 millones , en 1988 $ us 275 millones , en 1989 Sus 297 millones , y en 1989 Sus 124 millones . El hecho de que las transferencias hayan decrecido no se explica por un aumento de eficiencia , sino lisa y llanamente porque el Estado estaba quebrado a fines de los '80 ( proceso que culminó con la hiperinflación de 1989 ). El diseño de las privatizaciones El por qué del rumbo elegido a partir de 1991 Tal como lo había previsto la sana teoría económica , en la Argentina el Estado demostró ampliamente su fracaso en los roles de planifícador , de inversor y de empresario . El Estado como planifícador siempre sobre-estimó la demanda de energía . Los planes de la década del '70 pronosticaban que hacia 1990 la demanda eléctrica iba a llegar a valores que incluso hoy ( con un sistema eléctrico saneado y luego de ocho años sin inflación ) no se alcanzan . El problema de estos planes es que no se quedaban en el cajón de un burócrata , sino que en función de ellos se decidía la construcción de centrales hidroeléctricas pagadas por los contribuyentes . El Estado como inversor siempre al menos duplicó los plazos previstos para la finalización de las obras , por lo que además de pagar sobre-precios inauditos por " mayores costos ", retrasaba la iniciación de la puesta en marcha de las instalaciones . El Estado como empresario siempre demostró su incapacidad . Una forma de verlo es en las transferencias ( en millones de dólares mayo de 1990 ) del Tesoro Nacional a las empresas del sector eléctrico . Como primeros candidatos a la privatización estaban las unidades de generación de SEGBA ( Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires ). Esto fue saludable porque allí estaba la necesidad de corto plazo , y porque se brindó una señal positiva al negocio de distribución , privatización ésta considerada más difícil debido a la mayor necesidad de regulación . El Poder Ejecutivo había solicitado que en 1992 se concluyeran todos los traspasos al sector privado , lo cual terminó impidiendo la reacción organizada de aquellos grupos cuyos intereses se veían perjudicados con el cambio . Los principales actores en el proceso de toma de decisiones en el diseño de las privatizaciones fueron , ( a ) la Secretaría de Energía ( dependiente del Ministerio de Economía ), ( b ) el Despacho Nacional de Cargas ( luego transformado en Cammesa ), y ( c ) el Consejo Federal de Energía Eléctrica ( CFEE ). Una comisión parlamentaria ejerció las funciones de supervisión del proceso . No se establecieron pisos para los precios de venta , sino requerimientos mínimos de pago en efectivo , además del rescate de títulos de deuda . Hubo gran competencia entre los oferentes en los mercados financieros para comprar los mencionados títulos al mejor precio posible . Laissez-Faire 3
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Las ofertas superaron en casi todos los casos las expectativas de la Secretaría de Energía , lo cual se explica en una percepción más optimista de los oferentes sobre la evolución futura de las empresas ( política comercial agresiva , recuperación de pérdidas , etc .) y del sector . La tasa de descuento utilizada por el gobierno para sus proyecciones oscilaba entre el 10 y el 14 %, según el momento de la venta y el negocio en particular . Los oferentes utilizaron tasas menores . Una de las máximas del proceso debía ser la transparencia , que se logró a través del mecanismo elegido para la selección de compradores , mediante una precalificación técnica y económica que asegurara la presencia de inversores de buena reputación en la industria . También fue determinante la forma de adjudicación . En todos los casos se llamó a licitación pública internacional . El objetivo era doble : desde lo microeconómico , encontrar operadores con la suficiente experiencia y respaldo patrimonial -requerido por el tamaño de las unidades de negocio a transferirse , y desde lo macroeconómico , atraer inversiones extranjeras al país . El marketing se dirigió hacia Estados Unidos y varios países de Europa . En el primer " road show " en Estados Unidos ( septiembre de 1991 ), se pudo comprobar que la percepción de Argentina no era buena . Los antecedentes recientes de inestabilidad macroeconómica se reflejaban en tasas de descuento exigidas del orden del 22 %. En Europa el tratamiento fue algo distinto , no por la mayor afinidad cultural sino porque estaban acostumbrados a hacer negocios en Argentina sabiendo que normalmente detrás de las inversiones había subsidios implícitos y tratamientos impositivos preferenciales que más que compensaban el factor inestabilidad . Esta imagen negativa comenzó a cambiar a partir de la presentación del cumplimiento de metas fiscales ( diciembre de 1991 ), lo cual ayudó a las privatizaciones , ocurridas en 1992 . £ 1 marco regulatorio El espíritu del marco regulatorio El espíritu general de la regulación en el nuevo ordenamiento económico-institucional del mercado eléctrico argentino incorpora elementos de competencia . La forma en que se decidió controlar a las firmas reguladas es a través de la verificación del cumplimiento de sus obligaciones , sujeto a penalidades e incentivos , y sin inmiscuirse en la función de producción de la empresa ni en su estructura de costos . En generación se produce competencia directa . También se redescubrió el marketing , ya que debido a la amenza de competencia , los generadores se esfuerzan más por obtener contratos con distribuidores y con grandes clientes . En transporte y en distribución la competencia es por comparación ( yardstick competition ). La división horizontal de la actividad ( por ejemplo , tres prestadores donde antes había uno ) permite la competencia por comparación . Las ventajas de esta división horizontal no se limitan a que los usuarios y el regulador reclamen en función de la prestación de la otra empresa que brinda servicios en condiciones similares . También permite que en el futuro , si la tecnología evoluciona de forma tal que el servicio deje de ser un monopolio natural , el sector quede estructuralmente mejor preparado para la competencia . Para la regulación del transporte , que también tiene aspectos monopólicos , la clave del esquema implementado es la Laissez-Faire 32
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