| Orden espontáneo y ética: una sugerencia | | | |
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Antonio
Argandoña
Rámiz
Orden
Espontáneo
y
Etica
:
Una
Sugerencia
El
oficio
académico
nos
obliga
a
someter
la
investigación
que
llevamos
a
cabo
a
los
comentarios
y
críticas
de
nuestros
colegas
.
De
este
modo
,
la
competencia
intelectual
en
el
mercado
de
las
ideas
hace
avanzar
la
ciencia
y
nos
obliga
a
mejorar
continuamente
en
nuestra
labor
y
a
desarrollar
nuestras
capacidades
,
empezando
por
el
sano
acto
de
humildad
a
que
nos
lleva
la
constatación
de
nuestros
errores
.
Por
ello
,
agradezco
sinceramente
a
Julio
César
De
León
,
Clynton
López
y
Moris
Polanco
sus
comentarios
,
y
a
Laissez-
Faire
la
oportunidad
de
volver
sobre
mis
puntos
de
vista
,
para
aportar
otro
grano
de
arena
a
la
cuestión
de
los
fundamentos
de
la
concepción
liberal
de
la
economía
.
Antes
de
entrar
en
materia
,
me
gustaría
dejar
claro
que
siento
por
la
persona
y
las
ideas
de
Hayek
un
profundo
respeto
y
admiración
,
y
que
participo
plenamente
de
muchos
de
sus
diagnósticos
y
recomendaciones
.
Cuando
escribí
el
artículo
que
ha
dado
origen
a
esta
controversia
(
Argandoña
1991a
),
mi
propósito
era
superar
algunas
limitaciones
de
su
modelo
,
precisamente
porque
lo
considero
como
la
alternativa
más
prometedora
hoy
existente
a
la
teoría
económica
neoclásica
y
a
las
políticas
económicas
fundadas
en
ella
.
Y
ese
mismo
espíritu
preside
esta
réplica
.
Antonio
Argandoña
Rámiz
es
profesor
ordinario
y
titular
de
la
cátedra
"
Economía
y
Etica
."
lESE-Intemational
Gradúate
School
of
Management
,
Universidad
de
Navarra
.
La
crítica
a
La
fatal
arrogancia
(
Hayek
1990
)
que
intenté
en
mi
artículo
no
se
fundaba
en
la
economía
neoclásica
,
en
la
que
fui
educado
,
sino
en
la
filosofía
realista
.
A
juzgar
por
las
críticas
recogidas
en
las
páginas
precedentes
,
parece
que
no
tuve
demasiado
éxito
en
mi
intento
de
convencer
a
mis
lectores
de
que
era
necesario
y
posible
ir
más
allá
de
los
supuestos
hayekianos
,
para
dar
a
su
obra
toda
la
potencia
que
contiene
y
liberarla
de
algunas
limitaciones
que
entonces
me
parecieron
patentes
,
y
que
me
llevaron
a
un
lenguaje
quizás
demasiado
"
agresivo
."
'
Poco
después
,
leyendo
a
Maclntyre
(
1992
),
entendí
que
la
superación
de
un
paradigma
científico
no
se
puede
hacer
"
desde
fuera
,"
porque
sus
creencias
,
argumentos
y
tesis
no
se
pueden
comprender
desde
términos
ajenos
al
mismo
;
incluso
los
problemas
que
se
plantean
son
distintos
.
^
Pero
tampoco
se
puede
hacer
"
desde
dentro
,"
si
se
trata
de
abandonar
algunos
supuestos
básicos
del
paradigma
.
Hace
falta
,
pues
,
"
alguien
que
viva
en
ambos
esquemas
conceptuales
alternativos
,
que
conozca
y
sea
capaz
de
hablar
el
lenguaje
de
cada
uno
desde
dentro
,
que
haya
llegado
a
ser
,
por
decirlo
así
,
un
hablante
nativo
con
dos
lenguas
primeras
"
(
Maclntyre
1992
,
151-52
).
Sería
presuntuoso
por
mi
parte
arrogarme
esa
condición
de
"
habitante
de
frontera
,"
como
llama
Maclntyre
a
los
renovadores
de
paradigmas
científicos
.
No
obstante
,
voy
a
intentar
una
aproxima-
Laissez-Faire
40
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire10_6.pdf&rsargs[]=1
ción
al
pensamiento
austríaco
,
para
luego
señalar
sus
limitaciones
y
sugerir
cómo
se
puede
mejorar
.
Debo
pedir
perdón
al
lector
,
ya
desde
el
comienzo
,
si
no
he
sabido
interpretar
suficientemente
la
riqueza
y
los
detalles
de
ese
pensamiento
,
y
las
peculiaridades
de
los
diferentes
autores
(
y
,
en
concreto
,
de
Hayek
),
empezando
por
los
probables
malos
usos
de
la
terminología
,
que
muestran
que
soy
,
al
menos
en
parte
,
un
"
outsider
."
Expondré
primero
una
síntesis
de
lo
que
me
parece
son
las
tesis
teóricas
centrales
de
la
escuela
austríaca
,
alrededor
de
dos
temas
:
la
teoría
de
la
acción
y
la
teoría
del
orden
espontáneo
.
Luego
propondré
las
ampliaciones
y
cambios
que
convendría
llevar
a
cabo
,
alrededor
de
tres
apartados
:
la
teoría
de
la
acción
,
el
papel
de
la
ética
y
la
teoría
del
orden
espontáneo
.
Finalmente
,
discutiré
las
posibilidades
de
llevar
a
cabo
lo
que
propongo
,
al
tiempo
que
comento
algunas
de
las
críticas
dirigidas
a
mi
artículo
,
para
acabar
con
unas
breves
conclusiones
.
La
teoría
austríaca
La
teoría
de
la
acción
El
objetivo
declarado
de
los
autores
que
nos
ocupan
es
elaborar
una
teoría
de
la
acción
humana
.
El
punto
de
partida
son
las
necesidades
.
Sólo
el
individuo
conoce
sus
necesidades
(
de
aquí
arranca
el
individualismo
metodológico
");
la
sociedad
influye
,
sin
duda
,
en
la
aparición
de
las
mismas
(
y
,
por
supuesto
,
en
su
satisfacción
a
través
del
intercambio
),
pero
las
necesidades
son
un
fenómeno
subjetivo
.
Una
acción
se
especifica
por
el
fin
,
los
motivos
,
el
conocimiento
y
la
eficacia
transformadora
.
^
El
fin
(
subjetivo
)
de
la
acción
es
la
safisfacción
de
las
necesidades
(
o
,
en
términos
más
amplios
,
el
paso
de
una
situación
subjetivamente
peor
a
otra
mejor
).
Los
agentes
tienen
valores
distintos
,
numerosos
y
cambiantes
(
económicos
,
éticos
,
estéticos
,
políticos
,
etc
.),
que
se
traducen
en
una
gran
variedad
de
fines^
;
en
todo
caso
,
no
hay
valores
incondicionales
.
No
importa
cuáles
sean
los
fines
(
egoístas
o
altruistas
,
individuales
o
sociales
,
económicos
,
estéticos
o
políticos
,
etc
.),
la
estructura
de
la
acción
es
siempre
la
misma
:
de
ahí
el
propósito
de
enunciar
una
teoría
general
de
la
acción
.
Lo
que
antes
he
llamado
el
"
paradigma
"
austríaco
no
es
un
cuerpo
de
doctrina
único
.
Aunque
tienen
muchos
elementos
comunes
,
las
teorías
de
Menger
,
Wieser
,
Bóhm-Bawerk
,
Mises
,
Hayek
y
sus
seguidores
presentan
no
pocas
diferencias
,
que
aquí
omitiré
,
para
intentar
una
explicación
no
diferenciada
(
y
que
,
por
tanto
,
es
probable
que
no
haga
justicia
a
ninguno
de
ellos
).
^
La
descripción
de
la
teoría
austríaca
,
necesariamente
esquemática
y
sin
el
acompañamiento
de
referencias
y
explicaciones
justificativas
,
podría
ser
la
siguiente
.
El
motivo
(
o
motivos
)
de
la
acción
es
lo
que
impulsa
a
ponerla
en
marcha
para
conseguir
el
resultado
deseado
,
que
será
una
determinada
respuesta
del
entorno
(
el
resultado
esperado
es
el
relevante
,
y
no
tiene
por
qué
coincidir
con
el
que
efectivamente
se
produce
;
esto
dependerá
de
factores
como
la
ignorancia
y
,
por
tanto
,
de
la
estructura
institucional
de
la
sociedad
).
^
La
acción
puede
tener
muchos
efectos
,
en
función
de
los
valores
del
agente
,
pero
como
científicamente
no
podemos
decir
nada
de
dichos
valores
,
sólo
son
relevantes
los
efectos
extrínsecos
(
el
impacto
sobre
el
entorno
y
la
respuesta
de
este
)
ya
mencionados
.
De
ahí
que
sólo
consideren
un
tipo
de
motivos
.
Laissez-Faire41
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El
conocimiento
ocupa
un
lugar
central
en
la
teoría
austríaca
de
la
acción
.
Incluye
el
conocimiento
que
cada
agente
(
y
nadie
más
)
tiene
de
sus
fines
(
lo
que
quiere
hacer
)
y
de
la
capacidad
de
los
bienes
escasos
que
están
o
podrían
estar
a
su
disposición
para
satisfacer
sus
necesidades
(
lo
que
puede
hacer
).
^
El
conocimiento
es
,
en
todo
caso
,
provisional
y
mejorable
,
disperso
,
no
se
puede
inventariar
y
,
a
menudo
,
no
se
sabe
ni
siquiera
que
se
tiene
.
La
clave
de
la
organización
de
la
sociedad
abierta
estará
,
precisamente
,
en
la
movilización
de
ese
conocimiento
a
través
del
mercado
(
Hayek
1945
);
aquí
aparece
la
figura
del
emprendedor
.
La
eficacia
transformadora
de
la
acción
dependerá
de
la
adecuación
de
la
elección
de
los
medios
para
la
consecución
del
fin
,
lo
que
,
a
su
vez
,
dependerá
del
marco
institucional
en
que
los
agentes
llevan
a
cabo
sus
elecciones
.
En
la
acción
,
el
agente
cambia
'el
entorno
:
la
acción
es
esencialmente
dinámica
;
de
ahí
que
no
quepa
hablar
de
un
equilibrio
(
en
el
sentido
neoclásico
del
término
).
El
papel
del
emprendedor
consiste
,
precisamente
,
en
fomentar
las
acciones
innovadoras
que
provocarán
nuevos
cambios
y
que
conducirán
a
los
agentes
individuales
a
la
mejor
satisfacción
de
sus
necesidades
.
La
acción
colectiva
(
en
el
ámbito
de
las
interacciones
)
se
fundamenta
,
en
última
instancia
,
en
la
lógica
de
la
acción
individual
(
individualismo
metodológico
)
La
acción
es
,
pues
,
una
decisión
sobre
los
medios
(
escasos
)
adecuados
para
la
consecución
de
fines
(
no
dados
,
ni
estáticos
,
ni
inventariables
).
El
agente
otorga
valor
a
la
satisfacción
de
necesidades
,
y
ese
valor
se
proyecta
sobre
los
bienes
que
las
satisfacen
(
teoría
subjetiva
del
valor
);
propiamente
hablando
,
el
valor
está
en
la
relación
entre
necesidad
y
bien
(
utilidad
marginal
).
^
La
acción
es
,
pues
,
la
que
satisface
las
necesidades
y
,
al
hacerlo
,
crea
valor
(
subjetivo
)
para
el
agente
.
Por
eso
está
en
el
arranque
de
la
teoría
que
comentamos
.
En
síntesis
,
en
la
teoría
de
la
acción
de
los
austríacos
encontramos
,
primero
,
unos
fines
subjetivos
puestos
libremente
por
el
agente
;
segundo
,
un
motivo
(
que
he
calificado
de
extrínseco
),
dirigido
a
la
consecución
de
unos
determinados
resultados
en
el
entorno
,
como
consecuencia
de
la
acción
;
tercero
,
un
conocimiento
también
subjetivo
,
disperso
entre
numerosos
agentes
;
y
cuarto
,
una
eficacia
transformadora
condicionada
por
el
marco
institucional
.
De
estos
cuatro
factores
,
la
clave
diferenciadora
de
la
escuela
me
parece
que
se
encuentra
en
el
tercero
y
en
el
cuarto
;
es
ahí
donde
su
superioridad
sobre
el
esquema
neoclásico
es
patente
,
y
donde
se
fundamenta
su
doctrina
política
liberal
.
Pero
esto
nos
lleva
a
otro
nivel
de
análisis
:
el
del
orden
social
.
El
orden
espontáneo
La
acción
que
acabamos
de
describir
es
'
°
racional
,
pero
se
trata
de
una
racionalidad
formal
o
en
cuanto
a
fines
{
Zweckrationalitát
),
no
de
una
racionalidad
sustantiva
o
en
cuanto
a
valores
{
Wertrationalitat
).
Esta
última
viene
determinada
por
la
creencia
consciente
en
el
valor
de
una
conducta
,
sin
relación
alguna
con
el
resultado
,
mientras
que
la
primera
viene
dada
por
la
expectativa
del
resultado
,
es
decir
,
del
comportamiento
del
mundo
exterior
(
de
otros
agentes
,
en
definitiva
),
en
función
de
los
fines
planteados
.
De
este
modo
,
la
racionalidad
económica
permite
explicar
la
emergencia
de
un
orden
objetivo
(
espontáneo
)
a
partir
de
acciones
individuales
inspiradas
en
fines
subjetivos
y
conocimientos
limitados
.
"
El
individualismo
metodológico
parte
de
una
concepción
de
los
indi-
Laissez-Faire
42
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viduos
como
entidades
enteramente
sociales
,
y
concibe
las
instituciones
como
el
resultado
no
intencionado
de
acciones
humanas
que
se
proponen
resolver
problemas
con
los
instrumentos
limitados
del
conocimiento
"
(
Cubeddu
1995
,
132
).
El
resultado
es
que
las
conductas
de
los
demás
resultan
suficientemente
predecibles
como
para
que
la
búsqueda
de
los
fines
subjetivos
de
cada
agente
no
sólo
no
degenere
en
caos
,
sino
que
,
de
hecho
,
conduzca
a
un
proceso
en
el
que
se
puedan
satisfacer
cada
vez
más
y
mejor
las
necesidades
de
más
personas
,
que
podrán
cumplir
mejor
sus
fines
gracias
a
las
acciones
de
otras
personas
a
las
que
nunca
llegarán
a
conocer
.
Ese
orden
social
resulta
de
la
dispersión
de
los
conocimientos
y
de
la
racionalidad
económica
antes
explicada
,
en
un
marco
institucional
en
el
que
la
competencia
empuja
a
los
agentes
a
encontrar
nuevos
medios
para
satisfacer
las
necesidades
y
a
imitar
a
los
que
han
tenido
éxito
en
esa
tarea
,
para
lo
cual
es
necesaria
la
libertad
(
entendida
como
libertad
de
coacción
frente
a
los
demás
y
frente
al
Estado
),
de
modo
que
cada
uno
pueda
responder
a
los
estímulos
cambiantes
con
entera
autonomía
,
iniciativa
y
espontaneidad
.
De
este
modo
tiene
lugar
la
evolución
social
o
cultural
de
las
instituciones
(
y
de
la
razón
,
según
Hayek
1990
),
como
resultado
de
conductas
deliberadas
pero
no
dirigidas
a
un
fin
determinado
.
La
distinción
entre
racionalidades
llevada
a
cabo
más
arriba
nos
lleva
a
otra
conclusión
importante
:
la
economía
(
teoría
de
la
acción
)
aquí
formulada
alcanza
una
autonomía
plena
respecto
de
la
ética
.
Esto
ocurre
,
primero
,
en
el
plano
personal
.
La
acción
trata
del
uso
eficiente
de
los
medios
para
conseguir
no
importa
qué
fines
.
No
hay
,
pues
,
razón
alguna
para
imponer
al
agente
normas
morales
.
Pero
,
además
,
aquella
autonomía
se
manifiesta
también
en
el
plano
interpersonal
.
Si
la
ética
es
irrelevante
para
la
acción
humana
,
¿
por
qué
debería
serlo
para
la
suma
e
interacción
de
esas
acciones
en
el
mercado
?
Si
sólo
se
justificaría
en
el
plano
de
los
valores
individuales
,
¿
qué
sentido
tendría
la
imposición
de
una
escala
única
de
valores
,
en
el
plano
social
?
Las
respuestas
negativas
a
esas
preguntas
no
afectan
sólo
a
las
relaciones
entre
ética
y
economía
,
sino
que
inspiran
toda
la
filosofía
social
hayekiana
,
como
ya
hemos
apuntado
.
Un
orden
espontáneo
se
caracterizará
por
la
pluralidad
de
valores
,
la
ausencia
de
mecanismos
(
coactivos
o
de
negociación
)
establecidos
para
formular
objetivos
comunes
en
la
acción
colectiva
,
y
el
establecimiento
de
reglas
abstractas
,
válidas
para
todos
,
que
hagan
posible
que
todos
consigan
alcanzar
sus
fines
porque
sólo
pretenden
mejorar
las
oportunidades
abiertas
a
cada
uno
.
Ni
siquiera
se
pretende
encontrar
el
mejor
orden
posible
,
sino
sólo
aquel
que
,
una
vez
elegido
,
hace
posible
la
evolución
social
más
beneficiosa
para
el
conjunto
(
evolución
que
nadie
conoce
,
ni
puede
predecir
ni
,
por
tanto
,
dirigir
).
Ahí
no
hace
falta
,
pues
,
la
ética
.
Hasta
aquí
,
una
síntesis
,
necesariamente
incompleta
,
de
las
tesis
principales
de
la
escuela
austríaca
.
Ahora
entraremos
en
su
crítica
.
Una
alternativa
a
la
teoría
austríaca
La
ampliación
de
la
teoría
de
la
acción
Volvamos
a
la
teoría
de
la
acción
humana
,
que
debe
seguir
siendo
el
punto
de
partida
del
análisis
económico
."
Mantengamos
(
por
ahora
)
los
supuestos
sobre
los
fines
y
la
información
,
y
supongamos
que
toda
acción
tiene
tres
tipos
de
efectos
o
resultados
.
El
primero
Laissez-Faire
43
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