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F.A. Hayek: ¿enemigo de la dignidad y la libertad del hombre?

CategoríaPolíticaMarzo 1999

Julio César de León B.

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Julio César De León Barbero F . A . Hayek ¿ Enemigo de la Dignidad y la Libertad del Hombre ? Consideraciones iniciales . A mediados del año 1998 los estudiantes de primer ingreso de la Universidad Francisco Marroquín Facultad de Ciencias Económicas en un curso no bajo mi responsabilidad , fueron puestos en contacto con un artículo titulado " Orden espontáneo y ética : La moral en La fatal arrogancia , de F . A . Hayek ," escrito por Antonio Argandoña . Llegó a mis manos en forma de fotocopia y sin datos editoriales de ninguna especie . El artículo abre con la promesa de " contribuir a la polémica alrededor de un tema que parece central en el pensamiento de Hayek (...): el del papel de la ética en un orden extenso ," el que , en opinión del autor del artículo , " está mal enfocado ." Conforme a lo anterior el lector crítico espera encontrar razones por las cuales Hayek supuestamente falla en demostrar cuál es el papel que las normas morales juegan en el contexto de un orden extenso de cooperación . Orden cuya función se limita ( creo que no debemos olvidarlo ) a la vida social y a la cooperación entre los hombres aquí y ahora . Julio César De León Barbero , Doctor en Filosofía por la Universidad Rafael Landívar ( 1996 ), es actualmente catedrático en la Facultad de Ciencias Económicas , Universidad Francisco Marroquín . No obstante , mientras los párrafos transcurren sólo es posible encontrar reflexiones del autor del artículo sobre lo escrito por Hayek al grado que la conclusión a que arriba no deja de ser sorprendente . Luego de reconocer que algo positivo hay en el pensar hayekiano , termina afirmando : ''Pero el recurso a la evolución lleva a Hayek a un grave error que culmina , como he señalado , en la renuncia a la dignidad del hombre y a su misma libertad . ' " Habiendo prometido un análisis del papel de la ética en la vida societaria la argumentación concluye descalificando la antropología hayekiana . Antropología que , dicho sea de paso , es descalificada por no conformarse a la sustentada por el autor del artículo . En consecuencia , la sentencia firme consiste en declarar a Hayek un claro enemigo de la dignidad del hombre y de su libertad . El entramado argumentativo de Argandoña , como puede constatarse , cae presa de dos errores : 1 ) Deriva conclusiones que le son extrañas , que no se desprenden ni de la premisa inicial ni del propósito al principio enunciado y , 2 ) dichas conclusiones son prejuzgadas desde las convicciones personales del autor' del artículo para quien el hombre tiende ( ha de tender , obligadamente ) a un fin qua hombre . A lo anterior debe agregarse que las citas tomadas de La fatal arrogancia e Laissez-Faire 27
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instrumentalizadas para criticar a Hayek son utilizadas con premura y cierta ligereza , al grado de utilizarlas totalmente descontextualizadas . Refiero aquí únicamente tres ejemplos : 1 ) Se afirma que : " No es de extrañar , pues , que Hayek considere normal ¡ y ético !— que el orden extenso haya llevado a subestimar ciertas existencias personales ( infanticidio , abandono de ancianos y enfermos , eliminación de los sujetos peligrosos , etc .) para incrementar las oportunidades de supervivencia de los demás " ( en referencia a La fatal arrogancia , p . 206 ). Lo anterior no deja de comunicar que en La fatal arrogancia vibra sin tapujos la mentalidad que inspiró a Stalin y a Auschwitz : la de la purga y el exterminio de quienes se oponen a ( o son una remora para ) el buen vivir de elegidos seres superiores . Por lo menos deja emparentada a La fatal arrogancia con la mentalidad que inspiró a Thomas Malthus y a los darwinistas sociales . La verdad es , sin embargo , que quien lee la página 206 de La fatal arrogancia y su contexto , se percata que el autor no justifica ( ni promueve ) el infanticidio o el abandono de los enfermos . Menos aún , nunca afirma lo que sostiene el artículo que comentamos : " que no todas las vidas valen lo mismo ." Todo lo contrario . Si desde siempre en la experiencia de la vida en común ha habido quienes viven y quienes sucumben , es de reconocer , afirma La fatal arrogancia , que el orden extenso de cooperación ha permitido el crecimiento demográfico sin que ello implique garantía de vida para nadie en concreto . De hecho ha habido siempre ( y ciertamente , aunque no lo deseemos , siempre habrá ) quienes viven y quienes mueren . Lo único que ha de reconocerse es que las normas de recto comportamiento ( propias del orden extenso , en oposición a la mera costumt > re de los grupos nómadas jefeados centralmente ) no están al servicio específico de específicos intereses . Eso , se lee : " Ahora bien , aunque , por esta razón , en un orden extenso todas las vidas desconocidas deben ser valoradas por igual y en nuestros propios ideales nos hemos acercado bastante a esta finalidad en lo que respecta a la acción del gobierno , regido nunca en el este criterio no ha pequeño grupo o en nuestras innatas respuestas , por lo que cabe plantearse la cuestión de la moralidad o bondad del principio " { La fatal arrogancia , p . 207 ). Ni qué decir tiene que La fatal arrogancia abunda aquí y allá en argumentos a favor de la bondad moral de considerar todas las vidas por igual . De hecho uno de los argumentos a favor del proceso evolutivo-cultural ( en manera alguna el único ) es que sobrevivieron aquellas normas morales que aseguraron y promovieron el crecimiento poblacional . El énfasis del libro está puesto , pues , no en la matanza , desaparición y desprecio por la vida humana , sino en el proceso que condujo al nacimiento , crianza y sobreviviene ia de más seres humanos logrado al someter , los hombres , su conducta a patrones de comportamiento potencializadores de la cooperación y la división del trabajo . 2 ) Otro ejemplo de la ufilización de ideas fuera de contexto es el siguiente párrafo de Argandoña : " Otro tanto ocurre con \ di justicia , a la que Hayek identifica siempre con un cierto criterio de distribución de la renta , como 'el nivel de ingresos que a cada sujeto debe corresponder' ," aludiendo a lo supuestamente contenido en la página 126 de La fatal arrogancia . Laissez-Faire 28
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- Lo cierto es que en dicha página lo que se establece es que los procesos propios de la evolución cultural , tanto como los del mercado , no obedecen , ni pueden obedecer por su carácter espontáneo arbitrarios criterios de " justicia " o de " bondad ," criterios que sólo cabrían , ya en una concepción animista , ya en un infantil antropomorfismo . El concepto hayekiano de justicia ha sido abundantemente expuesto tanto en Los fundamentos de la libertad ( 1960 ) como en Derecho , legislación y libertad , particularmente en el volumen II de la trilogía . El espejismo de la justicia social ( 1976 ). De dichas obras se deriva que la justicia para Hayek sólo es predicable de los actos humanos juzgados a la luz de la normas de recto comportamiento , normas que hacen exigibles y obligatorios ciertos actuares a todos aquellos que quieran vivir en sociedad . Que quede claro que el Premio Nobel en Economía estuvo siempre lejos de sustentar una noción económica ( menos economicista ) de la justicia , como tampoco hizo eco a la idea de que la justicia es " a cada quien lo suyo ." Más bien contribuyó a superar dicha noción constructi vista . 3 ) Refiriéndose a la diferencia que Hayek hace entre la moral tribal ( cerrada , inspirada en fines comunes y sentimientos ) y la moral societaria ( abierta , basada en normas generales e impersonales ), Argandoña afirma : " De ahí que en una sociedad extensa , esos instintos resulten no sólo innecesarios , sino nocivos e incluso inmorales ." Y en la nota al pie # 4 insiste , al afirmar : " Hayek sugiere que las actitudes 'inmorales' de los que emigran a las grandes ciudades son las propias del grupo reducido o aldea de donde proceden ," en supuesta referencia a la página 204 de La fatal arrogancia . Ahora bien en dicha página la palabra " inmoral " no aparece por ninguna parte . Y no aparece sencillamente porque Hayek jamás , puedo asegurarlo , utilizó tal palabra para referirse a la moral del pequeño grupo o mesnada nómada en comparación con la moral propia de la civilización . La expresión utilizada por el Premio Nobel en Economía fue ''antisociar por considerar que las formas de comportamiento inherentes a los pequeños grupos cerrados ponen en grave riesgo la vida propiamente social . Véase al efecto el vol . II de Derecho , legislación y libertad , titulado Normas y orden ; también el vol . III de la trilogía . El orden político de una sociedad libre , particularmente el Epílogo : " Las tres fuentes de la valoración humana ." En la misma La fatal arrogancia se recalca el carácter anti-social de la moral tribal así como el carácter anti-tribal de la moral societaria : " Si pretendiéramos aplicar las rígidas pautas de conducta propias del microcosmos ( es decir , del orden que caracteriza a la convivencia en la pequeña banda o mesnada , e incluso en la propia unidad familiar ) al macrocosmos ( es decir , al orden propio de la sociedad civilizada en toda su complejidad y extensión )— como tan reiteradamente nos recomiendan nuestras profundas tendencias pondríamos en peligro a ese segundo tipo de orden . Y si , a la inversa , pretendiéramos aplicar la normativa propia del orden extenso a esas agrupaciones más reducidas , acabaríamos con la misma cohesión que las aglutina " ( p . 50 , énfasis en el original ). Más adelante incluso emplea los términos antisocial ( p . 188 ) y amenaza para la civilización ( p . 190 ). Nunca , sin embargo , utiliza la expresión " inmoral ," por razones por demás palmarias : se trata de dos morales distintas ( la tribal y la social ) que operan en ámbitos distintos ( el grupo primario y las relaciones contractuales ) y que persiguen una bondad diferente ( la íntima cohesión y la cooperación entre extraños ), consecuentemente no podría afirmar que una es Laissez-Faire 29
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moral y la otra inmoral como lo afirma Argandoña . Ahora bien , este trabajo podría haber abarcado mucho más . Creo que Argandoña no entiende correctamente la teoría moral de Hayek , su epistemología , su concepto de evolución cultural , su concepto de razón , etc . Creo que se debe en parte , como ya lo he dejado establecido , por imponer a la lectura e interpretación de la obra hayekiana , sus propios prejuicios , exigiendo que diga lo que a él le hubiera gustado que dijera . Ciñendome , no obstante , al título de este trabajo , he de dejar periclitados los asuntos mencionados en el párrafo anterior , para progresar hacia las proposiciones que constituyen las conclusiones a que arriba el artículo de Argandoña : la cuestión de si Hayek es en realidad un enemigo tanto de la dignidad como de la libertad humanas . 2 . La cuestión de la dignidad del hombre . Argandoña acusa a Hayek de no poder sostener la dignidad del hombre dada su aceptación de que nos hemos hominizado y humanizado a través de procesos evolutivos , tanto biológicos como culturales . Al rechazar , en consecuencia , todo elemento espiritual y trascendente , afirma , Hayek ha rechazado cualquier puerta de acceso a la dignidad humana . Textualmente el artículo de Argandoña señala : "¿ Puede hablar Hayek de dignidad de la persona humanal No , porque ha negado cualquiera de los componentes posibles de esa dignidad , como la espiritualidad y la trascendencia " ( énfasis en el original ). Lo anterior implica dos cosas . Primera : no puede hablarse de dignidad de la persona humana sin mencionar la espiritualidad y referirse al hombre como una criatura capaz de trascender el tiempo y la finitud propia del mundo . Segunda : todo discurso de filosofía social o política debe fincarse en principios metafisicos . ¿ Pero es que no hay sitio para una ciencia y una filosofía ajenas a lo trascendente ? ¿ Debemos continuar atados metodológicamente a exigencias teológicas y metafísicas tiempo ha superadas en el ámbito de la ciencia ? Fue la revolución científica , por un lado , y el poderoso pensamiento de Kant , por otro , los acontecimientos que forjaron el forzoso camino que la ciencia ha de recorrer : el del ateísmo metodológico . Eso si no quiere la ciencia resultar dependiendo de un falaz principio de autoridad . Sin caer esclavizado por un positivismo a ultranza , Hayek se atreve a andar por ese solitario camino del rigor argumentativo , la demostración y el discurrir consistente , antes que recurrir a trascendentalismos . Trascendentalismos que , a juicio de Hayek , son sólo manifestación de una excesiva confianza en el poder de la razón humana , cuestión a la que , junto a Karl Popper , insistió en contraponer un racionalismo crítico . la Por otro lado , no debe olvidarse que preocupación hayekiana siempre giró en tomo a la vida del hombre en sociedad . En esa línea de pensamiento fueron sus temas principales la filosofia del derecho , la filosofía moral , la filosofia polífica y todos los asuntos afines . Su preocupación era sin duda , confesadamente mundana y honestamente inmanente . Eso , jamás fue un ateo militante ( al estilo de Marx ). Su racionalismo crítico no le permitía ni opinar a favor ni en contra de cuestiones trascendentes . Entonces , ¿ cómo puede pedírsele que base su teoría social en trascendentalismos ? ¿ Cómo puede decirse que es inca- Laissez-Faire 30
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