| F.A. Hayek: ¿enemigo de la dignidad y la libertad del hombre? | | | |
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Julio
César
De
León
Barbero
F
.
A
.
Hayek
¿
Enemigo
de
la
Dignidad
y
la
Libertad
del
Hombre
?
Consideraciones
iniciales
.
A
mediados
del
año
1998
los
estudiantes
de
primer
ingreso
de
la
Universidad
Francisco
Marroquín
—
Facultad
de
Ciencias
Económicas
—
en
un
curso
no
bajo
mi
responsabilidad
,
fueron
puestos
en
contacto
con
un
artículo
titulado
"
Orden
espontáneo
y
ética
:
La
moral
en
La
fatal
arrogancia
,
de
F
.
A
.
Hayek
,"
escrito
por
Antonio
Argandoña
.
Llegó
a
mis
manos
en
forma
de
fotocopia
y
sin
datos
editoriales
de
ninguna
especie
.
El
artículo
abre
con
la
promesa
de
"
contribuir
a
la
polémica
alrededor
de
un
tema
que
parece
central
en
el
pensamiento
de
Hayek
(...):
el
del
papel
de
la
ética
en
un
orden
extenso
,"
el
que
,
en
opinión
del
autor
del
artículo
,
"
está
mal
enfocado
."
Conforme
a
lo
anterior
el
lector
crítico
espera
encontrar
razones
por
las
cuales
Hayek
supuestamente
falla
en
demostrar
cuál
es
el
papel
que
las
normas
morales
juegan
en
el
contexto
de
un
orden
extenso
de
cooperación
.
Orden
cuya
función
se
limita
(
creo
que
no
debemos
olvidarlo
)
a
la
vida
social
y
a
la
cooperación
entre
los
hombres
aquí
y
ahora
.
Julio
César
De
León
Barbero
,
Doctor
en
Filosofía
por
la
Universidad
Rafael
Landívar
(
1996
),
es
actualmente
catedrático
en
la
Facultad
de
Ciencias
Económicas
,
Universidad
Francisco
Marroquín
.
No
obstante
,
mientras
los
párrafos
transcurren
sólo
es
posible
encontrar
reflexiones
del
autor
del
artículo
sobre
lo
escrito
por
Hayek
al
grado
que
la
conclusión
a
que
arriba
no
deja
de
ser
sorprendente
.
Luego
de
reconocer
que
algo
positivo
hay
en
el
pensar
hayekiano
,
termina
afirmando
:
''Pero
el
recurso
a
la
evolución
lleva
a
Hayek
a
un
grave
error
que
culmina
,
como
he
señalado
,
en
la
renuncia
a
la
dignidad
del
hombre
y
a
su
misma
libertad
.
'
"
Habiendo
prometido
un
análisis
del
papel
de
la
ética
en
la
vida
societaria
la
argumentación
concluye
descalificando
la
antropología
hayekiana
.
Antropología
que
,
dicho
sea
de
paso
,
es
descalificada
por
no
conformarse
a
la
sustentada
por
el
autor
del
artículo
.
En
consecuencia
,
la
sentencia
firme
consiste
en
declarar
a
Hayek
un
claro
enemigo
de
la
dignidad
del
hombre
y
de
su
libertad
.
El
entramado
argumentativo
de
Argandoña
,
como
puede
constatarse
,
cae
presa
de
dos
errores
:
1
)
Deriva
conclusiones
que
le
son
extrañas
,
que
no
se
desprenden
ni
de
la
premisa
inicial
ni
del
propósito
al
principio
enunciado
y
,
2
)
dichas
conclusiones
son
prejuzgadas
desde
las
convicciones
personales
del
autor'
del
artículo
para
quien
el
hombre
tiende
(
ha
de
tender
,
obligadamente
)
a
un
fin
qua
hombre
.
A
lo
anterior
debe
agregarse
que
las
citas
tomadas
de
La
fatal
arrogancia
e
Laissez-Faire
27
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire10_5.pdf&rsargs[]=1
instrumentalizadas
para
criticar
a
Hayek
son
utilizadas
con
premura
y
cierta
ligereza
,
al
grado
de
utilizarlas
totalmente
descontextualizadas
.
Refiero
aquí
únicamente
tres
ejemplos
:
1
)
Se
afirma
que
:
"
No
es
de
extrañar
,
pues
,
que
Hayek
considere
normal
—
¡
y
ético
!—
que
el
orden
extenso
haya
llevado
a
subestimar
ciertas
existencias
personales
(
infanticidio
,
abandono
de
ancianos
y
enfermos
,
eliminación
de
los
sujetos
peligrosos
,
etc
.)
para
incrementar
las
oportunidades
de
supervivencia
de
los
demás
"
(
en
referencia
a
La
fatal
arrogancia
,
p
.
206
).
Lo
anterior
no
deja
de
comunicar
que
en
La
fatal
arrogancia
vibra
sin
tapujos
la
mentalidad
que
inspiró
a
Stalin
y
a
Auschwitz
:
la
de
la
purga
y
el
exterminio
de
quienes
se
oponen
a
(
o
son
una
remora
para
)
el
buen
vivir
de
elegidos
seres
superiores
.
Por
lo
menos
deja
emparentada
a
La
fatal
arrogancia
con
la
mentalidad
que
inspiró
a
Thomas
Malthus
y
a
los
darwinistas
sociales
.
La
verdad
es
,
sin
embargo
,
que
quien
lee
la
página
206
de
La
fatal
arrogancia
y
su
contexto
,
se
percata
que
el
autor
no
justifica
(
ni
promueve
)
el
infanticidio
o
el
abandono
de
los
enfermos
.
Menos
aún
,
nunca
afirma
lo
que
sostiene
el
artículo
que
comentamos
:
"
que
no
todas
las
vidas
valen
lo
mismo
."
Todo
lo
contrario
.
Si
desde
siempre
en
la
experiencia
de
la
vida
en
común
ha
habido
quienes
viven
y
quienes
sucumben
,
es
de
reconocer
,
afirma
La
fatal
arrogancia
,
que
el
orden
extenso
de
cooperación
ha
permitido
el
crecimiento
demográfico
sin
que
ello
implique
garantía
de
vida
para
nadie
en
concreto
.
De
hecho
ha
habido
siempre
(
y
ciertamente
,
aunque
no
lo
deseemos
,
siempre
habrá
)
quienes
viven
y
quienes
mueren
.
Lo
único
que
ha
de
reconocerse
es
que
las
normas
de
recto
comportamiento
(
propias
del
orden
extenso
,
en
oposición
a
la
mera
costumt
>
re
de
los
grupos
nómadas
jefeados
centralmente
)
no
están
al
servicio
específico
de
específicos
intereses
.
Eso
sí
,
se
lee
:
"
Ahora
bien
,
aunque
,
por
esta
razón
,
en
un
orden
extenso
todas
las
vidas
desconocidas
deben
ser
valoradas
por
igual
—
y
en
nuestros
propios
ideales
nos
hemos
acercado
bastante
a
esta
finalidad
en
lo
que
respecta
a
la
acción
del
gobierno
—
,
regido
nunca
en
el
este
criterio
no
ha
pequeño
grupo
o
en
nuestras
innatas
respuestas
,
por
lo
que
cabe
plantearse
la
cuestión
de
la
moralidad
o
bondad
del
principio
"
{
La
fatal
arrogancia
,
p
.
207
).
Ni
qué
decir
tiene
que
La
fatal
arrogancia
abunda
aquí
y
allá
en
argumentos
a
favor
de
la
bondad
moral
de
considerar
todas
las
vidas
por
igual
.
De
hecho
uno
de
los
argumentos
a
favor
del
proceso
evolutivo-cultural
(
en
manera
alguna
el
único
)
es
que
sobrevivieron
aquellas
normas
morales
que
aseguraron
y
promovieron
el
crecimiento
poblacional
.
El
énfasis
del
libro
está
puesto
,
pues
,
no
en
la
matanza
,
desaparición
y
desprecio
por
la
vida
humana
,
sino
en
el
proceso
que
condujo
al
nacimiento
,
crianza
y
sobreviviene
ia
de
más
seres
humanos
logrado
al
someter
,
los
hombres
,
su
conducta
a
patrones
de
comportamiento
potencializadores
de
la
cooperación
y
la
división
del
trabajo
.
2
)
Otro
ejemplo
de
la
ufilización
de
ideas
fuera
de
contexto
es
el
siguiente
párrafo
de
Argandoña
:
"
Otro
tanto
ocurre
con
\
di
justicia
,
a
la
que
Hayek
identifica
siempre
con
un
cierto
criterio
de
distribución
de
la
renta
,
como
'el
nivel
de
ingresos
que
a
cada
sujeto
debe
corresponder'
,"
aludiendo
a
lo
supuestamente
contenido
en
la
página
126
de
La
fatal
arrogancia
.
Laissez-Faire
28
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire10_5.pdf&rsargs[]=2
-
—
—
Lo
cierto
es
que
en
dicha
página
lo
que
se
establece
es
que
los
procesos
propios
de
la
evolución
cultural
,
tanto
como
los
del
mercado
,
no
obedecen
,
ni
pueden
obedecer
—
por
su
carácter
espontáneo
arbitrarios
criterios
de
"
justicia
"
o
de
"
bondad
,"
criterios
que
sólo
cabrían
,
ya
en
una
concepción
animista
,
ya
en
un
infantil
antropomorfismo
.
El
concepto
hayekiano
de
justicia
ha
sido
abundantemente
expuesto
tanto
en
Los
fundamentos
de
la
libertad
(
1960
)
como
en
Derecho
,
legislación
y
libertad
,
particularmente
en
el
volumen
II
de
la
trilogía
.
El
espejismo
de
la
justicia
social
(
1976
).
De
dichas
obras
se
deriva
que
la
justicia
para
Hayek
sólo
es
predicable
de
los
actos
humanos
juzgados
a
la
luz
de
la
normas
de
recto
comportamiento
,
normas
que
hacen
exigibles
y
obligatorios
ciertos
actuares
a
todos
aquellos
que
quieran
vivir
en
sociedad
.
Que
quede
claro
que
el
Premio
Nobel
en
Economía
estuvo
siempre
lejos
de
sustentar
una
noción
económica
(
menos
economicista
)
de
la
justicia
,
como
tampoco
hizo
eco
a
la
idea
de
que
la
justicia
es
"
a
cada
quien
lo
suyo
."
Más
bien
contribuyó
a
superar
dicha
noción
constructi
vista
.
3
)
Refiriéndose
a
la
diferencia
que
Hayek
hace
entre
la
moral
tribal
(
cerrada
,
inspirada
en
fines
comunes
y
sentimientos
)
y
la
moral
societaria
(
abierta
,
basada
en
normas
generales
e
impersonales
),
Argandoña
afirma
:
"
De
ahí
que
en
una
sociedad
extensa
,
esos
instintos
resulten
no
sólo
innecesarios
,
sino
nocivos
e
incluso
inmorales
."
Y
en
la
nota
al
pie
#
4
insiste
,
al
afirmar
:
"
Hayek
sugiere
que
las
actitudes
'inmorales'
de
los
que
emigran
a
las
grandes
ciudades
son
las
propias
del
grupo
reducido
o
aldea
de
donde
proceden
,"
en
supuesta
referencia
a
la
página
204
de
La
fatal
arrogancia
.
Ahora
bien
en
dicha
página
la
palabra
"
inmoral
"
no
aparece
por
ninguna
parte
.
Y
no
aparece
sencillamente
porque
Hayek
jamás
,
puedo
asegurarlo
,
utilizó
tal
palabra
para
referirse
a
la
moral
del
pequeño
grupo
o
mesnada
nómada
en
comparación
con
la
moral
propia
de
la
civilización
.
La
expresión
utilizada
por
el
Premio
Nobel
en
Economía
fue
''antisociar
por
considerar
que
las
formas
de
comportamiento
inherentes
a
los
pequeños
grupos
cerrados
ponen
en
grave
riesgo
la
vida
propiamente
social
.
Véase
al
efecto
el
vol
.
II
de
Derecho
,
legislación
y
libertad
,
titulado
Normas
y
orden
;
también
el
vol
.
III
de
la
trilogía
.
El
orden
político
de
una
sociedad
libre
,
particularmente
el
Epílogo
:
"
Las
tres
fuentes
de
la
valoración
humana
."
En
la
misma
La
fatal
arrogancia
se
recalca
el
carácter
anti-social
de
la
moral
tribal
así
como
el
carácter
anti-tribal
de
la
moral
societaria
:
"
Si
pretendiéramos
aplicar
las
rígidas
pautas
de
conducta
propias
del
microcosmos
(
es
decir
,
del
orden
que
caracteriza
a
la
convivencia
en
la
pequeña
banda
o
mesnada
,
e
incluso
en
la
propia
unidad
familiar
)
al
macrocosmos
(
es
decir
,
al
orden
propio
de
la
sociedad
civilizada
en
toda
su
complejidad
y
extensión
)—
como
tan
reiteradamente
nos
recomiendan
nuestras
profundas
tendencias
pondríamos
en
peligro
a
ese
segundo
tipo
de
orden
.
Y
si
,
a
la
inversa
,
pretendiéramos
aplicar
la
normativa
propia
del
orden
extenso
a
esas
agrupaciones
más
reducidas
,
acabaríamos
con
la
misma
cohesión
que
las
aglutina
"
(
p
.
50
,
énfasis
en
el
original
).
Más
adelante
incluso
emplea
los
términos
antisocial
(
p
.
188
)
y
amenaza
para
la
civilización
(
p
.
190
).
Nunca
,
sin
embargo
,
utiliza
la
expresión
"
inmoral
,"
por
razones
por
demás
palmarias
:
se
trata
de
dos
morales
distintas
(
la
tribal
y
la
social
)
que
operan
en
ámbitos
distintos
(
el
grupo
primario
y
las
relaciones
contractuales
)
y
que
persiguen
una
bondad
diferente
(
la
íntima
cohesión
y
la
cooperación
entre
extraños
),
consecuentemente
no
podría
afirmar
que
una
es
Laissez-Faire
29
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moral
y
la
otra
inmoral
como
lo
afirma
Argandoña
.
Ahora
bien
,
este
trabajo
podría
haber
abarcado
mucho
más
.
Creo
que
Argandoña
no
entiende
correctamente
la
teoría
moral
de
Hayek
,
su
epistemología
,
su
concepto
de
evolución
cultural
,
su
concepto
de
razón
,
etc
.
Creo
que
se
debe
en
parte
,
como
ya
lo
he
dejado
establecido
,
por
imponer
a
la
lectura
e
interpretación
de
la
obra
hayekiana
,
sus
propios
prejuicios
,
exigiendo
que
diga
lo
que
a
él
le
hubiera
gustado
que
dijera
.
Ciñendome
,
no
obstante
,
al
título
de
este
trabajo
,
he
de
dejar
periclitados
los
asuntos
mencionados
en
el
párrafo
anterior
,
para
progresar
hacia
las
proposiciones
que
constituyen
las
conclusiones
a
que
arriba
el
artículo
de
Argandoña
:
la
cuestión
de
si
Hayek
es
en
realidad
un
enemigo
tanto
de
la
dignidad
como
de
la
libertad
humanas
.
2
.
La
cuestión
de
la
dignidad
del
hombre
.
Argandoña
acusa
a
Hayek
de
no
poder
sostener
la
dignidad
del
hombre
dada
su
aceptación
de
que
nos
hemos
hominizado
y
humanizado
a
través
de
procesos
evolutivos
,
tanto
biológicos
como
culturales
.
Al
rechazar
,
en
consecuencia
,
todo
elemento
espiritual
y
trascendente
,
afirma
,
Hayek
ha
rechazado
cualquier
puerta
de
acceso
a
la
dignidad
humana
.
Textualmente
el
artículo
de
Argandoña
señala
:
"¿
Puede
hablar
Hayek
de
dignidad
de
la
persona
humanal
No
,
porque
ha
negado
cualquiera
de
los
componentes
posibles
de
esa
dignidad
,
como
la
espiritualidad
y
la
trascendencia
"
(
énfasis
en
el
original
).
Lo
anterior
implica
dos
cosas
.
Primera
:
no
puede
hablarse
de
dignidad
de
la
persona
humana
sin
mencionar
la
espiritualidad
y
referirse
al
hombre
como
una
criatura
capaz
de
trascender
el
tiempo
y
la
finitud
propia
del
mundo
.
Segunda
:
todo
discurso
de
filosofía
social
o
política
debe
fincarse
en
principios
metafisicos
.
¿
Pero
es
que
no
hay
sitio
para
una
ciencia
y
una
filosofía
ajenas
a
lo
trascendente
?
¿
Debemos
continuar
atados
metodológicamente
a
exigencias
teológicas
y
metafísicas
tiempo
ha
superadas
en
el
ámbito
de
la
ciencia
?
Fue
la
revolución
científica
,
por
un
lado
,
y
el
poderoso
pensamiento
de
Kant
,
por
otro
,
los
acontecimientos
que
forjaron
el
forzoso
camino
que
la
ciencia
ha
de
recorrer
:
el
del
ateísmo
metodológico
.
Eso
si
no
quiere
la
ciencia
resultar
dependiendo
de
un
falaz
principio
de
autoridad
.
Sin
caer
esclavizado
por
un
positivismo
a
ultranza
,
Hayek
se
atreve
a
andar
por
ese
solitario
camino
del
rigor
argumentativo
,
la
demostración
y
el
discurrir
consistente
,
antes
que
recurrir
a
trascendentalismos
.
Trascendentalismos
que
,
a
juicio
de
Hayek
,
son
sólo
manifestación
de
una
excesiva
confianza
en
el
poder
de
la
razón
humana
,
cuestión
a
la
que
,
junto
a
Karl
Popper
,
insistió
en
contraponer
un
racionalismo
crítico
.
la
Por
otro
lado
,
no
debe
olvidarse
que
preocupación
hayekiana
siempre
giró
en
tomo
a
la
vida
del
hombre
en
sociedad
.
En
esa
línea
de
pensamiento
fueron
sus
temas
principales
la
filosofia
del
derecho
,
la
filosofía
moral
,
la
filosofia
polífica
y
todos
los
asuntos
afines
.
Su
preocupación
era
sin
duda
,
confesadamente
mundana
y
honestamente
inmanente
.
Eso
sí
,
jamás
fue
un
ateo
militante
(
al
estilo
de
Marx
).
Su
racionalismo
crítico
no
le
permitía
ni
opinar
a
favor
ni
en
contra
de
cuestiones
trascendentes
.
Entonces
,
¿
cómo
puede
pedírsele
que
base
su
teoría
social
en
trascendentalismos
?
¿
Cómo
puede
decirse
que
es
inca-
Laissez-Faire
30
|
|