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Semblanza y loa de Francisco Marroquín

CategoríaSemblanzaMarzo 1998

Francisco Pérez de Antón

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Francisco PérezdeAntón Semblanza y Loa de Francisco Marroquín Se dice que hay tres motivos que animan a un catedrático a dar una lección con placer : una audiencia numerosa , una ocasión especial , y un tema apasionante y atrayente . Algunos suelen agregar una cuarta , que es un buen sueldo , pero no siendo elegante mencionar asuntos pecuniarios en la cátedra , los tratadistas suelen callarla y citar únicamente las primeras . Y a decir verdad que hoy se dan aquí estas tres condiciones . En primer lugar , una apretada audiencia , integrada tanto por quienes inician sus estudios superiores en esta casa como por quienes han decidido seguir renovando su compromiso con el saber . En segundo , el que nuestra Universidad celebre su mayoria de edad , tras cumpHr veinte años de vida . Y en tercero , el que el tema elegido para la lección inaugural del curso 1992 sea el propio Francisco Marroquín , personaje hacia el que guardo una gran devoción . Permítanme , pues , y ante todo , decirles cuan honrado y complacido me siento por esta invitación tan especial , y porque las autoridades de la Universidad hayan hecho propicio el que audiencia , ocasión y asunto se dieran felizmente cita en esta fecha . Texto de la Lección Inaugural , dictada por el autor en la Universidad Francisco Marroquín , Enero 13 , 1992 . Me apresuro a decir , sin embargo , para alivio de todos ustedes , que mi lección no tiene como propósito instruir ni impartir una sesuda tesis de esas que suelen provocar la huida o el bostezo , sino contarles una historia y mover su ánimo y afecto hacia un hombre ejemplar , cuya grandeza de espíritu harían de él una de las figuras claves de la historia de Guatemala . Mis credenciales , así y todo , no son muchas . No soy historiador , sino un simple aficionado a la historia . Y los únicos argumentos que podría aducir para hablar con cierta autoridad de Francisco Marroquín son que los dos nos llamamos Francisco , que ambos nacimos en pueblos muy cercanos y que , durante 33 años él , y durante 29 yo , haríamos de este país nuestra segunda patria . Mas si éstos no son suficientes títulos , creo conocer en cambio el mecanismo por el cual un hombre se arraiga en una tierra ajena y la ama al punto de volverla suya . Y es justamente este factor el que me autoriza acercarme a Francisco Marroquín con la entrañable sensación de compartir con él esa travesía íntima y vital que le permitió hacer de Guatemala su natura , su ventura y su sepultura . Pero abramos ya las puertas de la historia y crucemos juntos el océano , a fin de observar a vista de pájaro el ambiente , el país y el tiempo en que va a venir al mundo un niño que , andando los años , llegará a ser primer obispo de América , Laissez-Faire 1
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fundador de Santiago de los Caballeros y primer procer de Guatemala . Un monarca , un imperio y una espada A fines del siglo XV , España era , en el contexto europeo , un país remoto y lejano que en su extremo más occidental tenía un cabo al que se daba el nombre de Finisterre , es decir , fin de la Tierra . Pocos años después , sin embargo , un cronista español escribía estas palat » ras : " Hemos pasado de estar en el fin del mundo a ser el centro del Universo . " No sólo era una expresión del tradicional orj^uUo español , sino también una realidad geográfica incuestionable . El mimdo se había duplicado de pronto , dando lugar a una conmoción política , científicia , económica , cultural y demográfica de colosales proporciones . La Península Ibérica se hallaba ahora casi a la mitad de camino entre Jerusalén y La Habana . Y una épica leyenda de conquistas , nuevas tierras , paraísos y febulosos tesoros , se difimde por el viejo continente . Apenas corrido el primer cuarto del siglo XVI , justo en los años en que Maquiavelo publica El Principe y Erasmo el Elo^o de la locura . Cortés lia conquistado ya el imperio azteca , Alvarado sometido el territorio de los mayas . Balboa descubierto el Pacífico y Juan Sebastián Elcano demostrado que la tierra no es plana , sino esférica . Influidos por los libros de caballerias , los conquistadores buscan la Fuente ; de la Eterna Juventud en la Florida , íU legendario Eldorado en la Amazonia , las Siete Ciudades de Cíbola en Nuevo México y la mítica reina Calafia en un lugar al que darán el nombre de California . En Europa , de otra parte , existían graves problemas . Lutero se ha rebela < lo contra el Papa y ha encendido la guerra religiosa . Y el joven rey de España , Carlos V , heiedero del Imperio de los Césares , busca la unión de la cristismdad en im conflicto bélico que se e : xtiende por Fi-ancia , Italia , Alemania 5^ los Países Bajos . Pero también por Oriente , el Imperio Romano y la fe catclica están lai p (; ligr <). L , os turcos han llegado a Budapest e inch so han puesto sitio a \ iena . Infieles y herejes , en suma , según la nomenclatura d <; aquel tiempo , amenazan destruir más di ! UE milenio de dominio cultural y político ( íjercido hasta entonces por los países de la cuenca del Medittaráneo . En lo social , las estructuras feudales híin empelado a derrumbarse . Y una nueva forma de poder , centrada en el monarca , y no dispersa entre los señoríos y la lobleza , se consolida en España . Cirios V derrota en 1521 a las rebeldes comuEÍdades castellanas y suprime sus aspiraciones de autonomía . En lo sucesivo , todo ei | xxler estará en manos del rey y sus ministrc'S Y un célebre soneto de la época , dídicado al Emperador , reflejaba ese afim ecimiémco y imificador en estos términos : Ya se acerca , señor , o es ya llegada la edad gloriosa que promete el cielo ... y anuncia al mundo para más consuelo , m monarca , un imperio y una espada . Eri poco más de 25 años , un país remoto y escasamente pobla < lo ( apenas 9 millones ; de habitantes , la población actual de : Gvatemala ), se ha convertido en la mición más poderosa de la Tierra . Sevilla es ahctri la capital de Europa y de las Indias Un flujo de deslumbrantes riquezas llíga a Europa a través del Océano . El españc » l de aquel siglo adquiere , inesperadamente , conciencia universal . Y la juventud de la península abandona alde^is Laissez-Faire 2
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y villorrios , con la espada y la cruz en la mano , en pos del oro y la gloria , cantando canciones semejantes a ésta : " Mi pueblo , natura , / España , mi ventura , / y el mundo , mi sepultura ". Un humanismo diferente Inmerso en este ambiente de aceleración histórica , crecerá un joven llamado Francisco Marroquín , nacido en el año de 1499 en la provincia de Santander , al norte de España , de femilia noble y solariega . Tras cursar la carrera eclesiástica y ordenarse sacerdote , Marroquín estudia en la Universidad de Huesca , donde se gradúa con el título de licenciado en Teología y Filosofía . Unos años más tarde , es nombrado catedrático de la Universidad de Osma , donde conoce a García Loaísa , obispo de dicha ciudad , confesor y consejero privado del Emperador y presidente del Consejo de Indias . Marroquín atrae pronto la atención del obispo , quien le llama para formar parte de su grupo de asesores y predicadores , entre los que se encuentra también el franciscano Juan de Zumárraga , hombre con quien Marroquín trabará pronto una amistad entrañable . Con apenas 27 años , pues , el joven letrado se encuentra en una posición excepcional para influir en los sucesos de su tiempo . Marroquín viajará en esos años a Burgos , Toledo , Madrid y Aranjuez , acompañando a Loaísa y Zumárraga en sus visitas al Emperador . E incluso estará presente en las capitulaciones o negociaciones que dos famosos conquistadores , Hernán Cortés y Pedro de Alvarado , mantienen en esas fechas con Carlos V . Todo parece indicar que el futuro del joven tendrá por escenario los vericuetos de la Corte . Pero sus valores y su vocación van por otro rumbo . Marroquüi , como Zumárraga y otros muchos humanistas de su tiempo , pertenece a un movimiento renovador que se fragua en la universidades españolas , donde ha surgido una idea extraña , un pensamiento insólito para su tiempo , que consiste en cuestionar el derecho de los conquistadores a hacer la guerra a los indios , así como el de someter o esclavizar a los pueblos conquistados . Todos los hombres , afirman los seguidores de esta corriente , son iguales ante Dios y ante la ley , y ninguna sociedad puede llamarse justa si no se basa en el libre ejercicio de la voluntad humana . Los humanistas de Salamanca , Valladohd o Alcalá de Henares , le han creado al Emperador un problema de conciencia . La injusticia prevalece en las Indias , aseguran . Y exigen para los naturales hbertad , igualdad y fraternidad , siglos antes de que lo hagan los revolucionarios franceses . Pero a diferencia del humanismo europeo , que se desarrolla en forma de reflexiones abstractas , el humanismo español deberá ser llevado a la práctica en un terreno plagado de espinas y sangre , el Nuevo Mundo , y en un hombre humillado y ofendido , el indio americano . El fin último de estos humanistas y teólogos es llevar a este hombre concreto la fe cristiana , la ley , la justicia y lo que entonces se conocía en España por " derecho de gentes ," un principio jurídico heredado del Derecho Romano , por el que se reconocía , a todos los hombres , iguales prerrogativas y atributos . Estas ideas , adquiridas durante su etapa universitaria , marcarán la vida y la obra de Francisco Marroquín . Todo movimiento intelectual , sin embargo , suele marchar por delante de la historia . Y del Laissez-Faire 3
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choque entre el uno y la otra , suelen surgir conflictos que , a su vez , engendran realidades no siempre acord (; s al ideal con que fueron concebidas . Y í ¡\ drama que muy pronto vivirá este jovíjn será el de llevar a la práctica unas ide . is humanistas y humanitarias en un mundo donde los hechos chocan con el derecho , la libertad con la esclavitud , la igiiíüdad con la injusticia , y la fraternidad con los rechazos . El fervor de un misionero En 1527 , Juan de Zumárraga , que ha sido destinado a México como miembro de la Audiencia , invita a Marroquín a viajar con él al Nuevo Mundo . Zumárraga , de 53 años , obispo más tarde ^ de México , fimdador de su Universida . d , así como de la primera imprenta del continente , pertenece a esta pléyade de humanistas a que he hecho referencia . Para él , el cristianismo no ha de estar escondido en los teólogos , ya que la fe " se muestra mejor en el bien vivir que en el buen argüir . " Y quiere a Marroquín a su lado en la tarea de impartir justicia en la Audiencia de la Nueva E ; si ) aña , nombre por el que se conocía entonces a México , porque ha visto en el joven esa inclinación a actuar más que a especular sobre el sexo de los ángeles o el número de ellos que caben en la cabeza de un alfiler . Para Marroquín , sin embargo , no es fócil salir de España , ni dejai su puesto de asesor del presidente del Consejo de Indias , la máxima autoridad ante el rey en la administración de los lerritorios de Ultramar . El futuro se le presenta cómodo y brillante . Nada se le ha perdido cti América . Sin embargo , Marroquín acepta el reto Y el motivo nos parece hoy transparente . Y es que en si ánimo del jcven líjtrado , la propagación de la fe es nrucho más importante que su carrera eclesiástica . Mas , para mejor entender su decisicn , ej ; preciso regresar por unos instantes a nuestro tiempo , tan pródigo en idealismos , y recordar , a título de ejemplo , el üiterníicionaüsmo de corte marxista . Sólo ayer , millones de jóvenes abrazaban esta cíLUsa ODU el fin de unir a los trabajadores d <; l mimdo y llevar a todos los rincones del planeti la revolución social . Pues bien , haciendo toda clase de salvedades y distingos , el fervor de los misioneros espíiñ l ( 2s del siglo XVI no difiere mayor cosa del de muchos jóvenes de nuestros días . Unir a todos los hombres de la tierra bajo e^ !) i }> no de la fe cristiaiui era un ideal apasionante y generoso que ¡ suavizaba im el misionero tener que renunciar a su mitura y su ventura para haoír del mundo si sep altura . J (; s son , a mi juicio , los motivos que inducen a Marroquín a abandonar España el año de 1527 y viajar con Zumárraga a MéxicD . La influencia del fi-anciscano sc'bre el joven habrá de ser siempre estrecha y decisiva , aunque no próxima , ya que , poco después de llegar a la capital de la Nueva Espafia , tiene lugar un hecho que aunbiará el destino de Marroquín . Píidro de Alvarado se encuentra tambirá er MéxiCO donde su vida se cruza con la del joven asistente de Zumárniga . Cómo aquel militar cruel , ambicioso y arrógame consigue persuadir a Marroquín psra q jc abandone la Audiencia mexicana y se vaiga como simple cura^ a la ciuckid de Santiago , en el valle de Almolonga , hoy Ciudad Vieja , es algo que no se explica sino poi " dos razones . Una , la atrayente personalidad , la facilidad de palabra y el Laissez-Faire 4
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