| Semblanza y loa de Francisco Marroquín | | | |
-
<< Back to editing
-
Previous version by
-
-
<< Older
-
Newer >>
-
Revert to this one
search results
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire08_1.pdf&rsargs[]=0
Francisco
PérezdeAntón
Semblanza
y
Loa
de
Francisco
Marroquín
Se
dice
que
hay
tres
motivos
que
animan
a
un
catedrático
a
dar
una
lección
con
placer
:
una
audiencia
numerosa
,
una
ocasión
especial
,
y
un
tema
apasionante
y
atrayente
.
Algunos
suelen
agregar
una
cuarta
,
que
es
un
buen
sueldo
,
pero
no
siendo
elegante
mencionar
asuntos
pecuniarios
en
la
cátedra
,
los
tratadistas
suelen
callarla
y
citar
únicamente
las
primeras
.
Y
a
decir
verdad
que
hoy
se
dan
aquí
estas
tres
condiciones
.
En
primer
lugar
,
una
apretada
audiencia
,
integrada
tanto
por
quienes
inician
sus
estudios
superiores
en
esta
casa
como
por
quienes
han
decidido
seguir
renovando
su
compromiso
con
el
saber
.
En
segundo
,
el
que
nuestra
Universidad
celebre
su
mayoria
de
edad
,
tras
cumpHr
veinte
años
de
vida
.
Y
en
tercero
,
el
que
el
tema
elegido
para
la
lección
inaugural
del
curso
1992
sea
el
propio
Francisco
Marroquín
,
personaje
hacia
el
que
guardo
una
gran
devoción
.
Permítanme
,
pues
,
y
ante
todo
,
decirles
cuan
honrado
y
complacido
me
siento
por
esta
invitación
tan
especial
,
y
porque
las
autoridades
de
la
Universidad
hayan
hecho
propicio
el
que
audiencia
,
ocasión
y
asunto
se
dieran
felizmente
cita
en
esta
fecha
.
Texto
de
la
Lección
Inaugural
,
dictada
por
el
autor
en
la
Universidad
Francisco
Marroquín
,
Enero
13
,
1992
.
Me
apresuro
a
decir
,
sin
embargo
,
para
alivio
de
todos
ustedes
,
que
mi
lección
no
tiene
como
propósito
instruir
ni
impartir
una
sesuda
tesis
de
esas
que
suelen
provocar
la
huida
o
el
bostezo
,
sino
contarles
una
historia
y
mover
su
ánimo
y
afecto
hacia
un
hombre
ejemplar
,
cuya
grandeza
de
espíritu
harían
de
él
una
de
las
figuras
claves
de
la
historia
de
Guatemala
.
Mis
credenciales
,
así
y
todo
,
no
son
muchas
.
No
soy
historiador
,
sino
un
simple
aficionado
a
la
historia
.
Y
los
únicos
argumentos
que
podría
aducir
para
hablar
con
cierta
autoridad
de
Francisco
Marroquín
son
que
los
dos
nos
llamamos
Francisco
,
que
ambos
nacimos
en
pueblos
muy
cercanos
y
que
,
durante
33
años
él
,
y
durante
29
yo
,
haríamos
de
este
país
nuestra
segunda
patria
.
Mas
si
éstos
no
son
suficientes
títulos
,
sí
creo
conocer
en
cambio
el
mecanismo
por
el
cual
un
hombre
se
arraiga
en
una
tierra
ajena
y
la
ama
al
punto
de
volverla
suya
.
Y
es
justamente
este
factor
el
que
me
autoriza
acercarme
a
Francisco
Marroquín
con
la
entrañable
sensación
de
compartir
con
él
esa
travesía
íntima
y
vital
que
le
permitió
hacer
de
Guatemala
su
natura
,
su
ventura
y
su
sepultura
.
Pero
abramos
ya
las
puertas
de
la
historia
y
crucemos
juntos
el
océano
,
a
fin
de
observar
a
vista
de
pájaro
el
ambiente
,
el
país
y
el
tiempo
en
que
va
a
venir
al
mundo
un
niño
que
,
andando
los
años
,
llegará
a
ser
primer
obispo
de
América
,
Laissez-Faire
1
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire08_1.pdf&rsargs[]=1
fundador
de
Santiago
de
los
Caballeros
y
primer
procer
de
Guatemala
.
Un
monarca
,
un
imperio
y
una
espada
A
fines
del
siglo
XV
,
España
era
,
en
el
contexto
europeo
,
un
país
remoto
y
lejano
que
en
su
extremo
más
occidental
tenía
un
cabo
al
que
se
daba
el
nombre
de
Finisterre
,
es
decir
,
fin
de
la
Tierra
.
Pocos
años
después
,
sin
embargo
,
un
cronista
español
escribía
estas
palat
»
ras
:
"
Hemos
pasado
de
estar
en
el
fin
del
mundo
a
ser
el
centro
del
Universo
.
"
No
sólo
era
una
expresión
del
tradicional
orj^uUo
español
,
sino
también
una
realidad
geográfica
incuestionable
.
El
mimdo
se
había
duplicado
de
pronto
,
dando
lugar
a
una
conmoción
política
,
científicia
,
económica
,
cultural
y
demográfica
de
colosales
proporciones
.
La
Península
Ibérica
se
hallaba
ahora
casi
a
la
mitad
de
camino
entre
Jerusalén
y
La
Habana
.
Y
una
épica
leyenda
de
conquistas
,
nuevas
tierras
,
paraísos
y
febulosos
tesoros
,
se
difimde
por
el
viejo
continente
.
Apenas
corrido
el
primer
cuarto
del
siglo
XVI
,
justo
en
los
años
en
que
Maquiavelo
publica
El
Principe
y
Erasmo
el
Elo^o
de
la
locura
.
Cortés
lia
conquistado
ya
el
imperio
azteca
,
Alvarado
sometido
el
territorio
de
los
mayas
.
Balboa
descubierto
el
Pacífico
y
Juan
Sebastián
Elcano
demostrado
que
la
tierra
no
es
plana
,
sino
esférica
.
Influidos
por
los
libros
de
caballerias
,
los
conquistadores
buscan
la
Fuente
;
de
la
Eterna
Juventud
en
la
Florida
,
íU
legendario
Eldorado
en
la
Amazonia
,
las
Siete
Ciudades
de
Cíbola
en
Nuevo
México
y
la
mítica
reina
Calafia
en
un
lugar
al
que
darán
el
nombre
de
California
.
En
Europa
,
de
otra
parte
,
existían
graves
problemas
.
Lutero
se
ha
rebela
<
lo
contra
el
Papa
y
ha
encendido
la
guerra
religiosa
.
Y
el
joven
rey
de
España
,
Carlos
V
,
heiedero
del
Imperio
de
los
Césares
,
busca
la
unión
de
la
cristismdad
en
im
conflicto
bélico
que
se
e
:
xtiende
por
Fi-ancia
,
Italia
,
Alemania
5^
los
Países
Bajos
.
Pero
también
por
Oriente
,
el
Imperio
Romano
y
la
fe
catclica
están
lai
p
(;
ligr
<).
L
,
os
turcos
han
llegado
a
Budapest
e
inch
so
han
puesto
sitio
a
\
iena
.
Infieles
y
herejes
,
en
suma
,
según
la
nomenclatura
d
<;
aquel
tiempo
,
amenazan
destruir
más
di
!
UE
milenio
de
dominio
cultural
y
político
(
íjercido
hasta
entonces
por
los
países
de
la
cuenca
del
Medittaráneo
.
En
lo
social
,
las
estructuras
feudales
híin
empelado
a
derrumbarse
.
Y
una
nueva
forma
de
poder
,
centrada
en
el
monarca
,
y
no
dispersa
entre
los
señoríos
y
la
lobleza
,
se
consolida
en
España
.
Cirios
V
derrota
en
1521
a
las
rebeldes
comuEÍdades
castellanas
y
suprime
sus
aspiraciones
de
autonomía
.
En
lo
sucesivo
,
todo
ei
|
xxler
estará
en
manos
del
rey
y
sus
ministrc'S
Y
un
célebre
soneto
de
la
época
,
dídicado
al
Emperador
,
reflejaba
ese
afim
ecimiémco
y
imificador
en
estos
términos
:
Ya
se
acerca
,
señor
,
o
es
ya
llegada
la
edad
gloriosa
que
promete
el
cielo
...
y
anuncia
al
mundo
para
más
consuelo
,
m
monarca
,
un
imperio
y
una
espada
.
Eri
poco
más
de
25
años
,
un
país
remoto
y
escasamente
pobla
<
lo
(
apenas
9
millones
;
de
habitantes
,
la
población
actual
de
:
Gvatemala
),
se
ha
convertido
en
la
mición
más
poderosa
de
la
Tierra
.
Sevilla
es
ahctri
la
capital
de
Europa
y
de
las
Indias
Un
flujo
de
deslumbrantes
riquezas
llíga
a
Europa
a
través
del
Océano
.
El
españc
»
l
de
aquel
siglo
adquiere
,
inesperadamente
,
conciencia
universal
.
Y
la
juventud
de
la
península
abandona
alde^is
Laissez-Faire
2
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire08_1.pdf&rsargs[]=2
y
villorrios
,
con
la
espada
y
la
cruz
en
la
mano
,
en
pos
del
oro
y
la
gloria
,
cantando
canciones
semejantes
a
ésta
:
"
Mi
pueblo
,
mí
natura
,
/
España
,
mi
ventura
,
/
y
el
mundo
,
mi
sepultura
".
Un
humanismo
diferente
Inmerso
en
este
ambiente
de
aceleración
histórica
,
crecerá
un
joven
llamado
Francisco
Marroquín
,
nacido
en
el
año
de
1499
en
la
provincia
de
Santander
,
al
norte
de
España
,
de
femilia
noble
y
solariega
.
Tras
cursar
la
carrera
eclesiástica
y
ordenarse
sacerdote
,
Marroquín
estudia
en
la
Universidad
de
Huesca
,
donde
se
gradúa
con
el
título
de
licenciado
en
Teología
y
Filosofía
.
Unos
años
más
tarde
,
es
nombrado
catedrático
de
la
Universidad
de
Osma
,
donde
conoce
a
García
Loaísa
,
obispo
de
dicha
ciudad
,
confesor
y
consejero
privado
del
Emperador
y
presidente
del
Consejo
de
Indias
.
Marroquín
atrae
pronto
la
atención
del
obispo
,
quien
le
llama
para
formar
parte
de
su
grupo
de
asesores
y
predicadores
,
entre
los
que
se
encuentra
también
el
franciscano
Juan
de
Zumárraga
,
hombre
con
quien
Marroquín
trabará
pronto
una
amistad
entrañable
.
Con
apenas
27
años
,
pues
,
el
joven
letrado
se
encuentra
en
una
posición
excepcional
para
influir
en
los
sucesos
de
su
tiempo
.
Marroquín
viajará
en
esos
años
a
Burgos
,
Toledo
,
Madrid
y
Aranjuez
,
acompañando
a
Loaísa
y
Zumárraga
en
sus
visitas
al
Emperador
.
E
incluso
estará
presente
en
las
capitulaciones
o
negociaciones
que
dos
famosos
conquistadores
,
Hernán
Cortés
y
Pedro
de
Alvarado
,
mantienen
en
esas
fechas
con
Carlos
V
.
Todo
parece
indicar
que
el
futuro
del
joven
tendrá
por
escenario
los
vericuetos
de
la
Corte
.
Pero
sus
valores
y
su
vocación
van
por
otro
rumbo
.
Marroquüi
,
como
Zumárraga
y
otros
muchos
humanistas
de
su
tiempo
,
pertenece
a
un
movimiento
renovador
que
se
fragua
en
la
universidades
españolas
,
donde
ha
surgido
una
idea
extraña
,
un
pensamiento
insólito
para
su
tiempo
,
que
consiste
en
cuestionar
el
derecho
de
los
conquistadores
a
hacer
la
guerra
a
los
indios
,
así
como
el
de
someter
o
esclavizar
a
los
pueblos
conquistados
.
Todos
los
hombres
,
afirman
los
seguidores
de
esta
corriente
,
son
iguales
ante
Dios
y
ante
la
ley
,
y
ninguna
sociedad
puede
llamarse
justa
si
no
se
basa
en
el
libre
ejercicio
de
la
voluntad
humana
.
Los
humanistas
de
Salamanca
,
Valladohd
o
Alcalá
de
Henares
,
le
han
creado
al
Emperador
un
problema
de
conciencia
.
La
injusticia
prevalece
en
las
Indias
,
aseguran
.
Y
exigen
para
los
naturales
hbertad
,
igualdad
y
fraternidad
,
siglos
antes
de
que
lo
hagan
los
revolucionarios
franceses
.
Pero
a
diferencia
del
humanismo
europeo
,
que
se
desarrolla
en
forma
de
reflexiones
abstractas
,
el
humanismo
español
deberá
ser
llevado
a
la
práctica
en
un
terreno
plagado
de
espinas
y
sangre
,
el
Nuevo
Mundo
,
y
en
un
hombre
humillado
y
ofendido
,
el
indio
americano
.
El
fin
último
de
estos
humanistas
y
teólogos
es
llevar
a
este
hombre
concreto
la
fe
cristiana
,
la
ley
,
la
justicia
y
lo
que
entonces
se
conocía
en
España
por
"
derecho
de
gentes
,"
un
principio
jurídico
heredado
del
Derecho
Romano
,
por
el
que
se
reconocía
,
a
todos
los
hombres
,
iguales
prerrogativas
y
atributos
.
Estas
ideas
,
adquiridas
durante
su
etapa
universitaria
,
marcarán
la
vida
y
la
obra
de
Francisco
Marroquín
.
Todo
movimiento
intelectual
,
sin
embargo
,
suele
marchar
por
delante
de
la
historia
.
Y
del
Laissez-Faire
3
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=laissezfaire08_1.pdf&rsargs[]=3
choque
entre
el
uno
y
la
otra
,
suelen
surgir
conflictos
que
,
a
su
vez
,
engendran
realidades
no
siempre
acord
(;
s
al
ideal
con
que
fueron
concebidas
.
Y
í
¡\
drama
que
muy
pronto
vivirá
este
jovíjn
será
el
de
llevar
a
la
práctica
unas
ide
.
is
humanistas
y
humanitarias
en
un
mundo
donde
los
hechos
chocan
con
el
derecho
,
la
libertad
con
la
esclavitud
,
la
igiiíüdad
con
la
injusticia
,
y
la
fraternidad
con
los
rechazos
.
El
fervor
de
un
misionero
En
1527
,
Juan
de
Zumárraga
,
que
ha
sido
destinado
a
México
como
miembro
de
la
Audiencia
,
invita
a
Marroquín
a
viajar
con
él
al
Nuevo
Mundo
.
Zumárraga
,
de
53
años
,
obispo
más
tarde
^
de
México
,
fimdador
de
su
Universida
.
d
,
así
como
de
la
primera
imprenta
del
continente
,
pertenece
a
esta
pléyade
de
humanistas
a
que
he
hecho
referencia
.
Para
él
,
el
cristianismo
no
ha
de
estar
escondido
en
los
teólogos
,
ya
que
la
fe
"
se
muestra
mejor
en
el
bien
vivir
que
en
el
buen
argüir
.
"
Y
quiere
a
Marroquín
a
su
lado
en
la
tarea
de
impartir
justicia
en
la
Audiencia
de
la
Nueva
E
;
si
)
aña
,
nombre
por
el
que
se
conocía
entonces
a
México
,
porque
ha
visto
en
el
joven
esa
inclinación
a
actuar
más
que
a
especular
sobre
el
sexo
de
los
ángeles
o
el
número
de
ellos
que
caben
en
la
cabeza
de
un
alfiler
.
Para
Marroquín
,
sin
embargo
,
no
es
fócil
salir
de
España
,
ni
dejai
su
puesto
de
asesor
del
presidente
del
Consejo
de
Indias
,
la
máxima
autoridad
ante
el
rey
en
la
administración
de
los
lerritorios
de
Ultramar
.
El
futuro
se
le
presenta
cómodo
y
brillante
.
Nada
se
le
ha
perdido
cti
América
.
Sin
embargo
,
Marroquín
acepta
el
reto
Y
el
motivo
nos
parece
hoy
transparente
.
Y
es
que
en
si
ánimo
del
jcven
líjtrado
,
la
propagación
de
la
fe
es
nrucho
más
importante
que
su
carrera
eclesiástica
.
Mas
,
para
mejor
entender
su
decisicn
,
ej
;
preciso
regresar
por
unos
instantes
a
nuestro
tiempo
,
tan
pródigo
en
idealismos
,
y
recordar
,
a
título
de
ejemplo
,
el
üiterníicionaüsmo
de
corte
marxista
.
Sólo
ayer
,
millones
de
jóvenes
abrazaban
esta
cíLUsa
ODU
el
fin
de
unir
a
los
trabajadores
d
<;
l
mimdo
y
llevar
a
todos
los
rincones
del
planeti
la
revolución
social
.
Pues
bien
,
haciendo
toda
clase
de
salvedades
y
distingos
,
el
fervor
de
los
misioneros
espíiñ
(»
l
(
2s
del
siglo
XVI
no
difiere
mayor
cosa
del
de
muchos
jóvenes
de
nuestros
días
.
Unir
a
todos
los
hombres
de
la
tierra
bajo
e^
!)
i
}>
no
de
la
fe
cristiaiui
era
un
ideal
apasionante
y
generoso
que
¡
suavizaba
im
el
misionero
tener
que
renunciar
a
su
mitura
y
su
ventura
para
haoír
del
mundo
si
sep
altura
.
Tí
J
(;
s
son
,
a
mi
juicio
,
los
motivos
que
inducen
a
Marroquín
a
abandonar
España
el
año
de
1527
y
viajar
con
Zumárraga
a
MéxicD
.
La
influencia
del
fi-anciscano
sc'bre
el
joven
habrá
de
ser
siempre
estrecha
y
decisiva
,
aunque
no
próxima
,
ya
que
,
poco
después
de
llegar
a
la
capital
de
la
Nueva
Espafia
,
tiene
lugar
un
hecho
que
aunbiará
el
destino
de
Marroquín
.
Píidro
de
Alvarado
se
encuentra
tambirá
er
MéxiCO
donde
su
vida
se
cruza
con
la
del
joven
asistente
de
Zumárniga
.
Cómo
aquel
militar
cruel
,
ambicioso
y
arrógame
consigue
persuadir
a
Marroquín
psra
q
jc
abandone
la
Audiencia
mexicana
y
se
vaiga
como
simple
cura^
a
la
ciuckid
de
Santiago
,
en
el
valle
de
Almolonga
,
hoy
Ciudad
Vieja
,
es
algo
que
no
se
explica
sino
poi
"
dos
razones
.
Una
,
la
atrayente
personalidad
,
la
facilidad
de
palabra
y
el
Laissez-Faire
4
|
|