Correo+ Compartir

Octubre  2023

Adam Smith y la utopía platónica

CategoríaOctubre 2023Filosofía

Marco Antonio Del Río R.

PDF Compartir Correo
  • << Back to editing
  • Previous version by
  • << Older
  • Newer >>
  • Revert to this one
  • Edit
  • Fullscreen
  • History
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  • Zoom:
     
     
  •  
  •  
  •  
  • Line spacing:
     
     
  • Word spacing:
     
     
  • Search: Find Close
 
search results
 
 
 
 
 
 
595.32
842.04
1
0
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-60.6 Del Rio.pdf&rsargs[]=0
__________________________________________________________________ Marco Antonio Del Río R . .. Adam Smith y la utopía platónica Corrían tiempos tumultuosos . Las ciudades griegas , celosas de su independencia , se habían desangrado en luchas feroces . Eran los últimos años del siglo V y los primeros del siglo IV a . C ., y debemos a la pluma de Tucídides nuestro conocimiento de la guerra del Peloponeso . 1 Un hombre sabio , adiestrado en el ejercicio del pensamiento , un filósofo llamado Aristocles , más conocido por su apodo Platón , trató de imaginar la organización ideal para la sociedad . Para los griegos , las cualidades nobles estaban unidas en una suerte de poliedro ; así , creían que existía como una equivalencia entre lo bueno , lo bello y la verdad . Por ello , si Platón lograba desentrañar el secreto de la verdad para una sociedad , esta habría de ser mejor , más justa , más noble , más buena , y en consecuencia , incluso más bella . Para él lo fundamental era que el Estado fuera justo . Y la justicia , creía Platón , desterraría la inestabilidad de la historia de las sociedades . Platón imaginó que esa sociedad perfecta , con un Estado que sería el imperio de justicia , sería una sociedad perfectamente estratificada en tres clases . En la cúspide se ubicaban los hombres sabios quienes ejercerían el gobierno ; luego es- 1 Ver Tucídides ( 1975 ) y , para una visión moderna de la historia de Grecia , Bengtson ( 1965 ). taría la clase de los hombres de armas , quienes en el ejercicio de su valentía tendrían como cometido la defensa de la sociedad frente a sus enemigos . Finalmente , en la base de la pirámide social , estaría la multitud de los productores , que se ocuparían de proveer los bienes con los cuales los miembros de la sociedad podrían satisfacer sus necesidades materiales , pero sin excesos de lujo y extravagancia . Para Platón , los dos primeros grupos eran los guardianes ”, y la razón de su existencia , señala el filósofo , es servir a la Sociedad y el Estado . En este sentido , Platón bosqueja una utopía : la sociedad que es gobernada por los hombres sabios . La aspiración parece noble : los sabios aseguran el imperio de la justicia y de la ética en el secularmente corrupto mundo de la política . Es conocido , e irresistible de transcribir , el texto de Platón , en La República ( libro V ), donde dice , en boca de Sócrates : A menos que los filósofos reinen en las ciudades , o cuantos ahora se llaman reyes y dinastías practiquen noble y adecuadamente la filosofía , coincidan una y otra , la filosofía y el poder político no hay , amigo Glaucón , tregua para los males de las ciudades , ni tampoco , según creo , para los del género humano ( 2009 , p . 200 ). Publicado originalmente en Laissez-Faire , No . 46 ( Marzo 2017 ): 37-41 . Laissez-Faire , No . 60 ( Octubre 2023 ): 49-53
GLIFOS-digital_archive
595.32
842.04
2
0
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-60.6 Del Rio.pdf&rsargs[]=1
__________________________________________________________________ La idea de que los sabios deben gobernar la sociedad Platón la lleva a extremos y la plantea en términos que hoy parecerían inaceptables a la mentalidad moderna . En efecto , en otro diálogo , El Político ”, Platón propone que el arte de gobernar a los hombres es una rama especial del arte de domesticar a las bestias , de tal forma que la ciencia política vendría a ser una rama de la zootecnia . Platón se pregunta , en boca del Extranjero : ¿ No es la política una de las artes de educar a los rebaños que en masas se han presentado a nuestro pensamiento ? ¿ No es el arte de ocuparse de cierto tipo de rebaños ? ... Por esto la hemos definido [ la política ] diciendo que es el arte de educar colectivamente , no caballos ni otros animales , sino hombres ( 1979 , p . 308 ). Al leerlos con los ojos de la modernidad , Karl Popper quedó escandalizado de estos argumentos , y de estas ideas , en La sociedad abierta y sus enemigos . ¿ Ideal trasnochado que los hombres del presente han superado como se ha dejado las espadas para hacer la guerra , o las carretas para desplazarse de un lugar a otro ? De ninguna manera . La utopía platónica de una sociedad gobernada por sabios sigue presente , vigente , en el imaginario colectivo . Solo que el lenguaje se ha actualizado , y hoy , aunque nadie habla del gobierno de los sabios , muchas personas expresan su confianza , y aspiración , por un gobierno de los técnicos , el ideal de la tecnocracia , el gobierno de los que han estudiado y que con sus credenciales académicas , se cree , están mejor capacitados para identificar las raíces profundas de los problemas sociales y para proponer las soluciones más idóneas , no sólo eficientes sino justas . La antigua utopía platónica se expresa hoy en la inocente creencia que la falta de educación es raíz de muchos , tal vez todos , los problemas de la sociedad . Hay quien cree incluso que los crímenes , tanto los patrimoniales como los pasionales , se explican por la falta de educación ”. Sin duda , la palabra educación puede ser ambigua . Nuestros abuelos decían que una persona educada era aquella que era cortés en el trato con sus semejantes , aquella que no olvidaba el uso permanente de la amabilidad , la cortesía , esas pautas de conducta burguesas pero que hacían agradable la convivencia , y que muchos hoy echamos en falta , pues su uso se ha ido olvidando en las sociedades modernas . Otros eran los ilustrados , los letrados , los que sabían mucho porque habían leído o viajado más que el común de los mortales . Por otra parte , hay quienes hacen de la educación sinónimo de años de escolaridad formal , y con inocencia o candidez , creen que una mayor escolaridad , o una instrucción más prolongada , supone necesariamente un alza en las cualidades morales del sujeto . Visión equívoca , pues puede haber gente con décadas de escolaridad pero con dudosas conductas morales , de las misma forma que pueden haber analfabetos con una moral ejemplar . El conocimiento , hoy pensamos , poco tiene que ver con los nobles sentimientos o sólidas convicciones morales . Las instituciones educativas promueven de forma descarada estos ideales . Es comprensible , se justifican socialmente con tales creencias y quienes trabajan en ellas ganan sus ingresos con su expansión y auge . O sea , son parte interesada en el asunto , y la sociedad debería escuchar con sana desconfianza sus apologías del poder liberador del conocimiento . Quien hace de la educación sinónimo de instrucción , y encima postula la necesidad de aumentar la escolaridad de la __________________________________________________________________ 50
GLIFOS-digital_archive
595.32
842.04
3
0
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-60.6 Del Rio.pdf&rsargs[]=2
__________________________________________________________________ gente , en la premisa que la escuela o la universidad los hará , por un lado mejores personas , y por otro , los capacitará mejor para el gobierno de los hombres , resucita la utopía platónica de la sociedad gobernada por el monopolio de los educados ”. Que la utopía platónica es sólo eso , e incluso un mal ideal para apostar por él , se puede considerar desde dos aspectos . Primero , el ideal de sabiduría o conocimiento que Platón tenía en su tiempo es radicalmente distinto de lo que tenemos en el mundo moderno . Platón concebía el conocimiento como un saber totalizador que suponía una profunda comprensión de la realidad . La Verdad era la sabiduría que liberaba las fuerzas humanas por el uso de la razón . Pero la realidad , la verdadera realidad , según Platón , no es el conjunto de percepciones que llegan a nuestra mente en virtud de los sentidos ; el mundo en que vivimos , al ser contingente y sujeto a la corrupción , la enfermedad y la muerte , no es la verdadera realidad , y este mundo , en consecuencia , no es la realidad a la que aspira la razón . La realidad , la verdadera , creía Platón , era el mundo de las ideas . Nuestras ideas sobre la verdad y el conocimiento son hoy dramáticamente distintas . La realidad a cuyo conocimiento aspiran las ciencias modernas es este mundo contingente . El mundo de las ideas platónicas no es hoy , para nosotros , más que un conjunto de constructos que están en nuestra cabeza , y cuya validez depende de su utilidad para percibir e interpretar la realidad material . El hombre de ciencia moderno no aspira a una liberación espiritual por el ejercicio de la razón , como ocurría con Platón . Simplemente busca comprender cómo funciona el mundo material y , aspecto fundamental , es consciente de las limitaciones tanto de la razón humana como de la fiabilidad de los sentidos con plena lucidez en cuanto a la provisionalidad del conocimiento humano . Además , hoy con el desarrollo de la ciencia moderna , el universo del conocimiento se ha expandido a dimensiones que Platón jamás hubiera imaginado , pero simultáneamente la especialización del conocimiento hace que cada hombre de ciencia sepa mucho de una fracción , de una parcela , del saber total , pero sea al mismo tiempo un ilustre ignorante del resto . El ilustre jurista será un absoluto neófito en cuestiones matemáticas , mientras que la autoridad en entomología será un absoluto ignorante en cuestiones de astronomía . O sea , nunca como antes la humanidad tuvo tanto conocimiento sobre la naturaleza , la sociedad o el hombre , pero cada hombre de ciencia nunca fue tan ignorante con respecto a las disciplinas que no son de su área de competencia . Mal pues puede creerse que la sociedad puede ser gobernada con justicia por estos hombres sabios e ignorantes en forma simultánea . Pero , en segundo lugar , en mi entender , fue Adam Smith quien formuló la más demoledora crítica a la utopía platónica . Se trata de un breve pasaje de la Riqueza de las naciones , en la segunda parte del Libro V , De los gastos de justicia ”, sección en la cual Smith proporciona los argumentos de por qué el Estado debe hacerse responsable de la administración de justicia . En primer lugar , Smith , siguiendo a John Locke , se declara partidario de la concepción por la cual el Estado existe para proteger la propiedad privada . En efecto , luego de señalar de que allí donde existen grandes patrimonios , hay también una gran desigualdad ”, concluye : En consecuencia , la adquisición de __________________________________________________________________ 51
GLIFOS-digital_archive
595.32
842.04
4
0
/index.php?action=ajax&rs=GDMgetPage&rsargs[]=LF-60.6 Del Rio.pdf&rsargs[]=3
__________________________________________________________________ grandes y valiosas propiedades exige necesariamente el establecimiento de un gobierno civil ( 1776 , p . 629 ). Para Smith , la avaricia y ambición de los ricos , por un lado , y el odio al trabajo , el amor a los placeres presentes y la envidia en los pobres , que los impulsa al despojo de los primeros , hacen necesaria la mano del magistrado civil , que deberá castigar sin titubeos los delitos contra la propiedad , para asegurar el buen sueño de los ricos . Pero la existencia del Estado exige la subordinación tanto de ricos como de pobres a tal poder . Por lo tanto , Smith pasa a reflexionar sobre cómo las sociedades eligen a los hombres que habrán de gobernarlas , o cómo se legitiman las jerarquías . El ejercicio del poder supone la subordinación de los gobernados . Para que un gobierno tenga legitimidad , los gobernados deben aceptar su subordinación a quienes detentan el poder . Esto implica que quienes aspiren a tener la superioridad que otorga el mando deben tener algunas cualidades que los demás reconozcan como válidas y valiosas para ejercer el mando : la obediencia ( y en ciertos casos , la lealtad ) exige ciertas cualidades por parte de los aspirantes a gobernantes . Se constata que la utopía platónica se ubica en la primera posibilidad . Sin embargo , Smith cuestiona la posibilidad de que las sociedades elijan a sus gobernantes sobre la base de las cualidades personales . La fuerza física no parece suficiente credencial para ejercer el mando , pues será incapaz de doblegar la oposición de un puñado de hombres , aunque fueran físicamente débiles ; además que la legitimidad que confiere la fuerza carece de autoridad , dice Smith , si no está acompañada de otras virtudes del alma ”. Luego , ¿ se debe entender que las cualidades personales como la prudencia , la sabiduría , la virtud , la justicia , etc ., serán aval necesario y suficiente para otorgar autoridad y ganar la subordinación del prójimo ? El problema , señala Smith , es que se trata de cualidades no visibles , no evidentes , y por ello siempre serán objeto de controversia e impugnación . ¿ Cómo determinar el grado de virtud de un hombre ? ¿ Cómo medir su grado de sabiduría , o cuantificar su prudencia ? ¿ Cómo , y en virtud de qué mecanismo o criterio , se puede establecer que A es más sabio , o más prudente , o más virtuoso que B ? Así , Smith pone el dedo en la llaga , por hacer uso de una metáfora popular . Las cualidades más valiosas para ganar la subordinación de las personas , son las más relativas desde el punto de vista de su verificación . Por ello , Smith concluye : Smith identifica cuatro posibilidades : ( 1 ) la superioridad de las cualidades personales , como son la fuerza , la belleza y la agilidad corporal ; la sabiduría , la virtud , la prudencia y la justicia , la fortaleza y la moderación en los juicios ”; ( 2 ) la superioridad que confiere la edad ”; ( 3 ) la superioridad de la fortuna ”; y ( 4 ) la superioridad del nacimiento ( 1776 , pp . 629-32 ). Ahora bien , no existe sociedad , bárbara o civilizada , que haya considerado conveniente jamás establecer las normas de precedencia , rango o subordinación de acuerdo con estas cualidades invisibles , sino más bien con arreglo a algo que es más evidente y tangible ( 1776 , p . 630 ). En este punto , Smith pasa a considerar la superioridad que pueden otorgar la edad , la riqueza o la dinastía , cualidades personales todas ellas , pero verificables , y hasta medibles en algún caso . Al final , su conclusión es que , dado que la preemi- __________________________________________________________________ 52
GLIFOS-digital_archive

METADATA [esconder]