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Marzo-Septiembre  2016

John Stuart Mill, entre Bentham y Aristóteles

CategoríaMarzo-Septiembre 2016Etica

Moris A. Polanco

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__________________________________________________________________ Moris A . Polanco John Stuart Mill , entre Bentham y Aristóteles 1 . INTRODUCCIÓN En 1863 John Stuart Mill publica su pequeña obra El utilitarismo . Su origen son tres artículos que había publicado dos años antes en la revista Fraser . La meta que Mill se propone es explicar qué es el utilitarismo , demostrar por qué es la mejor teoría ética , y defenderla contra sus detractores . Desde su aparición fue muy criticada , pero no cabe duda de que ejerció una amplia influencia en el pensamiento europeo del siglo XIX , además de impulsar el desarrollo de una de las doctrinas éticas más fecundas e importantes de la actualidad . En este artículo analizaré una parte de El utilitarismo , buscando siempre la mejor interpretación posible , aunque sin ocultar sus inconsistencias . Después de analizar y evaluar algunas de las críticas más importantes que se le han hecho , intentaré hacer ver que el utilitarismo de Mill tiene como punto de partida el de Bentham , pero que al insistir en la necesidad de fomentar la nobleza de las personas se acerca a la concepción aristotélica de felicidad . El utilitarismo de Mill estaría entonces , como dice Nussbaum ( 2005 ), entre Bentham y Aristóteles ”. Concluiré con una síntesis de lo tratado , y apuntaré a la posibilidad de aplicar el concepto milliano de bien moral a casos concretos . 2 . EL UTILITARISMO Y SUS CRÍTICOS a . Distintos tipos de placeres El utilitarismo es una teoría ética que postula que debemos hacer aquello que tenga como consecuencia el mayor bien para el mayor número de personas , entendiendo el bien en términos sensibles y materiales . Se considera a Jeremy Bentham ( 1748-1832 ) el creador del utilitarismo , aunque el término se debe , precisamente , a John Stuart Mill . Bentham tenía una visión hedonista de la vida : consideraba el placer como el único bien y el dolor como el único mal . Consecuentemente , pensaba que los hombres buscamos hacer aquello que nos proporciona mayor placer ( material ). Incluso elaboró un algoritmo para calcular el grado de placer que proporciona una acción . Según ese algoritmo ( el felicific calculus ”), el valor de un placer está determinado por su duración , intensidad , certeza y proximidad . Además , habría que considerar su fecundidad ( si conduce a otros placeres ), su pureza ( cuánto dolor le acompaña ), y su extensión ( a cuántas personas involucra ). Moris A . Polanco tiene un doctorado en filosofía por la Universidad de Navarra , y actualmente es profesor de filosofía en la Facultad de Ciencias Económicas , Universidad Francisco Marroquín . Laissez-Faire , No . 44-45 ( Marzo-Sept 2016 ): 31-42
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__________________________________________________________________ Siguiendo a Bentham y a su padre , James Mill , John Stuart dice que “[ e ] l credo que acepta como fundamento de la moral la Utilidad , o el Principio de la mayor Felicidad , mantiene que las acciones son correctas [ right ] en la medida en que tienden a promover la felicidad , incorrectas [ wrong ] en cuanto tienden a producir lo contrario a la felicidad ( Mill , 1995 , pp . 45 46 ). Por mayor Felicidad no se entiende que un individuo goce de más felicidad , sino que esa felicidad incluya o se extienda a más personas ; el utilitarismo es una doctrina ética a la vez que política . Como ya se dijo , la felicidad es equivalente a placer : “[ p ] or felicidad se entiende el placer y la ausencia de dolor ; por infelicidad el dolor y la falta de placer ”, de manera que el placer y la exención del sufrimiento son las únicas cosas deseables como fines ( Mill , 1995 , p . 46 ). Comentando el anterior pasaje , Esperanza Guisán dice que “[ e ] ste es un punto importante de la doctrina de Mill , que suele pasarse por alto , considerándose , erróneamente , que para el Utilitarismo sólo el placer es deseable ( Guisán , 1995 , p . 46 ). En efecto : que todo placer sea deseable no significa que todo lo deseable sea siempre placentero . Sostener que el hombre busca el placer no es decir que él sea igual a los animales inferiores , puesto que : 1 ) puede buscar otras cosas , aparte del placer , y 2 ) además de los placeres corporales , el hombre puede experimentar placeres superiores ”. “[ L ] os placeres de una bestia dice Mill no satisfacen la concepción de felicidad de un ser humano . Los seres humanos poseen facultades más elevadas que los apetitos animales , y una vez que son conscientes de su existencia no consideran como felicidad nada que no incluya la gratificación de aquellas facultades ”. Con este razonamiento , Mill intenta responder a aquellos críticos que consideran que el utilitarismo es una doctrina sólo digna de los puercos ( Mill , 1995 , p . 47 ). No son , dice Mill , los utilitaristas y sus antecesores , los epicúreos los que tienen una visión degradada de la naturaleza humana ”, sino sus críticos . Mill considera , pues , que los placeres difieren no solo en cantidad ( intensidad , duración ), sino también en cualidad . Thomas Hill Green ( 1836 1882 ) opinaba que no cabe duda de que podemos clasificar los placeres según su origen , pero objetaba que pueda establecerse una diferencia de grado de bondad entre ellos , pues el criterio para determinar esa diferencia , según el hedonismo , es el mismo placer ( Hauskeller , 2011 , p . 430 ). Es decir : si el criterio para determinar si una acción o pasión es buena es el placer , solo cabe distinguir la cantidad de placer que me proporciona ; no se ve en dónde está ese órgano que me permitiría decir que unos placeres son superiores a otros en función de su origen . ¿ Cómo , por ejemplo , que el placer que me produce escuchar la novena sinfonía de Beethoven es superior al placer que siento al comer pizza , si el criterio de bondad es el mismo placer ? A la objeción anterior , Mill responde diciendo que las personas que han experimentado ambos placeres coinciden en sostener que los placeres que emplean las capacidades humanas más elevadas son superiores a los placeres sensoriales o corporales . Y no es porque emplee órganos distintos para distinguir los placeres , sino que simplemente percibo unos como superiores a los otros . Ningún ser humano inteligente dice Mill admitiría convertirse en un necio , ninguna persona culta querría ser un ignorante , ninguna persona con sentimientos y conciencia querría ser egoísta y depravada , aun __________________________________________________________________ 32
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__________________________________________________________________ cuando se le persuadiera de que el necio , el ignorante o el sinvergüenza pudieran estar más satisfechos con su suerte que ellos con la suya .” ( Mill , 1995 , p . 49 ); de ahí que afirme que “[ e ] s mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho ; mejor ser un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho ( Mill , 1995 , p . 51 ). Obviamente , esto supone que es mejor ser una persona que un cerdo . También supone que los placeres de orden superior , por muy débiles que sean ( leer el periódico , por ejemplo ), serán siempre preferibles a los placeres del cuerpo , por muy intensos que sean ( Hauskeller , 2011 , p . 431 ). b . El criterio de clasificación Michael Hauskeller encuentra dos problemas con la tesis de Mill . El primer problema es que Mill nunca define qué es lo que hace que los placeres intelectuales sean superiores a los placeres sensoriales . Acudir al juicio de los mejores dice no resuelve el problema , pues no podemos decir que las actividades intelectuales son mejores que las sensoriales porque las prefieren los mejores . No son los mejores los que hacen que las actividades intelectuales sean preferibles a las sensoriales ; más bien al contrario : los mejores las prefieren porque , per se , son preferibles a las corporales . 1 Pero ¿ qué es exactamente lo que las hace preferibles ? Mill nunca lo explica . Cuando decimos , por ejemplo , que un automóvil es mejor que otro , normalmente podemos dar razones que de una u otra forma se refieren 1 Como se habrá notado , este problema es análogo al que plantea Platón en el Eutifrón : ¿ las obras santas son santas porque las prefieren los dioses , o los dioses las prefieren porque son santas ? Y si es lo último , ¿ qué es lo que las hace ser santas ? a características que se pueden cuantificar : es más veloz , consume menos combustible , contamina menos , etc . En el caso de los placeres , la única razón que Mill da para preferir los intelectuales a los corporales es la opinión de los expertos ”, esto es , de aquellos que han experimentado ambos ; o bien , el hecho de que ningún hombre querría convertirse en animal , aun suponiendo que el animal llevara una vida plenamente placentera y él una vida llena de penalidades ( Hauskeller , 2011 , pp . 431-33 ). Es cierto que Mill nunca especifica el contenido o las características que hacen que los placeres mentales sean superiores a los corporales ; a él le parece inapelable este veredicto emitido por los únicos jueces competentes . En relación con la cuestión de cuál de dos placeres es el más valioso , o cuál de dos modos de existencia es el más gratificante para nuestros sentimientos , al margen de sus cualidades morales o sus consecuencias , el juicio de los que están cualificados por el conocimiento de ambos ( o , en caso de que difieran , el de la mayoría de ellos ) debe ser admitido como definitivo . Es preciso que no haya dudas en aceptar este juicio respecto a la calidad de los placeres , ya que no contamos con otro tribunal , ni siquiera en relación con la cuestión de la cantidad ( Mill , 1995 , p . 52 ). La respuesta que me parece que está implícita en la posición de Mill es que , de dos cualidades , es mejor la que nos hace diferenciarnos de los animales . Con los animales compartimos la corporeidad y la sensibilidad ; lo que nos hace diferenciarnos de ellos , precisamente , es lo mental , racional o espiritual . Estimamos que los placeres mentales son superiores a los corporales porque nos consideramos superiores a los animales , de la misma forma que consideramos a los animales su- __________________________________________________________________ 33
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__________________________________________________________________ periores a las plantas . En este sentido , Mill no está haciendo más que repetir la tesis aristotélica , según la cual las cosas valiosas y agradables son aquellas que le aparecen como tales al hombre bueno . La actividad más preferible para cada hombre será , entonces , la que está de acuerdo con su propio modo de ser , y para el hombre bueno será la actividad de acuerdo con la virtud ( Aristóteles , 2000 , p . 394 ). Con razón nota Guisán que es una constante a través de toda la Filosofía Moral la valoración de los placeres derivados del ejercicio de las facultades superiores como no sólo mejores en el sentido moral , sino también mejores en el sentido hedonista o eudemonista . Así , Platón en La República , o Epicuro ( Guisán , 1995 , p . 53 ). Parte de la razón por la cual la tesis de Mill parece a algunos inaceptable es porque creen que Mill piensa que las actividades superiores tienen un valor que es infinitamente mayor que el de los meros placeres , porque su valor no puede ser sobrepasado por ninguna cantidad de placeres inferiores ( Brink , 1992 , p . 92 ). Pero como bien nota Schmidt-Petri , Mill no sostiene que si algún placer es de calidad superior ’, entonces será ( o debe ser ) preferido al placer de calidad inferior , sin importar sus respectivas cantidades . Más bien dice que si algún placer es escogido sobre otro disponible en gran cantidad , estamos justificados en decir que el placer escogido es de más alta calidad que el otro ( Schmidt-Petri , 2003 , p . 102 ). El segundo problema que ve Hauskeller en la distinción entre placeres superiores y placeres inferiores es que del hecho de que la mayoría de nosotros no quisiera ser una ostra feliz , no se sigue nada acerca de la superioridad de los placeres intelectuales ( Hauskeller , 2011 , p . 435 ). No qué criterio está buscando Hauskeller , pero a me parece que cuando los seres humanos eligen una forma de vida sobre otra , es porque la primera les parece mejor que la segunda . Nuestras valoraciones son nuestras valoraciones , no las que podríamos hacer desde el punto de vista del ojo de Dios . Con otras palabras : ¿ cabe la posibilidad de que los seres humanos , en cuanto seres humanos , nos equivoquemos al clasificar los placeres , y resulte que los placeres verdaderamente superiores son los corporales ? Destaco el adverbio verdaderamente porque me parece que esa es la clave para resolver el problema . La verdad es verdad para los hombres ; los criterios con los cuales demarcamos la realidad deben tener sentido para nosotros . No tiene sentido decir que algo es verdadero o mejor per se , pero no para ningún hombre , de la misma manera que tampoco podemos decir que algo es valioso con independencia del juicio humano . Podemos discutir sobre si tal o cual forma de vida es mejor que otra , pero siempre será en relación con nosotros . Y cuando digo nosotros ”, incluyo las circunstancias . Si a un campesino , por ejemplo , le dan la posibilidad de elegir entre ser un visiting scholar en Oxford durante un año , o pasar un año aprendiendo nuevas técnicas de cultivo en una granja modelo , nadie lo criticaría por elegir la segunda opción . Pero si a ese mismo campesino le damos a elegir entre enviar a su hijo a estudiar en una escuela de renombre , con todo pagado , o enviarlo a una isla del Caribe donde no tenga nada que hacer , excepto darle gusto a todos sus apetitos corporales , a cualquiera le parecería normal que el campesino elija la primera opción . Corresponde a la virtud de la prudencia determinar cuál es nuestro auténtico bien en cada caso , a partir de lo que normalmente es bueno para los hombres . Otra dificultad que tiene el problema __________________________________________________________________ 34
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